Se adelantan investigaciones para próximamente abrir las puertas de lo que será el Museo Pedagógico de Medellín, único en el país, hasta el momento, y que recogerá la historia de la educación local.
Su nombre es Juan Carlos Zapata Correa, quien fuera, por más de 40 años, el rector de la Escuela Normal Superior de Medellín, ubicada en la Comuna 8 -Villa Hermosa-. Una institución que fue creada por Ley 20, emitida el 26 de junio de 1842, aunque empezó a funcionar en el año de 1851, en el lugar que hoy ocupa el Paraninfo de la Universidad de Antioquia.
La referencia del rector Juan Carlos Zapata Correa cobra importancia al reconocer que es el autor de un proyecto que llegará para hacer más visibles los logros de la educación de la ciudad. Además que será el epicentro o, más bien, el “digno lugar” en donde se informarán de esos datos precisos de la historia de la pedagogía local, ya que estarán allí los nombres de los maestros y formadores que se han valido del título de ilustres por sus aportes y, también, habrá reunidos ahí objetos protagonistas de esos mencionados sucesos importantes. Se trata de la conformación del primer Museo Pedagógico del país, un “amaño” de este normalista, aunque él prefiere llamarle, más bien, un “empecinamiento propio” o, simplemente, el proyecto que él tenía que lograr en su vida.
Para el subsecretario de la Prestación del Servicio Educativo de Medellín, Jorge Iván Ríos Rivera, ese Museo llegará para hacerle honor a los grandes hitos en la historia de la educación y la pedagogía de los habitantes de la ciudad. No obstante, reconoció que para lograrlo se ha requerido de tiempo de investigación y estudio de las prácticas de la labor del maestro y de la formación normalista que ha transcurrido en el territorio. Además dijo: “Y nos falta más tiempo para lograrlo”.
Por ello, luego de pensarlo muy bien, el exrector de la Normal Superior de Medellín decidió adelantar su jubilación. Una muestra de su compromiso con la conformación de este Museo. Él confesó a EL MUNDO que se trazó la meta de sacar, como fuera lugar, este proyecto a marchar. Y ahora, sí que tendrá más tiempo para adelantar la investigación del mismo.
Entonces, a la Normal Superior de Medellín llegó como rector Carlos Adiel Henao Pulgarín, proveniente de la Normal del Suroeste.
No obstante, el pronóstico es que para el 2020, si todo marcha como hasta el momento, el Museo Pedagógico de Medellín podrá abrir las puertas, oficialmente, al público.
Y mientras ello sucede, allá en la institución de barrio Villa Hermosa, sector La Mansión, ya se dispuso un lugar que está sirviendo como repositorio de los elementos que harán parte de la colección propia del proyectado Museo, el cual, cabe destacar, ya cuenta con aval de conformación por parte del Museo Nacional de Colombia y el Mincultura (Ministerio de Cultura de Colombia), ambos como autoridades nacionales del tema.
En la foto, Juan Carlos Zapata Correa muestra uno de los valiosos objetos del Museo Pedagógico de Medellín, un instrumento de orientación que utiliza una aguja imantada para señalar el norte magnético terrestre. O lo que es lo mismo, una brújula.
Pero, ¿cuáles serán esos elementos u objetos que conformarán la colección? Hasta el momento, Juan Carlos Zapata Correa ha recolectado mezcladores de laboratorio, algunos con tipos de combinaciones que se han deteriorado ya con el tiempo. Igualmente, mezcladores, probetas, gradillas, portaobjetos, agitadores, embudos, balanzas, pinzas, escalpelos, espátulas, escobillas y termómetros, entre otras cosas que conforman un laboratorio escolar.
Hay que aclarar que si bien la mayoría de los objetos son propiedad de la Normal Superior de Medellín, también se incluyen en la colección elementos de otros colegios e instituciones educativas locales.
En ese espacio dispuesto para el Museo, en una gran pared lateral, está reunida la historia de la educación de Medellín, a grandes rasgos, una información que fue extraída de libros de la biblioteca de la Universidad Pontificia Bolivariana, UPB. Y en el otro costado del mismo, también en la forma de diapositivas informativas enmarcadas, se cuenta la historia de cómo el exministro de Educación Gabriel Betancourt, padre de Ingrid Betancourt, quien fuera embajador ante la Unesco, fundó al Icetex, el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos para la Educación, y a la Escuela Superior de Administración Pública (Esap).
Según se informa en el lugar, al fallecido Gabriel Betancourt la idea de crear el Icetex le surgió cuando logró que la Compañía Nacional de Tabaco le patrocinara sus estudios en el exterior.
No obstante, se suma al conteo de la colección del museo la antigua regla de cálculo que los maestros utilizaban, una pieza fabricada por el matemático inglés William Oughtred, en 1622; además de otros elementos de medición de escalas logarítmicas.
Sin lugar a dudas, un Opascopio alemán, con varios, muy bien conservados, de sus opacos, y otras máquinas alemanas, como proyectores de stencil serán unos de los mayores atractivos para los visitantes.
Igualmente, se recolectó una máquina de coser con la que, por muchos años, aprendieron las alumnas de la Institución Educativa Javiera Londoño a confeccionar prendas. Un elemento más antiguo aún, es la también donada máquina de escribir del Cefa (Centro Formativo de Antioquia), con la que las mujeres que han estudiado en ese emblemático colegio de Medellín aprendieron a ‘cuchugrafiar’ sus trabajos para la entrega posterior a sus maestros. “Una generosa donación que nos hizo Gladis Otálvaro Rojas, quien en 1997 asumió como rectora de esa institución”, entregó el dato Zapata Correa.
A su vez, se han recogido algunos elementos de las artes plásticas, pues también hacen parte de la historia de la educación impartida en la ciudad, entre ellos pinturas en lienzos, temples, pinturas plásticas, esmaltes acrílicos y sintéticos, lacados y vinilos. Una de ellas es nada más y nada menos que un Campuzano, cuadro que en cierto momento la Universidad de Antioquia lo avaluó en $90 millones, y hoy en día quién sabe a cuánto esté.
Allí, también se ha dispuesto un espacio para exhibir obras cerámicas, antiguas y nuevas, que han creado los estudiantes de la Normal en el transcurso de su historia.
Y no se puede dejar a un lado la Colección Santander, otra de las importantes ‘reliquias’ del lugar, que llegó para alojarse en su biblioteca escolar en 1926 y, precisamente, en ese espacio de estudio existe también libros más antiguos aún, como algunos de botánica publicados en 1822 o las memorias de ministros de la Colombia colonial y documentos de la instrucción primaria en el país en 1880, dispuestos en unas grandes estanterías para consulta de los ciudadanos.
“En la biblioteca aún estamos avanzando en la investigación, es un trabajo de cuidado y muy dispendioso. Pensamos que será un recurso muy valioso de consulta para Medellín”, consideró, para finalizar, Juan Carlos Zapata Correa.