Ciento treinta años de la Facultad Nacional de Minas

Autor: José Hilario López
19 abril de 2017 - 12:06 AM

Estamos en mora de hacer un reconocimiento a nuestro maestro.

El próximo 4 de mayo celebrará 130 años vida la Escuela Nacional de Minas, hoy Facultad Nacional de Minas adscrita a la Universidad Nacional desde 1940, para lo cual nuestra Alma Mater y Ademinas, su asociación de ingenieros egresados que también llega  a los 55 años de existencia, están convocando a conmemorar estas efemérides en un acto solemne. Durante la conmemoración se rendirá homenaje a los ilustres egresados Pedro Nel Gómez, Peter Santamaría, José Tejada e Ignacio Arango, todos ellos ya fallecidos excepto el ya centenario ingeniero Arango. Durante la conmemoración se presentará un documental sobre la vida y obra del Maestro Pedro Nel Gómez, que me propongo comentar en próxima columna.

A continuación una breve semblanza de estos nuestros grandes maestros de la ingeniería.

Pedro Nel Gómez, creador de los estudios de arquitectura en nuestro medio, muralista y escultor reconocido como uno de los grandes artistas colombianos del Siglo XX.

Peter Santamaría, gran profesor y decano durante varias épocas de la Facultad de Minas, amén de fundador de Ademinas. Impulsador junto con el profesor y colega Darío Valencia del estudio de las humanidades, como parte de la formación integral del ingeniero.

José Tejada fundador de Integral, la firma de ingeniería de consulta y de interventoría pionera y escuela del trabajo de muchos de los ingenieros antioqueños y de colegas oriundos de otras regiones. Entre sus aportes más destacados a la ingeniería nacional, al ingeniero Tejada se le reconoce la concepción del aprovechamiento hidroeléctrico del Río Cauca Medio, donde se encuentra Hidroituango, actualmente en construcción, el mayor proyecto de ingeniería concebido en Colombia.

Ignacio Arango, fundador de Integral y profesor de muchas generaciones de ingenieros en la Facultad de Minas. Fundador y primer presidente de Ademinas.

El talante pluralista y pragmático traído a Colombia por Tulio y Pedro Nel Ospina de la Universidad de California en Berkeley, universidad  donde  se habían formado  como ingenieros de minas, lo supieron imprimir a la Escuela de Minas, de la cual fueron sus fundadores. Resulta sorprendente que un recinto académico en una región tan conservadora y atrasada como la antioqueña de finales del Siglo XIX, creado como reacción a la Universidad Nacional identificada ésta con la filosofía de los radicales liberales y legado de la Constitución de Rionegro de 1863, llegara a constituirse en el centro abierto al conocimiento y al progreso que ha caracterizado nuestra gloriosa Alma Mater.

En la Escuela de Minas se formaron los primeros ingenieros de minas que impulsaron y tecnificaron la industria extractiva en Antioquia y en el país, así como los ingenieros ferroviarios que se encargaron de la construcción de la red férrea que  permitió impulsar en nuestra región la caficultura para exportación. En la minería y la caficultura se acumuló el capital que dio origen al desarrollo de la industria antioqueña,  que floreció hasta bien avanzado el Siglo XX.

Como un reconocimiento del aporte que para el desarrollo nacional ha tenido la industria extractiva, hoy injustamente vilipendiada por agitadores y fundamentalistas que fungen de ambientalistas,  quiero transcribir un aparte del discurso del 2 de enero de 1988 en la sección inaugural de actividades de su querida Escuela de Minas, en el que Tulio Ospina  exalta la industria minera y el trabajo rudo del minero:

“…La regeneración científica de la industria minera es el camino que más seguramente puede conducirnos a la resolución de la crisis económica que embaraza la marcha progresiva del país…. El minero necesita ser de carácter valioso, de ánimo sereno y de indomable energía. Por otra parte, nuestras minas, si bien casi inagotables, no son ricas: su verdadera riqueza la han hecho las virtudes eximias de nuestro pueblo. Para hacerlas productivas es necesario trabajarlas con orden y economía; y el minero antioqueño necesita ser sobrio, económico y ordenado”.

Tulio Ospina fue también el padre, como disciplinas académicas, de la geología y de la ingeniería de minas en Colombia.  Los geólogos, ingenieros geólogos y los ingenieros de minas estamos en mora de hacer un reconocimiento a nuestro maestro.

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