La innovación debe ser la marca de Medellín

Autor: Nacho
17 septiembre de 2017 - 04:00 PM

Dos expertos reflexionan y sugieren ideas sobre el concurso de la Alcaldía para dotar a Medellín de una marca de ciudad.

Medellín, Antioquia

Para trabajar una estrategia de promoción y de marca de Medellín no se debe olvidar su pasado, pues no hay una receta de cocina definida porque cada ciudad tiene una experiencia y unas vivencias completamente distintas.
Esta muy directa observación y recomendación la formuló Gabriel Jaime Rico Betancur, con motivo del concurso que realizará la Alcaldía de Medellín para crear una marca de ciudad, en cumplimiento del Acuerdo 40 de 2015 del pasado gobierno de Aníbal Gaviria por medio de cual se creó dicho concurso de marca de ciudad.
Rico Betancur, además de exconcejal, excandidato a la Alcaldía, comunicador, publicista, fue el coordinador en la Administración pasada de la estrategia de internacionalización de Medellín.
Por su parte, el concejal Jaime Cuartas Ochoa, opinó que la marca de ciudad se convierte en una herramienta fundamental para lograr transformar no solo los imaginarios propios sobre lo que implica ser de Medellín, sino los que tienen en el mundo sobre su gente y  sobre el  pasado.
Entendiendo el pasado cercano de la capital antioqueña, Rico Betancur dijo que hay que mirar, por ejemplo, los ejercicios que hicieron en los años 70 personas como Helena Ospina de Baraya y Jaime Tobón Villegas, que dieron fruto con el lema de “Medellín, la ciudad Industrial de Colombia”, con el nacimiento del Palacio de Exposiciones y de la primera Oficina de Promoción o de Fomento y Turismo, todo lo cual después derivó en el Bureau y en una herramienta de internacionalización para la construcción de una marca de ciudad.
Sin embargo, todo este esfuerzo se vino al suelo con la época del narcotráfico y de Pablo Escobar y la imagen de la ciudad sufrió una modificación en la mente de la gente que incluso hoy todavía permanece.
Este experto recalcó que en los últimos años los alcaldes han venido proponiendo cada cuatro años estrategias de campaña y de promoción de ciudad,  pero recomendó que no debe perderse el impulso que la administración de Aníbal Gaviria logró en el mundo entero con la marca “Medellín, la más innovadora del mundo”, que es el camino correcto porque lo que funciona a nivel internacional son las ciudades de marca que sean únicas, auténticas y propias.
En su concepto, la ciudad debe insistir en el tema de la innovación, que es un contexto que apenas está empezando a sembrarse en la mente de la gente, antes que cambiarlo.

Gabriel Jaime, ¿es correcto realizar un concurso público para llegar a una marca de ciudad o este es un campo para especialistas?
El hecho de que por lo menos estén invitando a la ciudadanía a escucharla y que estén haciendo una campaña informativa, es importante porque promueve la participación.
Pero invito a la Administración a que no olvide  el pasado independiente del tema político y para  que con generosidad sean capaces de convocar a construir un proceso que trascienda las administraciones, incluyendo la actual para que pueda tener vigencia y continuidad en el tiempo.

Después de Pablo Escobar
Por su parte, el concejal Cuartas aportó que luego de la desaparición de Pablo Escobar, se pensó que ese hecho marcaba la luz al final del túnel para una sociedad que, como la de Medellín, estaba herida de muerte. Sin embargo, esto se cumplió solo de manera parcial. Pues si bien era cierto que muchos de nuestros males tenían el nombre de este personaje, también lo era que su génesis era más profunda y compleja y que partía de largas inequidades que la muerte de un individuo no podía solucionar.
El reto, prosiguió Cuartas, “era reinventarnos como sociedad, encontrar nuevos espacios y alternativas, vocaciones diferentes que le permitieran a Medellín cambiar su imagen en el mundo, pero más que nada lograr transformaciones profundas con alternativas reales”.
El desafío como ciudad era doble: ser y parecer.
En su concepto, la  marca de ciudad se convierte, entonces, en una iniciativa que entiende el potencial del turismo como motor de desarrollo económico en la ciudad y por ello, promueve la imagen de Medellín como un destino no sólo innovador, sino atractivo y de gente amable.
Cuartas fue ponente de la política pública de turismo, como resultado de la identificación de este sector como una fuente importante de ingresos, comprendiendo que Medellín no es una ciudad de turismo vacacional, sino para el turismo corporativo y de grandes certámenes, que con el paso de los años ha impactado de manera positiva la economía municipal.
Fue con el Acuerdo 78 de 2013: Medellín ciudad de turismo corporativo: grandes eventos y eventos de conocimiento, presentado por Cuartas Ochoa, que recayó la mirada en el sector del turismo y se concluyó que la vocación real de la ciudad se debía encaminar al turismo de reuniones y eventos, considerando que éste es mucho más rentable que el vacacional, deja más ingresos, no es estacional, y trae consigo usuarios más sofisticados que exigen productos de excelente calidad. 
Espera que el sector turismo y la Administración trabajen de la mano en pro de mantener o mejorar la imagen de la ciudad con respecto al turismo corporativo y de grandes eventos, un ejemplo concreto de ello es la marca de ciudad, ya que ésta es precisamente el vehículo que condensaría todas estas ideas para proyectar a Medellín. 
Sin embargo, lamentó que no se le ha dado la fuerza necesaria y la desarticulación es la piedra en el zapato que impide posicionar la marca en el mercado.
“La marca de ciudad no puede limitarse a la duración de un período de administración, debe estar por encima de la marca del gobierno de turno”, concluyó Cuartas.


El concurso

Sobre el concurso público Marca de Ciudad (Decreto 0162 del 22 de febrero de 2017), Jaime Cuartas dijo que a la fecha aún no se tiene definido quién la operará, qué nombre tendrá y mucho menos su diseño.
“Preocupa que luego de casi veinte meses la actual Administración no haya avanzado en esta línea. El contrato entre la Secretaría de Desarrollo Económico y el Bureau de Medellín para realizar el concurso tiene un valor de casi 550 millones de pesos e irá hasta diciembre del año en curso. Queda la sensación de que para el año venidero, en plena Ley de Garantías no será posible empezar a desarrollar la marca de ciudad, sino hasta mediados de año”
Y añadió que incluso si se  empieza hoy, parecería demasiado tarde para una Administración que comienza a ver el sol a sus espaldas.

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