|
Todo país que se respete en materia futbolística se precia de tener millones de sabihondos que ex cátedra hablan, explican, adiestran, alegan y condenan o bendicen, según su elemental criterio, a tal o cual jugador o entrenador.
Colombia, ni más faltaba, no podía ser la excepción de esta perniciosa costumbre, máxime ahora que todo aquel que abandona el fútbol, por malo o por caduco, aterriza como por encanto en una emisora o canal televisivo y de la noche a la mañana se convierte en periodista.
¿Por qué, entonces, un columnista no puede hacer lo propio y por algunos minutos dedicarse a ese deporte de especular, calificar, descalificar, maximizar o minimizar un equipo, un deportista, una selección, sobre todo ahora que se está en vísperas de otra jornada pre mundialista?
Por eso en las siguientes líneas, y con la venia de los pocos que saben y los miles que tratan de imitarlos sin lograrlo, se hará una referencia concreta a los próximos compromisos de Colombia en el arduo camino que tendrá que recorrer si quiere clasificar al mundial de Rusia en el 2018.
Las pocas sorpresas incluidas por el técnico José Pekerman en la nueva convocatoria no pasarán de ser eso, sorpresas, ya que los partidos serios y definitivos se ganan con actores de experiencia y no con muchachitos acabados de salir del potrero, e inflados por algunos que a lo largo de los años o en tiempos más recientes se han dedicado a engrupir a las masas con su labia interesada y a veces ininteligible.
Para mencionar nombres propios, de entrada se añora en esa lista de convocados la figura de Carlos Sánchez, obligada ausencia a causa de una lesión en mala hora padecida, por tratarse quizá del jugador más regular de la selección colombiana en los últimos años, incluidas eliminatorias hacia el pasado mundial y actuaciones en Brasil.
Siguiendo con individualidades, habría que hablar de Juan Guillermo Cuadrado, estelar del linajudo Juventus en los últimos meses pero personalista y dueño de un egoísmo abrumador cuando se trata de la selección. En el cuadro italiano trabaja y juega para el equipo y en Colombia su afán de protagonismo no lo deja aportar al colectivo todo lo que debiera porque solo piensa en él.
Caben otras líneas para el estelar James Rodríguez, obligado a ratificar porque fue uno de los mejores del pasado Mundial y en la primera temporada que tuvo con el encopetado Real Madrid, pero venido bastante a menos en los últimos tiempos, hasta el punto de que su traspaso a otro club grande de Europa es comidilla del día en todos los medios deportivos españoles.
Se hace mención principal de estos dos por ser los referentes más notables entre los futbolistas colombianos de la actualidad, mediáticos y de quienes más se espera dada su comprobada calidad, la cual en los últimos partidos desapareció o se mostró apenas a medias cuando de ellos tanto esperaba el combinado nacional.
Después del zenit alcanzado en el pasado reciente y ser reconocida por todos los conocedores y la misma dirigencia mundial como una de las mejores selecciones del orbe, los integrantes de la escuadra colombiana deberán decidir con su juegos ante Bolivia y Ecuador, si marcan el levante de la nueva época o suscriben el ocaso de todos ellos.
La escueta realidad y la clasificación actual de las eliminatorias, muestra que solo un botín de cuatro puntos como mínimo le permitiría a Colombia seguir soñando con volver a la cita mundialista del 2018 en Rusia, sumatoria difícil de alcanzar dada la envergadura de los compromisos y los factores adversos que deberá enfrentar: la altura inclemente de La Paz y la calidad de la selección ecuatoriana que encabeza la tabla.
Ahora bien, si los hados no están de su parte ni los astros alineados en su favor, factores estúpidos que a veces se invocan para justificar desastres, estos jugadores pueden ir preparándose desde ahora para que una vez quede certificado el desbarajuste, pasen hojas de vida a emisoras y canales televisivos donde de la noche a la mañana los convierten en avezados periodistas.