El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
En los últimos días, el presidente Juan Manuel Santos firmó el ingreso oficial de Colombia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde),una entidad de cooperación internacional cuya misión es promover y compartir políticas que, según la misma organización, “mejoren el bienestar económico y socialde las personas en todo el mundo”.Colombia fue examinada por 23 comités en un proceso que duró siete años y medio, durante los cuales el Gobierno Nacional tuvo que aprobar nuevas leyes y poner enmarcha mejoras en sus regulaciones.Tales mejoras incluyeron el fortalecimiento de la capacidad del Ministerio de Trabajo, con miras a reducir la informalidad, generar la independencia de algunosórganos de control, como lo son las superintendencias, y el robustecimiento de la supervisión para los conglomerados financieros.A este respecto, el presidente Santos señaló, en su discurso frente a la Ocde, que Colombia también aportará su experiencia “para enriquecer el trabajo de esagran organización”, cuyo foro de análisis podrá revisar de manera permanente las políticas que implementan los países miembros.Pese al largo proceso que enfrentó el país para acoplarse a las prácticas de la Ocde, el camino apenas empieza. Pero no solo en materia de políticas laborales,fiscales o económicas, sino también en aspectos como la educación y el cuidado del medio ambiente, elementos claves para el desarrollo del país.Colombia, hacia el crecimiento verde Una de las prácticas de la Ocde frente a los procesos de producción y el cuidado del medio ambiente es el Crecimiento Verde, un proceso estratégico que buscapropiciar el crecimiento económico en tanto se asegure la protección de los recursos naturales para que estos, en términos de la Organización, “continúenproporcionando los recursos y los servicios ambientales” de los que depende el bienestar de la sociedad.Igualmente, el Banco Mundial se refiere a este término como una alternativa para transformar el modelo de crecimiento económico que, durante muchas décadas,estuvo centrado en la explotación de los recursos naturales.Para cumplir con esas políticas de crecimiento verde, Giovanni Montoya Aldawe, economista y director del contenido del Grupo Ágora, señala que la economíacolombiana tendría que pensarse desde “un esquema de producción más limpia”, lo que implica que las compañías “soporten técnicamente su producción para ofrecer elmenor impacto ambiental”.Frente a esto, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) ha venido liderando desde noviembre de 2015 y hasta mayo de 2018 una estrategia denominada Misión deCrecimiento Verde. Esta iniciativa tiene como objetivo primordial definir los lineamientos de la política pública para encaminar al país hacia el CrecimientoVerde en el 2030.Con esta Misión, el Gobierno Nacional busca enfocarse en tres ejes: primero, la productividad en el uso de la tierra, el agua y la eficiencia energética, así comola adopción de una economía circular donde los productos sean diseñados para que se facilite su reciclaje; el segundo, la apertura de nuevas oportunidadeseconómicas como la bioeconomía; y tercero, el uso de energías renovables y no convencionales.Pese a todos estos esfuerzos, para Jahir Alexánder Gutiérrez, docente investigador de la Facultad de Ciencias Administrativas de la Universidad CES, Colombia“tiene todo por aprender” en materia de crecimiento verde, pues todavía hace falta una mayor articulación de los esfuerzos y “falta un mayor reconocimiento de lasriquezas naturales y cómo explotarlas de manera adecuada”. Lea también:EPM desmiente que venta de activos busque su privatizaciónPor su parte, Montoya Aldawe, señala que este proceso puede durar décadas y que el cumplimiento de las normativas dependerá no solo del Estado sino también delcompromiso de las empresas, que tendrán que pensar en el cuidado ambiental como uno de los ejes más importantes a la hora de producir.Así, el Crecimiento Verde propone una serie de reestructuraciones al sistema productivo y económico que Colombia conoce desde hace décadas. Por este motivo,expertos señalan que tanto las empresas como los ciudadanos deben estar comprometidos con el cumplimiento de dichas regulaciones.Raúl Cardona Montoya, jefe del pregrado de Finanzas de la Escuela de Economía y Finanzas de Eafit, enfatiza que las empresas privadas tienen unacorresponsabilidad a la hora de implementar estas regulaciones, pues tendrán que “plantear sus proyectos en pos del cumplimiento de las normas ambientales”, ytendrán que enfrentar el reto de “disponer recursos para trabajar en producción sostenible”.Igualmente, Cardona Montoya advierte que el papel de la ciudadanía es vital en ese proceso, pues tendrá que tomar conciencia de que acciones cotidianas comoreciclar y no desperdiciar agua tienen un impacto directo con el cuidado de los recursos naturales.Ciencia, tecnología e innovaciónEn 2016, la Ocde realizó una revisión de las políticas nacionales de educación y recopiló dicho análisis en un documento titulado La educación en Colombia. Eneste informe, el organismo señala que en las últimas dos décadas el país mejoró en la cobertura de educación, representada en un mayor número de estudiantesmatriculados en todos los niveles académicos, así como una mayor participación de la ciudadanía en la Atención Integral y Educación de la Primera Infancia (AIEPI)y en la educación superior.Sin embargo, también mencionó dos retos que Colombia tendrá que solucionar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos: cerrar las brechas en términos departicipación y mejorar la calidad de la educación, pues persisten las desigualdades en el acceso y permanencia en el sistema educativo. El economista Giovanni Montoya Aldawe recalca que el tema de la educación debe seratendido de manera estructural, pensando en la educación básica,secundaria y universitaria, y promoviendo en todos los niveles la innovación, la cienciay la investigación.En la actualidad, el presupuesto destinado para estos aspectos es de solo el 0.5% del PIB nacional, mientras que en algunos países de la Ocde, el presupuesto ronda el 4.5% del PIB.Para el experto, en la educación primaria deben reforzar temas como las matemáticas, laciencia y la tecnología, lo que implica “contar con docentes que tengangrandes habilidades en estos campos”. Por su parte, en la secundariadebería promoverse la investigación y la generación de productos innovadores,y en niveles de educaciónsuperior, articular la academia con las necesidades de la sociedad.Lea también:El Idea continúa con máxima calificación AAA, según Fitch RatingsSin embargo, para que una reestructuración en la educación sea posible, es necesario pensar en los docentes. Al respecto, Montoya Aldawe subraya que hay queacercar a los profesores a la tecnología y “entregarles las herramientas para que ellos puedan transmitir un conocimiento útil y moderno”.Así mismo, Raúl Cardona Montoya, jefe del pregrado de Finanzas de Eafit, señala que el Estado tendrá que apoyar con mayor fuerza la formación de los docentes detodas las áreas del conocimiento, pues esto puede impactar positivamente en la calidad de las investigaciones que surgen en las instituciones educativas.Igualmente, Cardona Montoya recalca la importancia de que el Estado invierta en mejorar la educación financiera de los estudiantes, pues es uno de los aspectosen los que los jóvenes tienen más dificultades: “deberíamos enseñarles a nuestros niños y jóvenes que el dinero hay que cuidarlo y saberlo gestionar, pues esto esfundamental para cumplir con las metas a corto, mediano y largo plazo”.A este respecto, el profesor Cardona señala que pese a que el decreto 457 del 28 de febrero de 2014 planetalas disposiciones para que la educación financiera seadictada en Colombia, las instituciones muchas veces no tienen los profesores preparados en el área, así como no cuentan con el acompañamiento estatal “lo queimpacta negativamente nuestro desempeño en pruebas internacionales”.Sin embargo, Cardona Montoya también señala que la educación ciudadana es vital para mejorar el sistema, pues muchas de las reformas que se tendrán que abordarimplican el compromiso de la ciudadanía y que estos “comprendan la importancia de ser un ciudadano transparente”.
“Una actitud consumista puede lubricar las ruedas de la economía, pero lanza arena en los engranajes de la moralidad.” Zygmunt Bauman.Acaba de morir, a los 91 años, el connotado intelectual, filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman, autor de múltiples textos. Tal vez el que lo hizo más reconocido fue Modernidad líquida, de 1999, cuya tesis de lo líquido de la vida, la sociedad, las relaciones, el amor, en la vida moderna actual la continuó desarrollando en otros tantos libros sobre esos temas. Una de sus últimas publicaciones fue Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida, publicado en el 2015, en el que denuncia la insensibilidad y el deterioro moral progresivo que se está convirtiendo en característica de nuestro tiempo.La ‘insensibilidad moral’ denota un comportamiento cruel, inhumano y despiadado, o también una postura ecuánime aparente e indiferente que se adopta y manifiesta hacia las penas, pruebas y tribulaciones de otras personas, lo que se resume en el “lavarse las manos” de Poncio Pilato. Para Bauman, esa insensibilidad es similar a la falta de sensibilidad corporal al dolor que se puede conseguir con analgésicos, analgésicos que, en el caso de la moral, también se consiguen en la sociedad.La función del dolor en el organismo es de alerta y advertencia de que algo anda mal, pero cuando la idea de no ser sensible al dolor se transfiere desde lo orgánico y corporal al universo de las relaciones interhumanas y se vincula así al “clasificador moral”, el no percibir signos tempranos de amenaza o que algo anda mal en la relación y la comunidad humana y de que no hacer nada las cosas ponen peores, conduce a que la noción de peligro se pierda de vista o se minimice hasta “inutilizar las interacciones humanas como factores potenciales de autodefensa comunitaria, y las ha convertido en algo superfluo, somero, frágil y quebradizo”.Para Bauman, también está en juego el proceso que denomina ‘individualización’ que se resume en el conocido lema ‘Necesito más espacio’ –tan utilizado entre nosotros-, que él traduce como demanda de abolir la proximidad e interferencia de los demás, algo que en principio no es ‘inmoral’ en su intención, pero que en este proceso de ‘individualización’ se transforma en un estado que hace innecesaria la evaluación y regulación moral y, algo más importante, no deja lugar para ello.La cultura consumista proporciona gran cantidad de analgésicos, anestésicos y tranquilizantes que controlan o erradican los dolores morales mucho más que los físicos. A medida que crece esta “ceguera moral” e insensibilidad que no permite ver ni sentir los dolores, penas, angustias del otro, de la comunidad y la sociedad, aumenta el consumo de estas “drogas” y se llega a la adicción. El resultado es una insensibilidad moral inducida o artificial, lo cual conduce a una compulsión “segunda naturaleza”, estado permanente o casi universal, para Bauman, “mientras que el dolor moral es despojado de su saludable papel de advertencia, alerta y agente activador.”Limitado el dolor moral, los vínculos humanos tejidos con el hilo moral se descosen y así, con ciudadanos ya habituados a enfrenta y apaciguar sus angustias, conflictos y dolores morales en el consumismo, “Los políticos pueden (o se ven empujados, arrastrados y en última instancia obligados a) interpelar a sus votantes, en primer lugar, como consumidores y, en un segundo y lejano lugar, como ciudadanos.” La política, entre nosotros, es mucho más la que se consume que la que se hace honestamente.CODA. En esta Colombia del vacío ético que se ha señalado, una especie de daltonismo entre moral religiosa y ética civil, la enfermedad puede haber evolucionado a la ceguera que nos ha hundido en la corrupción. Bienvenidas las campañas serias contra la corrupción, mejor si son acompañadas de un gran énfasis en formación ética, moral y ciudadana.
De acuerdo con medios radiales, los reclusos de la cárcel Villa Inés de la vereda El Reposo en Apartadó, empezaron este martes una huelga de hambre por una supuesta mala calidad de los alimentos. Mediante un video compartido en el canal de YouTube de Notiriosucio, los reos informaron a la opinión pública los motivos que los llevaron a entrar en huelga que fueron los siguientes:'El contratista de la alimentación está incumpliendo con la calidad y cantidad de manera repetitiva, el tratamiento de los alimentos no es el adecuado pues no poseen elementos de bioseguridad para prevenir la contaminación de los alimentos y los insumos alimenticios que proporcionan dicha empresa contratista son de la peor calidad, por lo anterior y otras anomalías por parte del contratista mantendremos la huelga hasta que seasolucionado', explicó el recluso y aclaró que la huelga es de carácter pacífico.Lea más sobre: Antioquia plantea solución a crisis carcelariaAnte esta situación, los internos le exigen a la Procuraduría General de la Nación que actúe pronto y les ayude a solucionar los problemas con su alimentación.
E. Puede llamarse J o K. Sin embargo E le va bien. Es de aquellos que podría decir: …tengo dos dientes falsos, solo mi dentista y yo lo sabemos… Es joven y si bien su expresión, en general, denota algo que no va con él es alegre y conversador, sin embargo necesita entrar en confianza, como la mayoría. En la medida que frecuenta las personas las barreras caen y su ingenio sale a flote, cuenta chistes y conversa sobre temas variados. Pero. Siempre hay un pero. Nunca ha podido superar el encogimiento que le causa el sexo opuesto. La presencia femenina lo apabulla y aun cuando entrado en confianza parece abierto a la conversación o incluso al amorío, una fuerza interior lo inmoviliza. Frente a una mujer preferiría ser otro…M. Por la mirada, así, grande abierta, quizá para ver más de lo necesario, y la boca que rechina, tiene la apariencia de una mujer a punto de tomar una decisión o saltar, sin apoyo, por encima del charco que se atraviesa en su camino después del aguacero. Sin embargo no llega a tanto. La mirada abierta y la boca en pleno esfuerzo son síntomas de una intensidad reprimida. M quisiera ser la rubia platinada a quien un galán heroico conquista y se enamora perdidamente. Pero no es así, sus galanes son mucho menos que heroicos. No soporta los avances de D, el contador, que no cesa de acosarla. Se siente atraída por E, el subalterno de D, pero cada vez que se cruza con él lo ve tan reprimido que ha llegado a creer que su sentimiento se acerca más a la lástima que al amor y, no sin dolor, piensa que algún día abandonará la idea de seducirlo…V. El vigilante, no lleva nunca la gorra que distingue su función, por eso hay clientes del banco que lo toman por un cliente más. No la utiliza para no desordenar el peinado en el que invierte minutos valiosos frente al espejo cada mañana y es causa de peleas interminables con X, su compañero. V solo piensa en su peinado y en su compañero, en ese orden; y no se interesa por nada más desde el día que E ignoró sus avances y por eso lo odia. Con su sonrisa de incógnita y los ojos a medio cerrar es testigo de que en el banco se cocinan ajustes, represalias, desquites y amoríos que mantienen en vilo al personal. Menos a él, dice con voz de canario, porque con X no necesita de nada ni de nadie más…D. Tiene la mirada vidriosa de quien pasa horas frente a listados interminables de cifras. Su oficio es sumar, pocas veces restar, dineros que no le pertenecen. Su jefe, O, le exige precisión y claridad a toda prueba; los clientes son minuciosos hasta el último centavo y cualquier error se paga caro. D es un solitario, sin embargo la soledad que ha cargado durante años se ha vuelto insoportable y por eso se insinúa a M, para tener algo de compañía, pero ella solo tiene ojos para E, el contador subalterno, que no le presta atención. Cuando D cae en la cuenta de que para acercarse a M debe ganarse la confianza de E, convertirse en su amigo inseparable y hacer que le sirva de lazarillo, decide comprar su confianza. ¿Cómo? Con dinero del que cuentan en jornadas interminables cada día. Si toman un poco, nadie lo notará, piensa D…O. Es un hombrecito pequeño de cabeza triangular, que peina los tres pelos que le quedan como si se tratara de una melena de león. De ahí los ojos desorbitados y el carácter áspero. Pero O, como todo el mundo tiene corazón y en secreto, sin que nadie lo note, es lo que cree, observa a M cuando camina por el pasillo, toma refresco en la cafetería o se aleja rumbo a su casa al final del día, entonces sueña con caminar a su lado. Desde la coincidencia de su ascenso a jefe de contadores con el ingreso de M al banco, O la persigue, mentalmente, claro. Una mañana se le ocurrió la idea de ordenar a E que le ayudara a organizar un encuentro accidental con ella en el salón cafetería de la esquina del banco. Incluso pensó en ofrecer al subalterno una suma que no hubiera visto nunca en su vida si hacía el puente con ella. Desgraciadamente, las semanas y los meses pasaron y nunca se atrevió a insinuar su pretensión a E y menos aún a acercarse a M. En despecho, cada día, se mostró más estricto con D…B. El señor B. Es, según O, el hombre más importante del banco. Es el gerente. Todos los días a la hora del café, la pausa de los empleados, el señor B pasa por el hall del banco y como después de tantos años es amigo de todos pasa entre los clientes saludando como una reina, entra al pasillo, toma café, se pone al día de las noticias o los chismes y trata de estar al lado de M que solo tiene ojos para E. Por supuesto el señor B es pudiente, dueño de una cuantiosa fortuna y viudo. Desde antes de la muerte de su mujer tiene los ojos puestos en M. Ahora, libre y con la posibilidad de cumplir el deseo de estar cerca de la mujer que tiene su corazón en vilo, siente la felicidad cercana. Sin embargo el señor B prefiere no cortejar a M delante de todos y lleva su discreción al extremo; se limita a seguirla cuando sale en las tardes rumbo a su casa. Esta situación no puede extenderse más en el tiempo, el señor B lo sabe…P es el patinador. Desde el día en que descubrió el cuerpo, que no reconoció, recostado de frente contra la pared del orinal, sin vida y ensangrentado, no ha podido cerrar la mirada de terror que lo acompaña a todas partes. No esperaba encontrar lo que encontró aquella mañana en el baño para hombres del primer piso. Como patinador, es decir, mensajero entre funcionarios, es quien lleva y trae todo entre las distintas dependencias y “todo” significa “todo”: incluso chismes, dires, desdichas, inventos, verdades y mentiras. Digamos que el hallazgo en el orinal aceleró la sorpresa en sus ojos ya desencajados por el estupor que le causaban las intenciones secretas de sus compañeros de trabajo. La facilidad para ir de un puesto a otro, intercambiar ideas con todos, también con O que se permitía esos deslices con él, y recibir a veces bajo juramento de estricto secreto, confidencias azarosas, había convertido a P en el “paño de lágrimas” del banco. Para los investigadores P es aquel que por sus intimidades con todos corre el riesgo de hablar más de la cuenta…E-2. Nadie lo vio, solo V quien dijo a los detectives que antes de que P encontrara el cuerpo ensangrentado había notado la presencia de E en los pasillos alrededor de la máquina de café, cerca del baño de hombres, pero cuando lo llamó con la intención de recriminarlo porque todavía no era hora de la pausa, éste no le respondió. V cayó entonces en la cuenta de que no se trataba del E que todos conocen sino de otro, idéntico, su hermano gemelo con bigote, dijo. Sin bigote, agregó, era igual, los mismos ojos, los mismos hombros caídos, la misma flacura lastimosa. Como a V le molestaba E sobre todo después de que lo rechazó, agregó que le pareció extraño verlo fuera de su puesto antes de la hora del descanso. También dijo que E no fue la única persona que merodeó por allí antes del descubrimiento y que, el muerto, cuando todavía estaba vivo, claro está, había pasado cerca de su puesto pero eso no era extraño…Epílogo. Un detective con cara, figura y bigote de detective en servicio llegó al banco minutos después de que la alarma fuera activada. Nadie hasta ese momento se había atrevido a tocar el cadáver. Cuando el detective y dos de sus colegas dieron vuelta al cuerpo incrustado de frente contra la pared del orinal y con cinco heridas de puñal, la sorpresa fue mayor. El muerto era nadie menos que el señor B. Los presentes se miraron interrogantes: D mira a O con temor; O se siente observado, busca a E entre el grupo y solo alcanza a verlo detrás de M; todos, sin excepción miran a M que lanzó un grito pequeño y con la mano coronada por uñas rojas se tapó la boca. El único que no centró su mirada en ella fue E porque se encontraba a sus espaldas; pero todos notaron la forma insistente como V clavó sus ojos en E, seguramente en busca del bigote que llevaba aquel que imaginó como su hermano gemelo poco antes de descubrir el cadáver. El único que no mostró expresión fue el detective. Se limitó a observar los presentes uno por uno. M era la más conmovida porque, aunque no lo pareciera, sospechaba el por qué de las frecuentes visitas a tomar café del señor B y como, en la práctica, las esperanzas de conquistar a E eran mínimas, su interés ya se había volcado hacia el señor B. Esa intención, si M la hubiese mencionado, habría convertido a E en el sospechoso número uno. Si lo hubiera sabido, P no se hubiera guardado un chisme de ese tamaño. Desde su lugar, algo alejado del grupo para no interferir en el dolor de los empleados, el detective tomaba nota y hacía el análisis de la situación. En ese momento P notó algo extraño en el ojo izquierdo del detective. Es de vidrio, se dijo, y lo murmuró al oído de V pero éste no lo escuchó porque su atención estaba puesta en E. Mientras los forenses hicieron las diligencias del levantamiento, el detective midió, evaluó y sacó conclusiones. Todos, anotó en su libreta, tienen razones para matar al señor B: por envidia, por celos, por M. Todos culpables, anotó mientras miraba de reojo las actitudes falsamente conmovidas. Los diez ojos clavados en M y las cinco heridas en el cuerpo de la víctima certificaban su duda. Del gemelo de E, posible asesino, nadie dijo nada, el detective concluyó que era un invento de V para distraer su atención…© Saúl Álvarez Lara / Reescrito en estos días de confinamiento…
Sin duda alguna es más fácil durante la pandemia estar bien informados por los medios de comunicación, a quienes solo interesa la noticia, que encontrar a alguien para explicarnos acerca de los desiertos exteriores que estamos trasegando efectos de otros tantos, pero interiores. De lo contrario sólo vamos a saber que fue lo que nos pasó, el diagnóstico, pero no las causas de lo que nos ocurrió y las correcciones que debemos hacer desde nuestro interior. Es imposible que le sigamos endilgando la culpa al virus y su pandemia que por no ser humanos carecen de discernimiento y mucho menos de soluciones.Lea también: Una nueva visión de futuroDe la multiplicación de los panes para una multitud empobrecida nos habla el resucitado y lo registra Marcos con una economía extrema de palabras. Recordemos que las actitudes de Jesús de compasión y solidaridad con los pobres, cuando las repetimos nosotros como experiencias propias se llaman seguimiento de Jesús, voluntad de Dios, ser humanos que nos hace creyentes.Pudo haber sido por el impacto de la muerte de Juan Bautista que Jesús se retiró a un lugar despoblado y solitario encontrándose con una multitud que lo compadeció, y curó a los que estaban enfermos. Por la lejanía, la hora y sus escasas provisiones, cinco panes y dos peces, los discípulos, la iglesia del momento le insinuó a Jesús: “despídelos para que vayan a comprar comida” (evangelio). No compartir porque no tenemos ni nos alcanza con lo poco que tenemos como dijeron los discípulos la Iglesia a Jesús, sigue siendo un rodeo capcioso ya que pudieron o pueden compartir lo que les es propio, “cinco panes y dos peces” (evangelio). Otro tanto ocurrió con el sacerdote y el levita en la parábola del buen samaritano dando un rodeo despectivo para no caer en cuenta del herido. Puede ser que con los pobres tenemos más distancias que acercamientos. Además, cuando los discípulos, la iglesia, proponen comprar con dinero es someterse al mismo factor que ha producido el hambre de la multitud. Para Jesús no hay que comprar, basta compartir, el. La multitud en la época de Jesús es signo del hambre que hoy aumenta en el mundo a nombre del capital, el dinero o el egoísmo que es lo mismo, revelado por la pandemia. Para Jesús compartir, la solidaridad es un proceso de personalización que implica varios momentos: El primero es sentarse en la hierba, “que se sienten por grupos de cincuenta” (Lc 9,14) para enfatizar la organización que requiere la solidaridad y el compartir como respeto a los que antes eran solo multitud y ahora permite un mejor desarrollo al don de la solidaridad haciéndola más humana y personal.En el segundo momento Jesús da gracias a Dios Padre por lo que hay “Alzó la mirada al cielo, bendijo los cinco panes y dos peces” (frutos de la tierra y el trabajo del hombre). La acción de gracias a Dios por el pan, perdida por la mayoría de creyentes, es el inicio del milagro.En el tercer momento “Los partió y se los dio a los discípulos y los discípulos, la gente y todos comieron y quedaron satisfechos. Después recogieron lo que sobró: Doce canastos llenos. Habían comido unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños” (evangelio). La versión religiosa de ser Jesús quien multiplicó los panes y los peces deja en cero la responsabilidad de la iglesia. La lectura profética se refiere a la multiplicación signo del compartir; y a los doce canastos llenos como sobrante para los que siendo pobres no estaban en la multitud. Jesús es quien sostiene y garantiza las futuras multiplicaciones; si se comparte no importa el número de pobres porque alcanzará para todos. El compartir el pan brota como una verificación del amor de Dios que remueve la compasión en nuestro corazón y nos permite repetir con Pablo: “Qué podrá apartarnos del amor con que nos ama Cristo: El hambre, la desnudez, las angustias, las tribulaciones. Ciertamente de todo esto salimos más que victoriosos, gracias a aquel que nos ha amado sin permitir que nos apartemos del amor que nos ha manifestado Dios en Cristo Jesús. (2ª lectura)Le puede interesar: Una propuesta en pandemia y despuésEl oráculo profético de la primera lectura hace eco en nosotros cuando dice: “¿por qué gastar tu dinero en lo que no es pan; tus salarios en lo que no te satisface?” Al mismo tiempo nos invita a mirar a Jesús quien puede colmar nuestros deseos más profundos, “Préstenme atención, escúchenme y verán que ustedes pueden tener vida… Yo hago con ustedes una alianza eterna, les cumpliré las promesas que por amor hice a David” (Primera lectura).Lecturas del domingo 18º del tiempo ordinario - ciclo a, 2 de agosto de 2020Primera lectura. Lectura del libro de Isaías (55,1-3)Salmo: Sal. 144Segunda lectura. Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,35.37-39)EvangelioLectura del santo evangelio según san Mateo (14,13-21):En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: «Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer».Jesús les replicó: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer».Ellos le replicaron: «Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces».Les dijo: «Traédmelos».Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.Palabra del Señor
¿En qué clima o ambiente se desenvolvió la carrera de Putin, vista desde la caída de la URSS, hace 30 años, hasta hoy, cuando aparentemente él corona la cúspide? Pues en un clima muy afín al soviético que lo precedió, cimentado en la misma burocracia medrosa y vegetativa de antes, conocida como “la nomenclatura”, la cual, sin mayores afanes o acoso, siguió administrando el aparato del Estado, con idénticas mañas y el mismo estilo de los jerarcas de otrora, desde Malencov hasta Brezhnev y sus respectivos epígonos, aunque esta vez sin el partido comunista, que fue oportunamente arrinconado. La actual burocracia entonces es copia fiel de la anterior, como casi todo en Rusia, donde suele venerarse el pasado con más devoción que en el resto de Europa. No en vano allá, donde se acaba Europa comienza Asia. Y cuando menos una mitad de Rusia es asiática, y no apenas en lo territorial sino en lo cultural, y en el talante básico, siendo Asia a su vez lo más apegado a la tradición, como sabemos. Baste citar las grandes potencias, China, India, Japón, etc., donde la modernidad que logro penetrar lo hizo venciendo grandes resistencias.Lea también: Memoria y ancestrosEsa gravitación del ayer, ostensible y desafiante a veces, se entiende porque la cultura que le es propia y especifica es también muy arcaica, estando más arraigada allá que en el resto de planeta. Lejos de descuidarla o renegar de ella, se cultiva minuciosamente, se custodia con sumo orgullo.Tenemos pues que la actual burocracia, sobreviviente del pasado en parte, se comporta en forma harto similar a la de antaño, que a su vez heredó los modos y la proverbial cautela de los heliotropos y dignatarios que tan gráficamente Google, Tolstoi y demás grandes escritores clásicos tan certeramente retratan en sus obras.Le puede interesar: Falacias y distorsionesLa atmósfera política que se respira es la misma entonces que circundaba al desprevenido Yeltsin (por eso duró tan poco), y a Putin, su fiel discípulo, que tan bien supo acoplarse y medrar a su sombra, hasta llegar a sucederlo en el mando. Y aventajándolo en todo sentido, como con creces lo ha demostrado y podremos constatarlo en próximas anotaciones.