Las dos caras de la misma tarjeta: un monstruo que lo hunde en las deudas o una salvación en un momento de dificultad. Aunque es el portador quien decide desde qué ángulo mirar, el desconocimiento de las características de las tarjetas de crédito es uno de los factores que le han extendido una “mala fama” a este producto financiero. 

Vladimir Calle, docente del área de Economía y Finanzas de la Universidad EIA, sugirió para quienes piensan embarcarse en la solicitud de este recurso, e incluso para quienes ya cuentan con él, ser conscientes de las enormes ventajas que ofrece, pero también, de lo peligroso que puede ser para las finanzas personales al ser utilizado de una manera descuidada: “Una tarjeta de crédito debe ser manejada de acuerdo con las dimensiones del ingreso, es decir, las decisiones que se tomen con ella deben responder a una capacidad de pago y no tanto a un capricho. Esto debe ser tan introyectado, que no debería ser el banco quien fije el plazo de pago, sino que uno mismo, al momento de contar con el dinero, sea quien cancele la deuda”, afirmó Calle, al señalar que las fechas de corte, la tasa de interés, los costos de cada transacción y el tipo de producto (de acuerdo con la franquicia), deben ser características que las personas deberían conocer ampliamente para tomar decisiones informadas sobre sus consumos.  

Otras recomendaciones para un uso saludable de las tarjetas de crédito son emitidas por Asobancaria, al aconsejar que, de ser posible, los abonos de cada cuota deben superar la cantidad requerida. “Esto permite reducir el saldo total de la deuda de una manera más rápida y sobre todo, pagando menos intereses. No olvide su fecha de pago. Si decide diferir a plazos su compra, trate siempre de pagar su cuota a tiempo para evitar el cobro de intereses de mora”, publicó la entidad al adicionar que llevar un control de los pagos y revisar siempre los extractos es una costumbre necesaria, ya que así se puede verificar que las compras registradas fueron efectivamente hechas. 

Además de evitar comportamientos nocivos que acentúan la deuda, se puede procurar el ahorro conociendo los beneficios adicionales que cada producto le ofrece a sus portadores. Alianzas con marcas, programas de lealtad, beneficios con millas, y hasta descuentos por el pago con la franquicia, son sólo algunos de los muchos beneficios con los que podría contar su tarjeta de crédito, y de los que se estaría privando por desconocer las promociones, que puede consultar en su banco o en la página web de la entidad financiera que ampara el documento. 

La edad para el crédito

Aunque a edades tempranas el consumo no suele ser responsable, adquirir una tarjeta de crédito a corta edad representa beneficios para el historial crediticio y la educación financiera. Actualmente en Colombia hay más de trece millones de tarjetas de crédito circulando y muchas están en poder de los jóvenes gracias a los productos bancarios que facilitan el acceso sin soportar mayores ingresos. Figuras como los planes joven, o las tarjetas amparadas, han venido supliendo las necesidades de los adolescentes, quienes enfocan su consumo principalmente en bienes y servicios ofertados de manera digital.