Decálogo para el votante consciente

Autor: Johnatan Clavijo
10 octubre de 2019 - 12:03 AM

En esta etapa final de la carrera electoral en las regiones, es importante afinar los sentidos para identificar cuáles de los candidatos podrían ser los mejores gobernantes o representantes políticos.

Bogotá

Johnatan Clavijo

En esta etapa final de la carrera electoral en las regiones, es importante afinar los sentidos para identificar cuáles de los candidatos podrían ser los mejores gobernantes o representantes políticos. Vale la pena tomar una decisión consciente porque quienes resultarán elegidos, serán quienes tendrán el poder de administrar o vigilar los recursos públicos… el dinero de todos. Y son ellos, quienes determinarán cuáles problemas priorizarán y buscarán solucionar en nuestra sociedad.

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La decisión no es menor y por ello, es fundamental activar el sentido crítico. Este decálogo, arbitrario, se propone como una herramienta para diferenciar entre aquellos candidatos que saben de lo que están hablando y que tienen un sentido claro de lo que pueden hacer desde su rol público, de quienes solo dicen mentiras para quedarse con un pedazo del pastel. Obviará aspectos como descartar a quienes compran votos, combinan armas con política o religión con política, por mencionar algunos casos. Por favor, léase con atención antes de dirigirse a las urnas:

  1. Sepa quién es quién. Usted está eligiendo a quien será el administrador de los recursos públicos y a quienes lo vigilarán para que cumpla con lo que prometió. ¿Le daría usted todo ese dinero y poder a cualquiera? Tómese un espacio de tiempo para estudiar las hojas de vida de aquellos candidatos que le llaman la atención. Pregúntese, ¿quién es?, ¿qué causas dice defender y qué ha hecho por estas?, ¿cuáles son sus orígenes y sus vínculos familiares? Si han ocupado cargos públicos, ¿qué han hecho? Si no es así, ¿qué otra experiencia los legitima para cumplir con un rol público? ¿Tienen antecedentes penales o de corrupción? No tome una decisión a la ligera. Recuerde que su voto está entregando un poder muy importante durante cuatro años.
  2. Investigue quién rodea al candidato. En política, aquello de “dime con quién andas y te diré quién eres” tiene mucho sentido. Entender quién rodea o respalda a un candidato, puede ser fundamental para saber con quiénes gobernará. A veces, los antecedentes judiciales o de corrupción suelen estar en los aliados y no en el candidato. Cuidado.
  3. Desconfíe de los que se llamen a sí mismos, frecuentemente, “independientes”. En política, nadie puede ser independiente a menos que sea un dictador o un monarca. Gobernar implica hacer coaliciones; construir una carrera política implica rodearse de otros políticos; la independencia es un concepto abstracto que usan aquellos que quieren distanciarse de la mala imagen de los partidos políticos y la política tradicional. Y distanciarse no implica diferenciarse. Entender esto es fundamental.
  4. Pregúntese por lo que prioriza. Un buen político, desde su etapa como candidato, explica cómo funciona lo público. Así, se evita mentir para agradar o prometer lo que no puede cumplir. En cuatro años, resulta fundamental definir unas prioridades y trabajar por ellas. La agenda de problemas públicos es enorme y por eso, establecer unos focos claros de atención es lo más honesto, porque es sobre esos problemas sobre los que se pueden lograr cambios más profundos. Priorizar es parte fundamental de ser un buen gobernante. Aquellos que prometen solucionarlo todo y revolucionar el sistema, por lo regular, mienten.
  5. No basta con priorizar, es necesario comprender los problemas. Si su candidato, cuando habla sobre el problema le dice todo lo que usted ya sabe, es muy probable que no esté lo suficientemente preparado para resolverlo. Cuando alguien sabe de un problema no solo lo puede explicar con claridad, sino que ofrece información nueva y relevante. En política pública, no hay nada peor que no comprender el problema, porque en adelante, las propuestas de soluciones pueden no atacar sus causas y, por lo tanto, el dinero público se puede estar desperdiciando en ocurrencias inútiles.
  6. Cuestione a quienes proponen soluciones obvias. Pregúntese, ¿si es tan sencillo, por qué nadie lo ha hecho? La excusa de que no lo han permitido las clases políticas tradicionales y los intereses económicos son, casi siempre, vacías de sentido de realidad. Cuando llegue al poder, ese gobernante tendrá que lidiar con esas mismas clases e intereses. Las sociedades son complejas, los sistemas son complejos, los problemas son complejos y las soluciones, por lo tanto, no son obvias.  
  7. Elija a candidatos conscientes de sus poderes y sus limitaciones. Un político no puede solucionar todos los problemas ni tiene el poder para intervenir en todas las situaciones que suceden en una sociedad. Un buen candidato, con condiciones para ser buen gobernante, es consciente de lo que le corresponde hacer desde el rol que ocuparía y lo que no está en sus manos. Aunque nos cueste aceptarlo, son muchas las cosas que un político tiene por fuera de su control; por ello, conocer y entender lo que puede y no puede hacer, nos permite diferenciar entre el candidato honesto y el vendedor de ilusiones.
  8. Prefiera a quien esté conectado con la gente y con las realidades. Esto implica conocer el territorio, su gente y sus problemáticas. También, requiere conocer las cifras, mirar los problemas con perspectiva y asesorarse con expertos. Escuchar la opinión general y la informada, contrastar, intentar comprender los fenómenos sociales, explorar; eso es lo que diferencia a un candidato preparado de uno del montón.
  9. La sensatez gobierna mejor que el extremismo. En la sociedad, todos tenemos intereses y el gobernante deberá moverse entre esos intereses para construir acuerdos y definir políticas que, con seguridad, afectarán alguno de esos intereses. El buen gobernante define una ruta, construye acuerdos en medio de esas dificultades y tiene la determinación suficiente para afrontar que ciertos intereses no pueden obstaculizar el bien común.
  10. La responsabilidad de todo ciudadano es informarse. Cada dos años, usted debe acudir a las urnas, ya sea para elecciones regionales o nacionales. Si no es candidato, entonces está delegando en otros parte de la responsabilidad sobre lo público. Su rol, entonces, es el de informarse para tomar una decisión consciente. Hágalo y para hacerlo, empiece por el punto 1 de este decálogo.

Le puede interesar: El poder de la ciudadanía

 

 

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Comentarios:

Edgar
Edgar
2019-10-11 08:16:37
Ideas pragmáticas , claras y concisas para poner en práctica cuanto antes en el proceso de escoger el candidato.

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