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En mayo de 2012, el Periódico EL MUNDO “evolucionó hacia un enfoque y diseño pedagógico, en el que formar una ciudadanía crítica se convierte en la prioridad mediante la creación de contenidos próximos y de impacto para los lectores, especialmente de las comunidades educativas”. Y para cumplir la tarea propuesta, se convirtió en una fundación. FundaMundo, fue el nombre dado a la estrategia, en la que “estudiantes y alumnos de la educación básica y media tienen en el periódico un libro diario que vincula el saber académico con los acontecimientos que los afectan día a día”. En ese entonces, la periodista Ronnie Lovler, con trayectoria en prestigiosos medios de comunicación como CNN, CBS y The Associated Press, saludó el nacimiento de la Fundación y ponderó ante los medios y la comunidad de Medellín dicha iniciativa, agregando que “en su concepto, debería emularse en otros medios latinoamericanos”. Las palabras que dieron la bienvenida a la propuesta, fueron: “Nace una alternativa de comunicación de alto impacto, inédita en nuestro país, que cambia los paradigmas tradicionales de información, para jugársela, mediante su énfasis educativo, por la formación de ciudadanos más críticos y responsables. Desde hoy se empieza a escribir una nueva historia, la de FundaMundo. Atrás quedan los días del vértigo informativo, para adentrarse en una propuesta cauta y ambiciosa que gira en torno a la transformación social”.
Al celebrarse los 35 años del Periódico, encontramos que la estrategia de formación ciudadana, “Educar Mientras se Informa”, se cumple vigorosamente y “es uno de los pilares con los que FundaMundo viene incentivando los valores ciudadanos a través de talleres escolares en los que el insumo principal es el Periódico EL MUNDO, ahora transformado en un texto tan pedagógico, como informativo”.
Estos pilares y este compromiso educativo-informativo de EL MUNDO (que no está sustentado en obras faraónicas, grandes estructuras y megaproyectos que mañana sólo serán elefantes blancos y refugios de toda laya de viciosos, como hoy está ocurriendo en un municipio del suroeste antioqueño, según me lo contaba un gran rector de esa región), es lo que debemos saludar y estimular en Antioquia y Colombia, más si tenemos frescas las desastrosas estadísticas de la educación colombiana, en las que aparecemos de últimos en el concierto mundial. Afortunadamente, en el periódico EL MUNDO, la educación no se usa como caballo de campaña política o sustento de gobierno.
Puntada final: luego del fracaso de “Antioquia la más educada” y “Medellín la más educada”, programas que por más de 12 años han recibido recursos multimillonarios y cuyos frutos son cada día peores, saludamos, con beneficio de inventario, la propuesta del Presidente – candidato, Juan Manuel Santos, de “hacer de Colombia el país más educado de Latinoamérica”, en un plazo de 11 años (¿?). En el decálogo que propone para lograrlo, sobresale y me gusta el punto 2 (a más de otros elementos de los órdenes metodológicos y axiológicos): “Dignificar la profesión de los maestros y mejorar sus salarios, de manera que sean comparables con los de las profesiones mejor pagadas. Se impulsará una nueva política de evaluación a los docentes y de incentivo a los bachilleres para que sean profesores”. Me llamó la atención el hecho de volver tener a la figura del maestro, como factor esencial en el proceso educativo, por encima del adobe, el cemento y los computadores. Lo que no dijo el candidato, es si para lograrlo piensa seguir con María Fernanda Campo, como ministra de educación. Al parecer, es el único que no se ha percatado de su pobre desempeño al frente de dicha cartera.