Creer, crear y cre-ser

Autor: Empresarios por la Educación
7 febrero de 2019 - 09:02 PM

Es necesario sentir que no estamos solos. Lo que somos y hacemos ocurre con otros y con el entorno, como le pasa a una célula con relación al cuerpo.

La conciencia de unidad es el tejido de la vida que nos conecta, es como el aire que respiramos, si uno de nosotros lo contamina, afecta el aire de todos. Así la conciencia de unidad es el darnos cuenta de que hacemos parte de todo y de todos, es una conciencia no dual que concibe que sentirnos uno, nos hace responsables de lo que pasa con la humanidad y con el planeta.

Lea también: ¿Qué es lo que se valora y los valores de quién?

¿Pero qué es sentirse uno con todos y con todo?  Podemos tener una mejor comprensión si viajamos a algún lugar de nuestro propio cuerpo.  Una célula del hígado por ejemplo, como unidad funcional que tiene un desempeño en ese órgano, hace parte de todo un sistema mayor.  Cualquier cambio en otro lugar distante del cuerpo afecta su funcionamiento, y a la vez su funcionamiento afecta el resto del cuerpo.  No está aislada ni funcionando “a su manera”. Cuando esto ocurre, aparece la enfermedad.

De la misma manera, un grupo de estudiantes en un aula no son unidades independientes, son un sistema humano de relaciones e interacciones que se afectan mutuamente y afectan al sistema mayor que se llama escuela, o familia, o sociedad... Sus formas de ser y de hacer, acompañadas por adultos con “mayor conocimiento”, van configurando estados del ser orientados o no al bienestar, y estados de conciencia que van de la conciencia del YO a una conciencia de unidad.

Y, ¿por qué importa comprender qué es la conciencia?

Hay niveles de conciencia que solo nos alcanzan para sobrevivir, incluso a costa de los demás. Otros nos alcanzan para cuidarnos y cuidar. Veamos entonces por qué es necesario despertar a un nivel mayor de conciencia en los distintos ámbitos donde nos movemos, en especial en la escuela.

Tradicionalmente la conciencia se ha definido como el conocimiento, el saber de sí mismo, de la propia existencia y del entorno donde habitamos. Desde una perspectiva psicológica, se suma el darnos cuenta de los pensamientos, emociones, sueños y acciones y, desde una perspectiva ética, se suma además el darnos cuenta de las consecuencias de eso que hacemos. Pero esto no es suficiente. Es necesario sentir que no estamos solos. Lo que somos y hacemos ocurre con otros y con el entorno, como le pasa a una célula con relación al cuerpo.

La obsesión por uno mismo, o la conciencia del yo, donde prevalecen mis intereses, mis éxitos, mis posesiones, mi poder y la forma en que YO los pueda expandir, tiene como precio la trasgresión de la dignidad humana, es decir, ser incapaz de cuidar a los otros y lo otro (el planeta).  Todo se reduce a estar en función de mi bienestar, estar a mi servicio. Es el terreno donde se cultivan la explotación, la corrupción, el abuso, la vulneración de los derechos de los otros. Es una obsesión que puede empezar de las maneras más sutiles y alcanzar las más grotescas.

A la escuela, con la participación de la familia, le urge afianzar con más fuerza y crear cada vez más espacios donde se aprenda y se enseñe a CRE-SER: es decir, a expandir la conciencia del potencial que tenemos como seres humanos para ponerlo tanto al servicio propio como de los demás; a CREER: en las propias capacidades para conectarnos con el mejor ser humano que podamos ser; y a CREAR: nuevas realidades de bienestar, prosperidad y felicidad. Porque de lo contrario, alimentando el individualismo, la competitividad y el miedo, crecen con raíces profundas y un tronco erguido la conciencia del YO y sus resultados.

Lo invitamos a leer: De los qué a los cómo

Ahora que soplan con más fuerza vientos de guerra, es inaplazable que comprendamos que en la guerra perdemos todos, especialmente los más vulnerables, y que la única salida DIGNA es la de desarmar los corazones y estar en apertura a seguir construyendo PAZ, estado que sin duda nos hace más humanos.

*Coach y asesor en la Fundación Empresarios por la Educación, una organización de la sociedad civil que conecta sueños, proyectos, actores y recursos para contribuir al mejoramiento de la calidad educativa.

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