Dos reformas, pero que sean pragmáticas

Autor: Alberto Maya Restrepo
21 octubre de 2018 - 09:05 PM

Como en el caso tributario, Dios quiera que lo que salga de la reforma pensional sea también pragmático.

Hay expectativa por, al menos, dos reformas: la tributaria y la pensional. La primera es ya “costumbre” de los gobernantes que llegan, pero en esta oportunidad se esperaría que, llámese integral o no, fuera ante todo pragmática, pues la legislación tributaria colombiana es demasiado extensa y llena de vericuetos. Ahora bien, que una gran empresa tenga contralor, gerente de contabilidad, apoyado en un séquito enorme, asesores tributarios, etc. es lógico… hasta cierto punto, pues mucho de ese personal lo que hace es nadar en un océano de normas, conceptos, directrices, etc.

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Hay que pensar en el contribuyente normal y corriente, los que cada vez serán más en la medida en que vayan bajando los montos a partir de los cuales se deba declarar. Ese contribuyente del común no tendría por qué ir a pagar a un asesor para que le haga la declaración. Si bien, por sus ingresos no tendría que pagar nada, sí termina pagando a esa persona que lo ayuda a cumplir con la obligación tributaria, tal vez, en casos, no porque quien ha de declarar no sepa sumar y restar, sino porque, por físico miedo a meter la pata dentro de esa maraña de disposiciones, busca asesoría, ya que un error podría ser asunto serio.

Me imagino, como he visto a norteamericanos hacerlo, al esposo, junto con la esposa, llenando el formulario para declarar. Mientras el uno lee datos el otro escribe y en un dos por tres se hace la tarea. Aquí no. Si tributar a nadie gusta, ¿por qué, adicionalmente, hay que torturar para que se cumpla con la ley?

Por lo pronto solo habría una “ley de financiamiento”, lo que quiere decir que se cobrarían más impuestos para salir de la olla raspada que dejó Santos y luego vendría la reforma tributaria como tal, la que, reitero, debería pensarse sobre bases pragmáticas y de facilidad para cumplir con la obligación de sostener al Estado… y no a los corruptos que viven del fisco.

En cuanto a la otra, la pensional, hay mucha tela para cortar. Ese lío entre Colpensiones y Fondos de Pensiones, manejados por privados, parece no tener fin. Recuerdo que a mediados de los años 90 se empujó a mucha gente para que se pasara a los Fondos privados, inclusive a algunos se los obligó a salirse del entonces ISS, sin mayor información sobre lo que ello significaba.

Por entonces, un amigo mío fue enviado por la empresa en donde trabajaba a Chile para que estudiara el régimen de pensiones que había en tal país, ya que el de aquí fue prácticamente calcado del de allá. Además, para enterarse sobre el sistema de salud de allá. Estuvo unos dos meses y al regresar me contó sobre sus hallazgos. No se me olvidan sus palabras: “por nada del mundo te vayas a retirar del Seguro Social, tanto en salud como en pensión (entonces no existía Colpensiones)”. Le hice caso y me alegro de haberlo hecho.

Injusto sería decir que los Fondos privados de pensiones han mentido al dirigirse a personas que potencialmente pueden ser sus clientes. Más bien, es que los unos hablan en chino y los otros en español básico. Para entender, realmente entender, cómo funciona el sistema de ahorro privado con miras a obtener una pensión hay que saber mucho más que leer y escribir. Creo que sí les han faltado más datos y mejores prácticas pedagógicas, amén de verificar si el cliente entendió bien y a fondo. En cambio, el sistema de Colpensiones se explica y entiende con mayor facilidad, aparte de que el análisis de los resultados (pensión realmente recibida), de estar en los unos o en el otro, muestra que, en términos generales, es más favorable en el caso de estar en Colpensiones, aunque las excepciones merecen explicación.

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¿Cuál sería el sistema ideal en Colombia? Mucho se habla de ello pero ¿quién tiene la lámpara mágica? Todos en Colpensiones, como que no es financieramente factible. Todos en los Fondos, como que no habría ambiente. Que hay desequilibrios en la legislación que rige a los unos y al otro, pues sí y habrá que enmendarlos. Valdría la pena explorar una mezcla entre los dos sistemas. En fin, como en el caso tributario, Dios quiera que lo que salga de la reforma pensional sea también pragmático.

 

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