No solo corrección, necesitamos una excelente y atractiva literatura

Autor: Lucila González de Chaves
19 mayo de 2019 - 09:09 PM

Recorrido por grandes cuentos y cuentistas de la historia de la literatura, guiados por la maestra Lucila González de Chaves.

Medellín

1. Contar los sueños, una necesidad imperiosa

Desde los más remotos tiempos el hombre tuvo necesidad de contar sus sueños, esperanzas, desvelos, y así nació, aunque en forma oral primero, ese género literario que es el cuento.

Este es más breve que la novela, y no es la creación de un ambiente o un mundo, sino la narración de un acontecimiento sorprendente, estimulante, sugerente. Por eso su técnica de construcción es muy distinta de la de la novela:

a). La esencia del cuento: captar la vida a través de un solo minuto, el más importante y decisivo, para entregarnos una de sus facetas.

b). Sus elementos: humor, lirismo, ternura. Los tres contribuyen a precisar ese tono peculiar que tiene el cuento como obra literaria.

c). Ingredientes formales: La narración debe ocupar el primer lugar junto al diálogo, la descripción o el análisis psicológico.

d). El tema: cualquier aspecto del vivir: la recreación de un ambiente, de un carácter, una situación significativa, una experiencia de la realidad, un estado de ánimo. Eso será lo que tendremos que valorar en el cuento.

Lea también: José María Pemán, el olvidado autor más polifacético del siglo XX

2. Desarrollo histórico

Entre los cuentos de origen hindú, los primeros que llegaron a Europa fueron los que se agruparon en un libro con el título: Panchatantra. Entre los cuentos de origen árabe, los más famosos son los reunidos en el célebre libro: Las mil y una noches.

Ilustración cuento del Príncipe Ahmed

Ilustración del cuento del Príncipe Ahmed y la bella Paribanou, por Willy Pogany.

En la Edad Media el cuento sustituye los grandes relatos épicos y los Libros de Caballerías que son un reflejo del espíritu de la sociedad aristocrática medieval. Así en Italia, Bocaccio (1313 - 1375) explica los relatos que un grupo de damas y caballeros se contaron, con ocasión de hallarse refugiados, huyendo de una epidemia, en una casa próxima a Florencia. La reunión duró diez días, de donde se deriva el título del libro: Decamerón.

Chaucer, en Inglaterra, paralelamente, nos ofrece la obra de carácter satírico y alegre, Cuentos de Canterbury, supuestamente narrados por un grupo de peregrinos que se dirigen a ese lugar.

En los siglos XVl y XVII se destacan los estupendos relatos del gran cuentista francés Charles Perrault. Y a principios del siglo XIX en Alemania, los hermanos Jacobo y Guillermo Grimm publican sus famosos Cuentos de niños y del hogar que tuvieron un éxito extraordinario.

Sin olvidar al gran maestro de la literatura infantil, el danés Christian Andersen. Tiene 150 cuentos de hadas y de duendes: los motivos son los bosques, las selvas, las flores, los pájaros, la nieve, el mar, los animales. Algunos cuentos inolvidables: Pulgarcito, El patito feo, El soldadito de plomo.

Desde fines del siglo XIX la mayoría de los cuentos han sido realistas en cuanto a su estilo: el diálogo es fiel a la vida; las ambientaciones, detalladas, reconocibles; las situaciones, probables.

La mayoría de los autores modernos consideran el cuento como una exploración de una experiencia específica; por eso, la mayoría de los cuentos de hoy, reproducen la realidad.

 

3. Algunos cuentistas

 

 Mark Twain (1835- 1910)

 

Escritor y humorista norteamericano, cuyo verdadero nombre fue Samuel Clemens. Autor de cuentos, relatos de viaje y novelas de costumbres americanas como las que describe en su obra: Las aventuras de Tom Sawyer.

Tom Sawyer y Hucklberry Finn

Ilustración sobre Tom Sawyer y Hucklberry Finn expuesta en el Museo del río Mississippi en Memphis.

Todo cuanto acudía a su mente era útil para sus cuentos casi todos de carácter popular: La rana saltadora; El billete de un millón de libras; Historia de un caballo, cuento en el que muestra toda su indignación moral. Es característico que en casi toda su producción literaria sobresalga la influencia de lo moral; pero, otro valor por resaltar es su sentido del humor.

 

 Rudyard Kipling (1865 - 1936)

 

Nació en Bombay, pero se educó en Inglaterra. En casi todos sus relatos, situados en el ambiente de la vida hindú, y en un lenguaje directo y vigoroso, Kipling reveló un agudo espíritu de observación, capacidad inventiva y una habilidad especial en la descripción de tipos característicos, inspirados en la realidad.

La primera obra maestra que escribió fue El libro de la jungla, en donde presenta un mítico mundo animal, regulado por las férreas leyes de la fuerza, donde Mowgli, el cachorro humano, es acogido fraternalmente y encuentra de nuevo las huellas de una afinidad atávica. A través del hilo conductor de las aventuras de un muchacho, el autor ofrece un cuadro clásico de los aspectos más pintorescos de la India.

En 1907 obtuvo el Premio Nobel de Literatura.

Óscar Wilde (1854 - 1900)

Nació en Dublín. A su producción poética y dramática añadió la narrativa, integrada por cuentos escritos entre 1885 y 1891. Algunos de ellos son: El príncipe feliz, El ruiseñor y la rosa, La casa de las granadas, El gigante egoísta.

Una de las apreciaciones de este incomparable autor, que nos enseña la literatura es la de ser un genio excepcionalmente brillante, de especial su sutileza expresiva.

“El arte singularísimo de improvisador que tuvo Wilde” lo vemos reflejado y evidentemente comprobado en los cuentos que, además, son altísimas expresiones poéticas:

“Dame una rosa roja – gritó el ruiseñor – y te cantaré mis más dulces canciones. El arbusto…. Dijo: Mis rosas son rojas…; más rojas que los grandes abanicos de coral que el océano mece en sus abismos; pero el invierno ha helado mis venas, las heladas han marchitado mis botones, el huracán ha partido mis ramas, y no tendré ya rosas en todo este año”. (El ruiseñor y la rosa).

Anton Chejov (1860 - 1904)

Autor representativo de la narrativa rusa del siglo XIX. Realizó estudios de medicina que no terminó por dedicarse a la literatura. Se dio a conocer en 1886, con el libro: Cuentos de varios colores. Pero a partir de ese año y de este libro se liberó de las formas humorísticas del cuento y se interesó en los más candentes problemas de la vida y de la personalidad humana.

Otras obras suyas muy conocidas son: El tío Vania, y El jardín de los cerezos, cuyo principal atractivo no está en el relato, sino en su arte de los caracteres; es como si la acción no fuera más que un pretexto para presentar una galería incomparable de tipos humanos palpitantes frente a los encrucijados caminos de la vida.

El aporte colombiano

En Colombia, el cuento ha recorrido diversos caminos de la mano de excelentes cuentistas. Nuestra literatura se ha enriquecido con cuentos de tema fantástico, legendario, inverosímil, real, trágico, amoroso, etc.

Recordemos maestros del cuento como: Jesús del Corral, Tomás Carrasquilla, Sofía Ospina de Navarro, Rocío Vélez de Piedrahíta, Manuel Mejía Vallejo, Gabriel García Márquez, Gonzalo Arango, Hernando García Mejía y muchos más.

 

Efe Gómez (1867 – 1938)

Efe Gómez por Pedro Nel Gómez

El ingeniero y escritor Efe Gómez (Francisco Gómez) pintado por su colega ingeniero Pedro Nel Gómez.

 

Francisco Gómez, uno de los antioqueños más representativos en la narrativa colombiana por su poder de observación y de captación de los problemas humanos. Combinó su profesión de ingeniero con sus dotes de escritor de mente poderosa. Así, su vida y sus escritos dan cuenta de una personalidad extraordinaria: matemático y artista, filósofo y cuentista.

Su impecable prosa está recogida en tres volúmenes de cuentos; en cada tomo, uno de los cuentos le da el título; ellos son: Almas rudas que agrupa 13 cuentos; Retorno, 16 cuentos; Guayabo negro, 8 cuentos.

El que da título a este último volumen es la historia de Pedro Zabala, llevado a la cárcel en medio de una orgía; su retorno a la conciencia está lleno de sed, náuseas, vértigo, alucinaciones… ¿Por qué está en la cárcel?, no lo sabe…; pero no se extraña porque no es la primera vez….

Encadenado, lo ponen ante el cadáver de Manuel. No entiende; lleno de estupor mira el cadáver de su amigo. De pronto le llega la imagen de la escena sangrienta cuando, en medio de la borrachera, le traspasó el corazón.

En la cárcel, Pedro Zabala piensa en su pasado inmediato y traza planes de reforma para un venturoso futuro. Pero, cuando vuelve la imagen de su amigo asesinado, él mismo se decreta la sentencia de muerte y quiere ejecutarla.

“Don Efe” es único en sus cuentos por la fuerza dramática de la acción, la viva reproducción de los elementos reales y humanos y la extraordinaria relación de los complejos estados psíquicos de sus personajes.

Su lenguaje, ejemplo de expresión literaria, es ágil, como lo exige el género del cuento; exquisito en la construcción sintáctica y estilística, producto de una mente prodigiosa y de intuiciones geniales.

El aporte ecuatoriano

La literatura ecuatoriana ha aportado a las letras latinoamericanas grandes escritores como Eugenio Santa Cruz y Espejo, inigualable figura intelectual del siglo XVIII, José Joaquín Olmedo, Juan Montalvo el brillante ensayista, César Borja el precursor del modernismo…

 

Lo invitamos a leer: Aprendiz de brujo en Luciano de Samosata, Goethe, Dukas y Walt Disney

Rigoberto Cordero y León (1916 – 1998)

En la segunda mitad del siglo XX, llega al panorama literario su producción, con sus cambiantes y atractivos frutos de ensoñación, melancolía y nostalgia.

Un caso especial en el desenvolvimiento del cuento, es su narración: Nacimiento. Los críticos lo catalogan como cuento de Navidad; pero nos parece que el autor hace un divertimento en torno a los niños armando su pesebre.

Juguetea sabia y poéticamente con las palabras, con los recuerdos, con las características de los objetos y los personajes que los niños aportan al pesebre; paladea las imágenes y expresiones literarias, y con repeticiones que, en otro lugar del idioma serían redundancias, aquí, en este texto, se convierten en alegres lucecitas traviesas, igual que la imaginación infantil, encendida ante la llegada del Dios-Niño a un lugar preciso: su pesebre, ¡el suyo!

“Niñez, niñez azul… infantilidad poesía esencial, poesía pura, poesía tierna, poesía perfecta… Infantilidad, edad en la que se guardan en el alma, las leves ilusiones… Edad en que es el corazón una cometa multicolor buscando cielos en los cielos reales o en los imaginarios cielos de cada noche… […]”.

 

Compartir Imprimir

Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-05-20 07:37:57
Interesante lección la de hoy.

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Hernando García Mejía
Palabra & Obra

Belleza, ternura y didáctica, la obra literaria de Hernando García M.

La maestra Lucila González de Chaves presenta con generosidad y conocimiento al virtuoso escritor Hernando García Mejía.

Lo más leído

1
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
2
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
3
Columnistas /

¿Saben qué es USD y cómo se usa bien?

Cada moneda tiene su código de tres letras ISO, mientras que el $ sirve para varias monedas.
4
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
5
Columnistas /

Bendeciste mi alma, ¿o bendijiste?

Como la lengua es del pueblo, no hay que apedrear al que, por alguna razón, se desvía de aquella ruta...
6
Palabra & Obra /

Aprendiz de brujo en Luciano de Samosata, Goethe, Dukas y Walt Disney

Recorrido por la historia del personaje Aprendiz de brujo en la literatura, la música y el cine.