![]() |
justicia@elmundo.com
Twitter: @cuenta30
Esta semana el periodista Wilmar Vera Zapata, ciudadano colombiano, profesor, escritor e historiador, recobró su libertad después de dos años de estar preso en la cárcel de Pereira acusado de ordenar la muerte de un amigo, socio y exalumno suyo, Alexánder Morales Ortiz, asesinado en un restaurante el 18 de marzo de 2011.
La Fiscalía capturó a Vera Zapata el 7 de junio del 2012 en Medellín, donde trabajaba desde antes del homicidio de su amigo como docente de periodismo en la Fundación Universitaria La Salle en Caldas (Antioquia). Allí comenzó su pesadilla. En esta entrevista Vera Zapata nos habla de las irregularidades que cometió la Fiscalía en su caso, de por qué se demoró tanto su proceso judicial, de lo que aprendió de esta difícil experiencia y de cómo busca retomar nuevamente el rumbo de su vida en libertad, cuando la Fiscalía dice que apelará el fallo del juez que lo declaró inocente.
Todo inició cuando en 2008 Alexánder Morales, amigo y exalumno de Vera Zapata le hizo una propuesta de negocio en la cual él recibió cincuenta millones de pesos que con esfuerzo Vera Zapata logró juntar con el compromiso de que eso serviría para un negocio de transporte de carbón en la Jagua de Ibirico (Cesar). El periodista entregó el dinero, pero el negocio no se dio.
Posteriormente, Alexánder Morales le dijo que no se preocupara, que él se iba a lanzar al Consejo, que contaba con el apoyo de mucha gente y que él le respondía por el dinero. Morales Ortiz fue asesinado antes de devolverle el dinero a Vera Zapata y este se convirtió en el principal motivo por el cual la Fiscalía acusó al profesor universitario del homicidio, en calidad de autor intelectual.
-¿Qué pasa cuando le informan que está acusado de homicidio?
“Lo único que le dije al rector y lo he repetido todo el tiempo es: yo soy inocente y lo voy a demostrar. Obviamente cuando a un ciudadano común y corriente le llegan cinco policías con una orden de que lo van a detener y sales esposado de tu lugar de trabajo y te llevan preso pues el mundo se cae y se destruye totalmente la vida y lo único que queda es preguntarse pero por qué me pasa esto”.
-¿Por qué cree que se demoró tanto en definirse su proceso judicial?
“Este juicio tuvo casi diez fiscales diferentes, permanentemente se cancelaban las audiencias, no había fiscal en Pereira que se arriesgara a llevar ese proceso. Esto fue lo que demoró el juicio, porque fueron 27 meses los que estuve privado de la libertad y si se fija en las fechas de programación, la mayoría de las cancelaciones fueron por culpa de la Fiscalía, se podrá imaginar cómo es eso para un proceso que se debe realizar con celeridad y prontitud”.
-¿Por qué decide la justicia declararlo inocente?
“La razón por la cual me dejan en libertad es porque hay demasiadas incoherencias entre lo que dice el sicario y lo que dice la familia de Alexánder. Primero el sicario aparte de ser un asesino es un mentiroso, y como si fuera poco ofrece plata a los policías que lo persiguen, se cambia permanentemente de nombre, dice que estudió Derecho en la Universidad de Antioquia, y mi defensa confirmó que esa era otra mentira. El nunca acertó en la descripción física de un supuesto Wilmar Vera. Además él es la única persona que me señalaba como autor intelectual y dijo que como supuestamente no le pagaron los 15 millones del trabajo, entonces decidió denunciar a la banda con la que trabajaba”.
-¿Por qué cree que le tocó vivir esa experiencia?
“Yo no puedo responder por qué fue que realmente mataron a Alexánder, eso lo tiene que averiguar la Fiscalía, a mí lo único que me interesaba era demostrar mi inocencia”.
-Usted opta renunciar al beneficio de la libertad por vencimiento de términos, esta es una decisión bastante arriesgada. ¿Por qué decide tomarla?
“Es una decisión arriesgada si uno sabe que está jugando cincuenta y cincuenta, pero todo el tiempo, a pesar de que por momentos perdía la fe por miedo a lo tramposos que son una parte del sistema penal o de las organizaciones de investigación del Estado, yo sabía que soy inocente, por eso no importa que esto se demorara tres, cuatro o cinco años mientras se demostrara mi inocencia, como se hizo en el Juzgado Quinto Penal de Pereira”.
-¿Qué aprendió de esta experiencia?
“Para una persona es una experiencia totalmente traumática y dolorosa, pero me permitió conocer un mundo al que nunca me había acercado, me enseñó a comprender el eterno amor y sacrificio de la familia cuando defienden a un ser querido, la fidelidad de los amigos, también comprendí que en las cárceles hay muchas personas acusadas que son inocentes, que no tuvieron la fortuna de haber contado con una familia que se sacrificó para conseguir un buen abogado, que no tuvo la capacidad de defenderse, y terminaron pagando una condena injusta. Además que en las cárceles hay muchas personas buenas que cometieron errores pero que vale la pena darles una oportunidad”.
-¿Qué hacía para librarse del tedio que produce este tipo de experiencias?
“Me dediqué a escribir, tengo varias crónicas publicadas en un medio digital, me gané tres veces el concurso de cuento regional del Inpec y uno nacional. Escribía sobre el mundo carcelario, cómo es una visita de niños, cómo es un diciembre privado de la libertad. Las preocupaciones, los dolores, las tristezas las plasmaba en crónicas y textos literarios”.
Aunque la familia de Alexánder Morales anunció que apelará el fallo que le concedió la libertad a Wilmar, él ha decidido dedicarse a recuperar el tiempo perdido con su familia, buscará trabajo pero sobre todo volverá a disfrutar de las cosas simples y sencillas de la vida, o lo que llama lujos que la gente que no está privada de su libertad tiene pero que no los sabe apreciar.