El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
“¿Cuándo estaba pequeño usted bailó y jugó con la ronda infantil que rezaba ‘la colita es mía, es mía doctor…’?. El autor de esos recuerdos…”.El autor es el payaso Miky y ha fallecido. Y sí bailé, canté y jugué mientras sonaba “la colita es mía, es mía, doctor, la inyección, no, no, no…”. Aquí está el primer error, que no lo cometió el autor de la canción (digo, no sé cómo escribía él la letra de su canción), sino, en este caso, el redactor de este texto publicado en el perfil de Facebook de un periódico.El primer error es que se comió la coma entre “mía” y “doctor”. Yo sé que ahí no hay pausa, que parece que no hubiera coma, pero resulta que sí va coma, y obligatoria. “Doctor” funciona como vocativo y los vocativos se separan con comas. Ya les ha hablado sobre el vocativo: “hola, Juan”, “no me diga mentiras, hermano”, “dígame, mi amigo, si lo ofendí”. Juan, hermano y mi amigo son vocativos en estos casos específicos.El segundo error es el punto que puso después del signo de interrogación. La secuencia “?.” no se usa: no se pone punto después de la interrogación de cierre porque esta ya tiene un punto. ¿Cómo va entonces?: “¿… la colita es mía, es mía, doctor…? El autor…”, y listo. Por eso, después del signo de interrogación que cierra va mayúscula, siempre y cuando no haya otro signo. “¿Dónde estás?, me preguntó”. Está perfecta: si hay coma, va minúscula. O, también correcto, “¿dónde estás? Me preguntó”.¿Rezar puede ser sinónimo de “decir”?Miren que el redactor escribió “ronda infantil que ‘rezaba’”. Y está bien. De todas maneras, los significados de las palabras cambian. Una palabra puede terminar significando cualquier cosa a la vuelta de los años. Por ejemplo: hace 50 años “navegar” hacía pensar en barcos, en el mar, en un marinero, en islas, en el Caribe, etc. Pero hoy, lo primero que pensaron, díganme si no, cuando leyeron “navegar”, fue internet.En fin: rezar, además de dirigir una plegaria a Dios, a un santo, a María Auxiliadora, significa “decir algo”, pero se refiere específicamente a un escrito. “El libro reza tal cosa”, “esta columna reza tal otra”.Curiosidades: dos palabras y una tildeTríada: con tilde en la i, significa conjunto de tres cosas, de tres seres relacionados entre sí. “El amor, la paz y el perdón son una tríada invencible”.Triada: viene del verbo triar, que significa “escoger”. Este verbo es poco usado y es muy frecuente que se use triada con el significado de tríada.
En contra:1. El comunismo ha sido de las peores pesadillas de la humanidad en dolor humano.2. Los dos más grandes líderes comunistas de la historia han sido al mismo tiempo los mayores genocidas. Entre Mao y Stalin mataron por gusto sádico, ambición y supuesta venganza a un número de personas inocentes superior a la población actual de Colombia.3. La mayor parte de los comunistas que aceptan la democracia en el fondo de sus corazones sueñan de todos modos con reemplazarla algún día por un sistema comunista.4. En general los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo que no parezca un ataque contra una religión.5. En medio de los auténticamente idealistas hay un buen número de personas con ideas comunistas que las han usado y las siguen usando exclusivamente para obtener beneficios para ellos mismos y para personas que piensan como ellos.Lea también: El fin de la historiaA favor:1. Si no es por la izquierda comunista la democracia no se hubiera transformado y seguiría siendo casi una injusticia institucionalizada como en sus comienzos lo era.2. Ha habido líderes de ideas comunistas que gobernaron bien democracias, y muchos de quienes han sido alguna vez comunistas luego se vuelven excelentes gestores de la democracia.3. La idea básica del pensamiento de izquierda de que no es justo que una minoría tenga beneficios excesivos por la penuria de la mayoría es perfectamente legítima.4. Por más que Cuba sea una pesadilla cotidiana para sus habitantes por culpa de Castro, especialmente por haber puesto misiles nucleares, hay menos crimen que en casi cualquier otro lugar del mundo.5. Mal que bien, sigue siendo cierto que la democracia capitalista que los comunistas tanto critican tiene serios problemas de corrupción e injusta redistribución.
Para aludir a los años que van desde 2020 hasta 2029, lo adecuado es usar formas como: los años veinte; los veinte; pero NO: los años veintes; los veintes; los 20’s; la década de los 20’s; etc.Usos correctos: ¿Qué nos depararán los años 20? Después de los veinte, tendrás más responsabilidades.El Diccionario panhispánico de dudas precisa que cada una de las décadas se representa con el numeral en singular, escrito en letras, ejemplos: los años treinta; la década de los sesenta; los noventa...Lea también: La RAE conceptúa sobre vocabulario de salud mentalTambién se pueden expresar las décadas con cifras: los 70, los 50, los 20... En ese caso no es adecuado incluir apóstrofo ni la letra ese (no: 30s, 80’s, etc.), fórmulas importadas del inglés y ajenas al español. Es el contexto el que aclara a qué siglo corresponde la década que se cita; es claro que al escribir: ¿qué nos depararán los años veinte?, nos estamos refiriendo a los años veinte de este siglo; pero, cuando pueda existir riesgo de ambigüedad, es posible añadir explícitamente a qué centuria se está aludiendo.No hay una denominación establecida para la primera década de un siglo, por lo tanto es aconsejable utilizar expresiones como: la primera década del siglo XX; la década de 1901 a 1910; la década de 1900 para referirse a los años entre 1900 y 1909, pues entre 1900 y 1910 hay once años.Para aludir a los años que van del 10 al 19 de cada siglo es adecuada la expresión: los años diez, aunque tiene poco uso. Es también correcta esta forma: la segunda década del siglo; pero, en sentido estricto, se dice: esta década va desde el año 11 al 20 de cada centuria.Cuando se cita el año 2000 y los sucesivos, es válido, tanto emplear el artículo delante como prescindir de él: del 2020; de 2020.El Diccionario panhispánico de dudas indica que hay que tener en cuenta lo siguiente:a) Desde el año 1 (y los anteriores a Cristo) hasta el año 1100:Es más frecuente el empleo del artículo el y la forma contraída de la preposición y el artículo: del, ejemplos: Los árabes llegaron a España en el 711. El 14 de marzo del 413 a. C. hubo un terremoto en Asia Menor.b) Desde el año 1100 hasta el año 1999:La omisión del artículo que evita la cacofonía: “del-mil”, es mayoritaria: 27 de febrero de 1995. En 1783.c) A partir del año 2000:Usar de nuevo el artículo EL, y la contracción DEL, en la escritura de los años: se esperaba con zozobra la llegada del 2020. Las conclusiones se harán públicas el 18 de enero del 2021. También es forma válida prescindir del artículo: El precio de la vivienda crecerá en 2021.d) En cuanto a cómo nombrar los siglos:Se escriben utilizando números romanos en mayúscula. El uso de cifras arábigas: siglo 20, y el uso de la expresión del número en letras: siglo veinte, son consideradas incorrectas.Tienen valor las formas ordinales: siglo I, o: ‘siglo primero’. Pero, a partir de 10, se leen como cardinales: siglo XII, siglo XXI, etc.El término siglo alude a un periodo de 100 años, cualquiera, pero se refiriere al que va desde un año ya acabado, en los dígitos 01 hasta el año siguiente acabado, en los dígitos 00. Así, el siglo XVII va de 1601 a 1700; el siglo XX acaba en 2000.e) La historia*Se llama siglo de oro, en minúscula, a cualquier tiempo en el que las letras, las artes, la política, etc., han tenido esplendor. Pero es Siglo de Oro, con mayúscula, el apogeo cultural español de los siglos XVI y XVII.*Antiguamente se daban nombres descriptivos a los siglos, más como referencia y orientación general, que como nombres formales. De ellos, solo está realmente reconocido: Siglo de las Luces, que funciona ya como denominación de periodo histórico.Le puede interesar: Fundeu y el lenguaje inclusivoEstos, apenas tienen uso en la actualidad:I, siglo de la Redención; II siglo de los santos; III siglo de los mártires y de los ermitaños; IV siglo de los padres de la Iglesia; VI siglo de la jurisprudencia; VII siglo del mahometanismo; VIII siglo de los sarracenos; IX siglo de los normandos; XI siglo de las cruzadas; XII siglo de las órdenes religiosas; XV siglo de las innovaciones; XVI siglo de las bellas letras; XVIII Siglo de las Luces, siglo del despertamiento (o emancipación) de los pueblos...
Por Óscar Jaime Restrepo Baena Colombia no deja de ser un país de sorpresas y contrastes. Siempre se nos ha dicho que somos un país feliz, en medio de muchas violencias. Sus habitantes somos amables, pero padecimos una guerra por más de cincuenta años y el país es uno de los más ricos en biodiversidad y recursos, sin embargo, los índices de pobreza son altísimos.Le puede interesar: Que el pensar distinto no nos impida estar unidosLo mismo sucede con las personalidades y los intelectuales que nos representan. Nos movemos en medio de la polarización respecto a la política y, sin embargo, algo hace que ante ciertas situaciones los polos más extremos se alinean en la misma orilla. ¿Qué podría hacer que políticos de derecha e izquierda coincidan en defender las mismas causas? ¿Cuáles razones podrían hacer que personajes ideológicamente distantes de derecha y de izquierda trinen en el mismo sentido, haciendo indistinguible a su autor? ¿Qué motiva a intelectuales, empresarios y terratenientes, políticos locales reconocidos, otros no tanto, pero con ganas de protagonismo, autoridades eclesiásticas, abogados, profesionales, actores, cantantes y hasta instituciones y agremiaciones, dignos representantes del establecimiento, se pongan de acuerdo y emitan comunicados, escriban columnas de opinión, lancen trinos, preparen videos, escriban diatribas y hasta convoquen eventos “académicos” y conversatorios de manera casi que simultánea defendiendo las mismas causas? No dejo de preguntármelo.Para resolverlo y tratar de acércame a un entendimiento he revisado la literatura y mis conceptos sobre economía y me encontrado algunas pistas que e me permiten aclarar de alguna manera estos temas.Todas las razones de confluencia me conducen al concepto de feudalismo, un sistema de posesión de la tierra, sustentado en la tesis de que la ella sola era la medida de la riqueza de un hombre. La posesión de la tierra y su valoración extrema se convirtieron en la única fuente de riqueza y trajo al clero y a la nobleza el poder para gobernar. La sociedad feudal consistía de estas tres clases, clérigos, guerreros y trabajadores, con estos últimos al servicio de las dos primeras. En el feudalismo los clérigos y los guerreros que poseían la tierra estaban en un extremo de la escala social, viviendo a expensas del trabajo de los siervos, quienes estaban en el otro extremo. Las razones que esgrimen nuestros contrapuestos representantes nacionales, no es otra que la misma valoración extrema de la tierra, pero ahora a diferencia de la época feudal, se basa en su defensa y cuidado. El respeto a la naturaleza que se ve violentado por la llegada de otras actividades al territorio que ponen en entredicho su hegemonía y manejo absoluto. Uno de ellos es el control sobre los siervos, hoy en día llamados campesinos. Es preferible el pago de jornales que de salarios dignos y de altura que permitan desmontar ese sistema de castas que subsiste en nuestro país. Lo que vemos en Colombia con la dificultosa implementación de los acuerdos de paz no es otra cosa que una lucha intestina por el control de la tierra,el conflicto armado por más de cincuenta años se sustentó en ello y la muerte de líderes sociales no tiene otra explicación. En el mismo marco conceptual puede entenderse la férrea oposición de insignes representantes del pensamiento nacional a la llegada de actividades económicas que reemplacen la tenencia de la tierra como eje fundamental de la detentación del poder, cualquiera sea la definición del mismo. Estoy hablando de actividades económicas diferentes a las centradas en la propiedad de la tierra, hablo de minería, infraestructura, vías, hidroeléctricas, etc.Uno de los aspectos que llevó a la caída sistema feudal fue la llegada del mercado y el comercio libre, el cual permitió el aumento de la productividad y al enriquecimiento de la población (o por lo menos cierta disminución de la desigualdad social), todo esto reforzado por la revolución del pensamiento y la valoración de la inteligencia humana. La entrada de la ciencia fue un golpe de fuerza que dio por terminado un sistema basado en la valoración de un bien terreno.El proyecto minero de Quebradona es un buen ejemplo de todo lo anterior. Todos aquellos que se han manifestado en contra, representando las diversas esquinas ideológicas, encuentran en la minería la disculpa perfecta para defender su apego a un sistema feudal y obsoleto basado en la valoración extrema de la tierra y la llegada de una nueva actividad económica pone en peligro el estado de bienestar que ellos consideran adecuado para sus intereses. Sus argumentos se basan en una visión parcializada de los sistemas económicos de corte capitalista, apoyándose en verdades a medias, lo que da a sus afirmaciones un cierto aire de verosimilitud. Pero se desprecia el valor del pensamiento, se desacredita la inteligencia, se descalifican los oponentes y se desvirtúan los artumentos propios de la ciencia, pues el pensamiento es su verdadero enemigo.Lea también: En Colombia sí tenemos ejemplos de buena mineríaEsa es mi triste conclusión, pues, aunque en Europa el sistema feudal medieval fue derrotado y le dio paso a la llegada del Renacimiento, centrado en la inteligencia, en Colombia seguimos siendo feudales y mientras ello no cambie, estaremos anclados en el pasado y sin esperanzas de trasformación y centrados en la tierra como fuente inagotable de conflicto nacional.* Facultad de Minas Universidad Nacional de Colombia
En 2012, Ana María Gómez Marín, ingeniera química de la Universidad Nacional, regresó de España después de hacer un doctorado en Electroquímica, Ciencia yTecnología en la Universidad de Alicante. Llegó con una meta clara: desarrollar su carrera en Colombia y retribuir el conocimiento logrado tras años de estudio einversión.El panorama que encontró Ana María fue desalentador: durante dos años estuvo buscando una oferta laboral estable que se ajustara a sus conocimientos y a superfil, pero no la encontró. “A mitad de 2013 empecé a trabajar con una institución de educación superior en Medellín, pero eso implicaba que solo estabacontratada por cuatro meses y luego diez, porque un año después la institución decidió contratarme por el año académico”, señala.Durante meses, Ana María buscó una oferta en una universidad pública pero tampoco tuvo suerte porque, según ella, los procesos para aplicar a estas institucionesde educación superior no eran claros. “Tras dos años sin una oportunidad estable y sin condiciones laborales justas, decidí aplicar a un posdoctorado en laUniversidad de Sao Pablo, en Brasil, donde las condiciones fueron claras, el proceso fue corto y resulté elegida”, puntualiza.Lea también: Ministerio de Educación renovó acreditación de alta calidad a Eafit Así, en 2015, la ingeniera química decidió guardar la alegría con la volvió a su país para volver a partir. Desde ese año reside en Brasil, donde además serácontratada como docente de la universidad donde adelanta sus estudios posdoctorales.Como ella, muchos colombianos con nutridos estudios de maestría o doctorado tienen que partir a causa de la poca oferta laboral, las difíciles condiciones delmercado y, en ocasiones, el apoyo reducido para desarrollar investigaciones de alto impacto.A este fenómeno de migración de talentos se le denomina fuga de cerebros, un concepto acuñado por la prensa británica de los años 60 para explicar el flujo deprofesionales hacia otros países, con el objetivo de continuar con sus estudios, desarrollar sus investigaciones académicas o encontrar mejores oportunidades ygarantías laborales.Sin embargo, para el profesor Gustavo Zuluaga, uno de los fundadores del pregrado de Astronomía de la Universidad de Antioquia, es más correcto hablar de “capturade cerebros”, dado que el problema no consiste en que los profesionales emigren a otros lugares, pues “la formación en ciencias requiere que la gente se mueva porel mundo”, sino en que el Estado no brinde condiciones adecuadas para que estos quieran regresar.Pero esa captura de cerebros no solo debe darse con los profesionales colombianos, sino también con el capital humano extranjero. Según Carlos Soto Lombana,docente de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia, sociedades científicas de países como Estados Unidos están compuestas no solo por nacionales,sino también por científicos de otras nacionalidades.A este respecto, Soto Lombana señala que si la sociedad científica de Colombia quiere crecer, tendría que “pensar en un sistema que no solo retenga el talentocolombiano, sino también que atraiga el talento extranjero”.Sin embargo, una solución a esta problemática parece lejana, pues no hay una cifra clara de cuántos colombianos se encuentran en esta situación lo que, enpalabras del profesor Soto Lombana, “devela un desinterés y una falta de voluntad institucional para reconocer la gravedad del asunto y formular políticas clarasal respecto”.Ofertas labores, expectativa vs. realidadEn la columna de opinión La profesión va por dentro. Nadie sabe lo de nadie, de Sergio Roldán Gutiérrez, publicada por EL MUNDO el 23 de mayo de este año, elautor señala que los jóvenes profesionales del país salen de las universidades cada vez más preparados, con manejo de un segundo idioma, posgrados, “con un par desellos en el pasaporte y el nivel de lectura arriba del promedio nacional” y que, sin embargo, no son bien remunerados.Esta es una de las razones por las cuales muchos profesionales, especialmente con estudios de doctorado, deciden salir del país en busca de mejores condicionessalariales y de mayor estabilidad laboral.Tal fue el caso de Ana María Gómez Marín, quien considera que el tiempo y dinero que invirtió en sus estudios de posgrado no se veían retribuidos con los suelos ycondiciones labores que ofrecían los empleadores colombianos. Igualmente, sentía que no tenían el mismo grado de compromiso, respeto y confianza para con losprofesionales. “Muchas universidades en el país tienen la necesidad de contar con doctores por los requisitos impuestos por la acreditación, pero no porque seanconscientes de la utilidad de un profesional con esa formación”, menciona Gómez MarínFrente a esto, John William Branch, profesor titular de la Universidad Nacional de Colombia y director del Grupo de Investigaciones y Desarrollo en InteligenciaArtificial- Gidia, señala que esta situación se da porque muchas organizaciones consideran que los doctores están “sobrecalificados” para ejercer sus labores.Por esto, los profesores Branch y Soto Lombana concuerdan en que es necesario que el Estado, la universidad y las empresas privadas formulen alianzas parapermitir el ingreso de profesionales con alto grado de formación al mercado laboral y que, dentro de las organizaciones, le apuesten a realizar investigaciones degran alcance.Branch enfatiza que esta unión “mejoraría la calidad de vida de todos los colombianos”, pues fomentaría la investigación y la innovación no solo en los procesosproductivos el país, sino también en otras áreas fundamentales como el medio ambiente, la economía y el posconflicto.Por su parte, el docente Gustavo Zuluaga señala que, en el caso de las ciencias puras, esta alianza no es tan efectiva, pues el profesional de estas áreas quieredesarrollar investigaciones independientes y no vinculadas a los asuntos productivos, por lo que recalca que la principal tarea del Estado “es apoyar lasinvestigaciones sin importar el área del conocimiento de los profesionales”.El Estado, ¿en deuda con la investigación?Según Colciencias, desde el 2009 y hasta la fecha, ha financiado a 1.922 profesionales colombianos “para que realicen sus estudios en el exterior”, con unainversión que se acerca a los $700.000 millones. Estos créditos condonables tienen como requisito que el profesional vuelva a su país para hacer una transferenciade conocimiento.Igualmente, Colciencias ha señalado que, con miras evitar la fuga de cerebros, acompaña esos proyectos de formación con la vinculación del talento formado alSistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTeI), para lo que ha invertido $18.400 millones en 2018.Así mismo, la entidad cuenta con convocatorias públicas para acceder a financiación de investigaciones que, según información oficial, buscan apuntarle a generarconocimiento de clase mundial y un impacto positivo en el país. Además:Colombia en la Ocde: un reto para la educación y el medio ambientePese a estas iniciativas, Carlos Soto Lombana considera que los recursos invertidos por el Estado para fomentar la investigación siguen siendo marginales,teniendo en cuenta que el presupuesto total de Colciencias para el 2018 es de $337.600 millones, “lo que representa un porcentaje mínimo de nuestro PIB”. Para Soto Lombana, esta inversión no es compatible con un país que “quiere transformar la sociedad y diferenciarla a través de este tipo de proyectos” que,además, son transversales a todas las áreas del conocimiento y desarrollo de Colombia.Por esto, el experto insta al Estado para que invierta lo suficiente en innovación, ciencia y tecnología, “porque incluso para pensar en los proyectos productivosdel posconflicto es necesario tener desarrollos tecnológicos importantes”.Por su parte, el profesor Zuluaga enfatiza que para saldar la deuda del Estado con la investigación, debe plantearse “la creación de un instituto de todas lasciencias, es decir, una entidad que contrate científicos de todas la áreas”, que los remunere bien y que contribuya al desarrollo del país.Entre tanto, Ana María espera que las condiciones del país mejoren para poder retornar y compartir lo que ha aprendido durante sus años de formación. Para ella,el Estado debería ser consciente de que muchos talentos fugados se forman con el dinero público y que, por esto, deben mejorar el sistema y brindar todas lasgarantías para que se dé la transferencia de conocimiento.“Yo siempre quiero volver, mis raíces están en Colombia. Pero mientras las oportunidades labores no mejoren, me es imposible volver”, sentencia la profesional.
El pasado 3 de octubre la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá capturó al coordinador de la Institución Educativa San Antonio de Prado, porque presuntamente vendía drogas a los estudiantes. Sin embargo, al no existir pruebas en su contra, la Fiscalía optó por no llevarlo ante un juez, sino dejarlo en libertad. Este sujeto, luego de ser culpado por porte ilegal de estupefacientes y presunta comercialización de los mismos, renunció a su cargo. Entre las sustancias que le hallaron, se encontraba el popper, que puede inhalarse como una droga pero que realmente sirve para la limpieza de computadores y su venta es libre al público, al ser considerada una sustancia psicoactiva y no estupefaciente.En ese sentido, los psicoactivos “producen efectos en el sistema neuropsicofisiológico, y no necesariamente son sustancias que generen dependencia”, además, no están incluidos en las prohibiciones penales del país como es el caso de esta sustancia, según explicó Juan Carlos Álvarez Álvarez, abogado, magíster en Derecho Penaly profesor deDerecho de Eafit.En cuanto a los antecedentes, es esencial remitirse al aspecto legal, debido a que en la Ley 30 de 1986 se creó el Estatuto Nacional de Estupefacientes. Es así que gracias a su existencia, el abogado penalista señaló que hay un bloque de normas dentro de esta normativa que conformó el Consejo Nacional de Estupefacientes y en el que se estipularon las funciones que debía cumplir en la política de drogas en Colombia. Además, en un segundo bloque de la misma ley, se estipularon normas relacionadas con las conductas delictivas y el tráfico, venta y producción de estupefacientes. No obstante, para el año 2000 se expidió un nuevo Código Penal y se incorporaron esas normas.Lea más sobre:Capturado docente que vendía drogas a sus estudiantesÁlvarez Álvarez explicó también que hay normativas relacionadas con el tráfico de sustancias que “sirven para el procesamiento de narcóticos y una serie de conductas que regulan cuáles son las sustancias prohibidas”.Según la legislación de 1986, existen diferencias entre los tipos de sustancias: Las drogas son aquellas que introducidas al organismo vivo, modifican sus funciones fisiológicas. Los estupefacientes, son drogas que no están prescritas médicamente y que actúan sobre el sistema nervioso central y producen dependencia.Mientras que los psicotrópicos, o sustancias psicoactivas, “son aquellas drogas que actúan sobre el sistema nervioso central y producen efectos neuropsicofisiológicos y no necesariamente son sustancias que produzcan dependencia”, dijo Álvarez Álvarez.Asimismo, cuando se habla de dependencia psicológica en la Ley 30, expone la necesidad de consumir drogas, sin importar sus consecuencias. Siendo entonces los psicoactivos, sustancias que no hacen parte de la legislación prohibida para su uso, comercialización o fabricación. “Para efectos jurídicos desde el punto de vista penal, hay que remitirse a las definiciones que trae la ley”, concluyó.¿Qué es el popper?El popper es una sustancia líquida que se inhala, no posee color pero tiene un olor particularmente fuerte y penetrante. Algunas personas utilizan esta sustancia para el consumo, pero ese no es su verdadero uso.Jorge Alonso Marín Cárdenas, presidente de la Asociación de Toxicología Química Colombiana, señaló que el popper tiene nitratos y nitritos, “todos los componentes que utilizan para esta sustancia generan un efecto similar y lo que hacen es que producen vasodilatación, o sea los vasos del organismo tanto de las venas como de las arterias se pueden dilatar y parte del músculo liso. Por ejemplo, el esfínter anal se dilata y por eso es que lo usan”. Históricamente este producto ha sido utilizado desde 1970 en discotecas de Estados Unidos y ha sido acogido por la comunidad Lgbti.Por su parte, Christian Fernando Lizalda Aponte, químico industrial, magíster en Ciencias Biomédicas y docente de Química de la Institución Educativa Zaragoza, explicó que los consumidores de popper manifiestan sentir ‘un subidón’ que “corresponde a un aumento de la circulación cerebral, lo que se percibe como un efecto hiperoxigenante, euforizante, cercano al de otras drogas sintéticas, sobre la apreciación musical y desinhibición al bailar”.Si las personas lo consumen podría provocarles mareos, debilidad, dolores de cabeza, vómito, irritaciones alrededor de vías aéreas, dermatitis, taquicardia, infarto, aneurismas o accidentes cardiovasculares. “Este riesgo podría ser potenciado por el consumo conjunto de otras sustancias como la marihuana, el alcohol, el tabaco, la cocaína, los sedantes y los potenciadores sexuales”.Lea más sobre:El cannabis medicinal: negocio con potencial en ColombiaLa sustancia tiene un gran problema y es que al inhalarla produce una sensación placentera que aparece de forma muy rápida y dura muy poco tiempo, “una sustancia que sea capaz de generar este tipo de situación en el organismo puede ser adictiva. Lo que se produce con el popper es una adicción más psicológica que biológica, ya que la persona tiene que consumir una gran cantidad de forma constante para desarrollarla, pero empieza a generar hábitos rápidamente”, expuso Marín Cárdenas.En cuanto a sus componentes, el Isobutil Nitrito corresponde a un grupo de los nitritos coloquialmente conocidos como “poppers”. “Son sustancias formadas por esteres de ácido nitroso y la combinación de alcohol, nitrito de sodio y ácido sulfúrico. Los tipos más comunes son el amil nitrito, el isobutil nitrito y el butil nitrito”, manifestó el químico industrial, argumentando que los nitritos o nitratos orgánicos afectan principalmente el Sistema Nervioso Autónomo.En una investigación,periodistas de EL MUNDOrecorrieron la ciudad para determinar qué tan asequible era la compra en tiendas sexuales y efectivamente lograron adquirir este producto sin restricciones, lógicamente su venta solamente es para mayores de edad.El precio en los diferentes establecimientos no varió excesivamente. En el Centro se puede adquirir por $15.000, mientras que en otras zonas de la ciudad se adquiere por $20.000.Aunque también puede adquirirse en establecimientos de tecnología, porque su uso real es para limpiar computadores. Este tipo de producto pueden encontrarse en dos formas: en aerosol y líquido. “El limpiador electrónico en spray presenta como componente activo, los gases propano-butano en una concentración entre 800-1000 partes por millón (ppm) y la exposición prolongada puede afectar al Sistema Nervioso Central”, comentó Lizalda Aponte.Adicional a ello, el experto comentó que “algunos limpiadores en presentación liquida son soluciones de isopropil alcohol o una mezcla de nitritos que por sus características fisicoquímicas pueden ser encontrados también en productos como limpiadores de video, desodorante ambiental y limpiadores de cuero. Es posible que uno de estos nitritos o varios se encuentren haciendo parte de uno de estos tipos de productos domésticos”, por lo que podrían ser adquiridos en tiendas de aseo.¿Por qué es legal?La Seccional de Investigación Criminal (Sijin) de la Policía Nacional, dio a conocer que el popper no es una sustancia alucinógena, “la venta al público y de sus componentes es abierta al público porque es utilizado para limpiar elementos”.De igual forma lasección de Antinarcóticos del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General de la Nación, confirmó que el uso del denominado popper no es un delito en Colombia. Sin embargo, “es frecuente encontrarlo en los allanamientos efectuados a las diferentes plazas de vicio, junto con otras sustancias que sí tienen prohibición legal como la marihuana, la cocaína, entre otras. Durante los operativos de allanamiento se incautan además de las drogas prohibidas: el popper”.Cuando la policía incauta popper a alguna persona, la capturan y la ponen a disposición del ente investigador, “pero como es una sustancia que no es controlada de por sí, entonces le dan libertad. Por ejemplo en los allanamientos los incautamos porque se tiene conocimiento que lo emplean para la venta, no para el tema que está hecho, sino para el consumo o para estimulante”.Seguido de la incautación, la Sijín le toma una muestra al popper y la envía al laboratorio de química, “allí determinan si hay algún tipo de componente que sea controlado o prohibido”, y en ese caso, mediante el estudio evidencian si alguno de sus componentes no es abierto al público, lo que podría generar alguna sanción.Lea más sobre:Policía capturó 51 personas de la estructura delincuencial “El Hueco”Si el popper se compara con otra sustancia psicoactiva y de tipo legal en el país sería el boxer o popularmente conocido como sacol. “Guardando las proporciones, el popper o la sustancia que antes se utilizaba para limpiar los cabezotes de algunos aparatos electrónicos, equivaldría al pegante de zapatos”, indicó el ente investigador.Respecto a la normativa aparte de la Ley 30 de 1986 y el Código Penal del 2000, Álvarez Álvarez recomienda remitirse al Convenio de Naciones Unidas. Para tener en cuenta la normatividad del país, es esencial conocer el artículo 376 del Código Penal que expone sobre: “El que sin permiso de autoridad competente, introduzca al país, así sea en tránsito o saque de él, transporte, lleve consigo, almacene, conserve, elabore, venda, ofrezca, adquiera, financie o suministre a cualquier título sustancia estupefaciente, psicotrópica o drogas sintéticas que se encuentren contempladas en los cuadros uno, dos, tres y cuatro del Convenio de las Naciones Unidas sobre Sustancias Psicotrópicas, incurrirá en prisión de 128 a 360 meses y multa de 1.334 a 50.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes”.El abogado penalista de igual forma aconseja conocer el artículo 381: “El que suministre, administre o facilite a un menor droga que produzca dependencia o lo induzca a usarla, incurrirá en prisión de 96 a 216 meses”. Asimismo, dijo que en lo estrictamente penal, “la remisión para determinar conductas delictivas está en la Ley 599, que es el régimen que recoge provisiones penales en todos los ámbitos”.No obstante, a pesar de que en Colombia el popper es considerado como sustancia psicoactiva y no estupefaciente, es decir que no genera necesariamente dependencia y además se comercializa libremente, en España ya prohibieron su comercialización porque determinaron que estaba afectando la salud pública. Además, en Reino Unido desde el 2016, empezaron a plantear su prohibición, aunque hasta el momento continúa legal.Al respecto, el abogado penal concluyó que “el Consejo Nacional de Estupefacientes podría en algún momento decir que una sustancia que no esté contemplada, pero que produzca los mismos efectos de las otras que sí lo están, podría quedar incluida en la prohibición penal”.Estos antecedentes cuando ocurren en otros territorios replican como una posibilidad, ya que cuando algunas sustancias “empiezan a sancionarse en otras legislaciones se vuelve una tendencia al expandirse en los distintos países. Entre otras cosas porque lo que tiene que ver con sustancias estupefacientes, surgen de recomendaciones relacionadas con convenios de Naciones Unidas y como hay muchos países las acogen”.