Pero no; no era un examen que nos hacía la doctora Irene Gaviria, directora de EL MUNDO, en un lujoso hotel de Medellín.

Estábamos allí reunidos, el viernes 17 de febrero, más de cien personas entre maestros y bibliotecarios de varios municipios de Antioquia, para darnos el lujo de pasar una mañana incomparable llena de afecto, de conocimientos, de visiones pedagógicas futuristas y de mucho calor humano.

“El primer punto” de lo que no era examen sino una amena y valiosa explicación-capacitación, metodológica y pedagógica, nos llenó de asombro.

Estaban presentes las directivas de Fundamundo y el periódico EL MUNDO; la doctora Irene tomó la palabra. Con su amabilidad y señorío acostumbrados, y con la ayuda de todos esos artefactos modernos que proporciona la tecnología (ustedes saben cuáles y cómo se llaman) empezó a contarnos los proyectos enriquecedores de un futuro, que ya se había convertido en presente, pues vienen aplicándolo con maravillosos resultados.

Hablo específicamente del gran proyecto educativo, este sí con logros, con evaluaciones, con metodologías visibles, físicas, no de mesa de trabajo, fáciles de aplicar y con un material valioso y atractivo que le adicionan al programa y que llega gratuitamente a escuelas y colegios; se llama “Educar mientras se informa”.

Sabíamos que un periódico sirve a: la narración y a la información, en las noticias y reportajes; al derecho y a las leyes, y a la convivencia ciudadana en los editoriales y las columnas; a la educación, mediante sus páginas de ciencia, arte, cultura, etc.; al entretenimiento con sus crucigramas, juegos y secciones cómicas; a la economía y al comercio por medio de sus anuncios, sus páginas económicas y las respetables reflexiones que los estudiosos de la economía y las finanzas ponen en consideración de sus lectores; que es un termómetro de la opinión pública porque refleja la actitud de sus lectores y toma en cuenta sus opiniones.

Lo que no habíamos visto en un periódico era que tuviera la fortaleza, el conocimiento y la constancia de montar semejante proyecto: “Educar mientras se informa”, y enriquecerlo y vivificarlo, semestre tras semestre, con tanto amor y tanta metodología para entregarlo luego de manera gratuita, a miles de estudiantes.

“Sacar la hojita”…

Para anotar lo que de ahora en adelante será el mismo programa educataivo, con el mismo nombre, pero enriquecido con nuevos logros, nuevas estrategias; atrayentes motivaciones para desarrollar las competencias, y con talleres específicos en cada área del conocimiento, encaminados a la comprobación de los logros y – muy importante - a iluminar el camino hacia la educación superior y al adiestramiento en la presentación de los diversos exámenes que ordena el estado.

De la tan clara exposición de la doctora Irene Gaviria, de su dominio y conocimiento del tema; de la investigación, la experiencia y dedicación de la subdirectora del periódico, Luz María Tobón Vallejo y su equipo de trabajo, retomamos, en esa mañana, algo muy importante que los maestros hemos olvidado, por estar atentos solo a las innovaciones señaladas en los documentos, a la informática, a los artefactos costosos y modernos, y es que a “un excelente maestro” todo lo físico le sirve como material de enseñanza, como herramienta de formación integral del alumno.

Afirmamos el concepto de que el ayer, con toda su carga filosófica educativa y sus métodos y evaluaciones, conservado y mezclado sabiamente con el hoy, con sus modernos planteamientos educativos y la informática, son un venero incomparable en la formación del “ciudadano que ha de dar nueva orientación, soportes más fuertes y nuevos propósitos a una verdadera democracia a la que aspiramos todos”; eso también nos lo dijo la doctora Irene en aquella maravillosa mañana.

Hubo mucha motivación, y se nos fueron señalando los caminos, olvidados o desconocidos, a causa de que se nos habla mucho de pedagogía, educación, competencias (que no son rivalidad sino habilidades), logros, las TIC, pero no se nos dan guías en METODOLOGÍA.

En esa mañana, a todos nos dieron la oportunidad de presentar nuestras experiencias, nuestras inquietudes y de aportar algo; hasta yo pude hablar un poco sobre la lectura crítica, nombre de moda en todas las esferas, en todos los nuevos planes educativos, en todas las exigencias de las pruebas de diferentes nombres, que hoy como ayer deben presentar los estudiantes.

¡Gracias a todos por este feliz y oportuno encuentro de maestros para culturizarnos en torno a las realizaciones maravillosas de un periódico joven pero comprometido con la educación, el ciudadano y la democracia!