Columnistas

De las mansas ovejas a la lechera
Autor: Tomás Castrillón Oberndorfer
24 de Julio de 2013


Hay que reconocer que los grupos “comunistoides” o mejor, mamertos, están muy bien organizados y que lo que está ocurriendo en Colombia corresponde a un plan “fríamente calculado”

Hay que reconocer que los grupos “comunistoides” o mejor, mamertos, están muy bien organizados y que lo que está ocurriendo en Colombia corresponde a un plan “fríamente calculado” desde hace mucho tiempo. Siguiendo las enseñanzas de Mao-Tse-Tung, se han infiltrado de tal manera que se mueven, entre la población, como “peces en el agua”.


Las evidencias abundan y bastaría recordar un escrito reciente de Francisco de Roux, que encabeza así: “Jesús envía a hombres y mujeres a predicar el Reino de Dios, libres de la Ley, para vivir en el amor a Dios y la entrega a los demás”. ¿Con que “libres de la Ley”? ¡Que “belleza de hermosura”! Esto es la pura anarquía y es precisamente lo que están propiciando los grupos izquierdosos, revolucionarios de cafetería, orquestados desde Cuba y  aprovechando un Gobierno  calculadoramente débil, y ¡lo están haciendo muy bien!


Y más adelante da a entender el columnista de Roux que: “Jesús quiere seguidores y no solo adeptos a una Religión” y  “advierte de los riesgos: serán como ovejas en medio de lobos feroces”. Bellas palabras pero lo que sucede en Colombia es que están tratando de inculcar la idea de que las “mansas ovejas” son los narcotraficantes de la Farc, y es muy evidente que desde los altos estamentos del Estado pasando por Cortes, Fiscalías  y Jueces, han tratado de demostrar que se trata de unos altruistas o mejor que son la reencarnación del legendario Robin Hood. Esta relatividad en el trato, contrasta con el hecho de que muchas personas están en la cárcel por vínculos muy relativos y superficiales con los Paramilitares, en cambio, no ocurre lo mismo con los personajes con evidentes vínculos y relaciones con la Farc, y los ejemplos abundan.


“Cambiando de tercio”, es preciso mencionar la alharaca que se formó con el hecho de que dizque “nos quitaron la sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud”. Esto merece más análisis. En primer término no le quitaron nada a la Ciudad, porque no se los habían dado. Segundo se formó una parafernalia y un triunfalismo orquestado desde la autoridad local y encontrando eco en la “gavilla mediática” en donde se ha pretendido maquillar la realidad de la Ciudad. Marañas recordaría la ranchera titulada: “La envilecida” en donde se dice que “con pintura que te das no podrás borrar las señales de vicio”. En resumen le pasó a la Ciudad  el cuento de La Lechera originado en Esopo y actualizado por Samaniego.


A nivel Nacional también se maquillan los hechos, y no puede olvidarse el asesinato del agente de la DEA, lo mismo que los secuestros de ciudadanos alemanes y españoles para no profundizar con lo del Catatumbo. Todos estos hechos dan mala imagen a pesar del “maquillaje”.


Quedó también la sensación de que el “vivo vive del bobo” y que el COI es una cueva de adictos a la “mermelada” que no practican el ideal olímpico que tanto pregonan.