Circo sin pan

Autor: Rodrigo Pareja
21 febrero de 2017 - 12:00 AM

Difícil que haya equilibrio, neutralidad e igualdad en política y en materia electoral, actividades tan propicias para que su nombre se ejerzan toda clase de arbitrariedades, corruptelas y presiones.

En la Roma antigua, cuando estaban en pleno furor los espectáculos donde las víctimas eran los cristianos enfrentados a fieras en las arenas del coliseo, se acuñó la frase pan y circo, para significar que mientras existiese el primero a los espectadores muy poco les importaba el segundo.

El dicho hizo carrera y se mantiene todavía en la misma connotación, pero con el agravante de que en la actualidad el pan – en todo sentido – escasea, mientras el espectáculo ha empeorado por cuenta de las fieras de turno.

La programación de la última gran función que se adelantará en varias etapas en esta época de circo pero sin pan, acaba de anunciarla el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, que pareciera haber actuado al tenor de su apellido convertido en magnánimo dispensador de milagros o de diversión.

Al menos cinco “cristianos” saldrán al ruedo para entretención del famélico respetable, inducido y arreado por los medios de comunicación: período presidencial de cinco años, sin tener en cuenta que si en cuatro hacen tanto daño cómo será en cinco; supresión del cargo de vicepresidente, esto para evitar que simultáneamente se le prenda una vela a Dios y otra al diablo como ocurre actualmente; financiación estatal de las campañas para que el corruptor sea solo uno, es decir, el propio gobierno que en ese momento esté manejando la chequera; el voto obligatorio para acabar de un plumazo con el rechazo actual a la clase política y establecer ese mismo voto desde los 16 años.

Pedazo de cartel, podrían exclamar asombrados aquellos que todavía en pleno siglo XXI añoran y defienden la carnicería, pero como en realidad se trata de otra cosa, habría que decir más bien, vaya sancocho el servido por el emperador reinante.

Para hablar solo de un ingrediente de esa mescolanza, pueden imaginarse ustedes al dispensador de turno repartiendo la “mermelada”, como denominan ahora uno de los tantos factores de corrupción – apetitoso dulce que antes llamaron “cupos indicativos “ o “auxilios parlamentarios” – repito, patrocinando con equidad y con el mismo rasero a todos los partidos, partiduchos, grupos y grupúsculos que buscarán repartirse la marrana electoral ?

Difícil que haya equilibrio, neutralidad e igualdad en política y en materia electoral, actividades tan propicias para que su nombre se ejerzan toda clase de arbitrariedades, corruptelas y presiones.

De este guisote propuesto para el divertimiento de la galería, vale destacar el condimento que tiene nombre propio, el Vargas Lleras, es decir, el que busca la supresión de la figura del vicepresidente, para cobrarle al único de los segundones que han ocupado ese cargo haber hecho algo y justificado el sueldo, aunque su propósito no hubiera sido el bien común sino afianzar su candidatura a la Casa de Nariño.

Y lo del voto obligatorio debiera ir aparejado con restituirle su valor, el cual en una maniobra politiquera le quitó la Corte Constitucional al ponerlo a pelear con el total de votos emitidos y no únicamente con los sufragios válidos depositados a favor de los políticos, como era la intención del constituyente al ofrecerlo en l991 como alternativa.

Tal vez así algún día, sin violencia y de la única manera posible hasta ahora concebida, pudiera asestársele una “puñalada” electoral a los que desde hace tantos años vienen trabajando únicamente en su beneficio, pero también para conseguir lo que se tiene ahora como país: un lodazal inmundo donde sobreviven por igual la corrupción, el hambre, la inequidad y la carencia de los más elementales derechos para millones de compatriotas.

Twitercito: Algunos que no las quieren, dicen que las palomas son las ratas del aire. Entonces las que medran en la política, ¿cómo deben ser denominadas?

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