El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
La Corte Suprema de Justicia de Colombia abrió este jueves indagación preliminar contra el senador Armando Benedetti, del oficialista partido de la U, por supuestamente favorecer a la constructora brasileña Odebrecht en un contrato de estabilidad jurídica en 2012 y en una adición de otro.La Fiscalía le pidió el pasado 15 de noviembre a la Corte que investigara, además de Benedetti, a los senadores Musa Besaile y Sandra Villadiego, al exsenador Bernardo Miguel Elías Vidal, también del Partido de la U, así como a Martín Morales, quien fue suspendido de esa agrupación.Asimismo, solicitó investigar a Antonio Guerra de la Espriella, del partido Cambio Radical; Álvaro Ashton, del partido Liberal, y el representante a la Cámara Alfredo Ape Cuello, del partido Conservador.Lea:Exalcalde y exsecretario de Sonsón fueron condenados por peculado“La indagación preliminar (mecanismo para verificar la seriedad de la compulsa de copias), ayudará a entender los oscuros intereses” del fiscal general, Néstor Humberto Martínez, escribió Benedetti en su cuenta de Twitter al reaccionar a las versiones de prensa.El congresista señaló que además le permitirá aclarar que no tiene “nada que ver con Odebrecht como lo han dicho todos los implicados en ese tema” y dijo confiar en la Corte Suprema de Justicia.Según la información de la Fiscalía, “la modalidad de corrupción detectada consistía en la ilícita contratación de servicios por parte de congresistas, mediante comisiones de éxito, para que a través de sus competencias y funciones presionaran decisiones gubernamentales a favor de Odebrecht”.Al pedir la investigación, la Fiscalía explicó que se recabaron elementos probatorios según los cuales los directivos de Odebrecht, con la ayuda del detenido exsenador Otto Bula, lograron el apoyo de varios congresistas para que la sociedad concesionaria Ruta del Sol,de la que hacía parte la brasileña, obtuviera un contrato de estabilidad jurídica a más tardar el 31 de diciembre de 2012.Dicho documento garantizaba que no se cambiaran las condiciones de los impuestos para la concesionaria mientras se discutía en el país la reforma tributaria.Ese grupo de parlamentarios fue denominado por parte de los funcionarios brasileños “Los Buldócer”, en alusión a esa conocida maquinaria pesada.Además, la Fiscalía indicó que Odebrecht habría pagado 50.000 millones de pesos (unos 16,5 millones de dólares) para la adición del contrato Ocaña-Gamarra.Desde diciembre de 2016, cuando estalló el escándalo de los sobornos de Odebrecht en Colombia, la Fiscalía ha vinculado a 41 personas en las investigaciones, de las cuales 26 tienen imputación de cargos.También hay dos condenados, los empresarios Enrique y Eduardo Ghisays Manzur, y dos más están pendientes por recibir sentencia.Este miércoles, el exsenador Bernardo Ñoño Elías aceptó ante la Corte Suprema los delitos de cohecho y tráfico de influencias en el escándalo de corrupción de Odebrecht.Elías, capturado el pasado 10 de agosto, se declaró culpable de haber favorecido un otrosí de la carretera Ocaña-Gamarra, en el noreste del país, del contrato de la Ruta del Sol II en favor de la multinacional brasileña.Aunque aceptó esos dos delitos, el exlegislador se dijo inocente de concierto para delinquir y lavado de activos.La Fiscalía asegura que las coimas que presuntamente pagó Odebrecht en Colombia fueron de 84.000 millones de pesos (unos 28,35 millones de dólares) y no 11,1 millones de dólares (unos 21.550 millones de pesos de la época), como indicó el Departamento de Justicia de EE. UU. en diciembre del año pasado.
Las autoridades capturaron en distintas zonas del país a nueve personas acusadas de integrar una banda que extorsionó desde una cárcel de Bogotá a más de 200 jóvenes que aspiraban a ingresar al Ejército, informó la Fiscalía este martes.Los integrantes de 'Los Yara' fueron arrestados en los departamentos del Cauca y Valle del Cauca, Cesar, Huila,Tolima, Antioquia y Cundinamarca,agregó la Fiscalía en un comunicado. La organización estaba dirigida por Ánderson Oviedo Sabogal, quien paga una condena de 12 años en la cárcel La Picota, de Bogotá, por el delito de acceso carnal abusivo con menor de 14 años.Oviedo, según la Fiscalía, sería el responsable de hacer las llamadas a los aspirantes, suplantar grados, nombres y apellidos del personal del Ejército, y fijar las condiciones de pago para los trámites que ofrecía y por los cuales cobraba sumas que oscilaban entre $600.000 a $6.000.000. 'Las investigaciones indican que esta red, mediante algunos colaboradores en (la base militar de) Tolemaida, obtuvo nombres y datos personales de los aspirantes que no pasaban el proceso de incorporación', añadió la información. Lea más sobre:Fiscalía pidió condena ejemplar contra exmagistrado Rodrigo EscobarLos aspirantes a ingresar al Ejército eran contactados telefónicamente por integrantes de la organización que se hacían pasar como oficiales o suboficiales y se ofrecían a solucionar cualquier dificultad o restricción para ingresar a la escuela. Igualmente la Fiscalía indicó que durante la investigación se estableció que la red 'habría manipulado la página de internet de la Escuela Militar de Suboficiales' y cambió números telefónicos por lo que 'parte de las llamadas de los aspirantes llegaban a la organización delincuencial'. De momento, la Fiscalía ha recibido 12 denuncias contra 'Los Yara' por estafas que sumarían 200 millones de pesos, pero los investigadores tienen detectadas más de 200 víctimas que estarían en 15 departamentos 'por lo que el monto del engaño masivo sería muy superior'.
Los impactos que la COVID-19 ha generado en la economía colombiana no tienen antecedentes en la historia del país. En mayo, la tasa de desempleo fue del 21,4 por ciento, lo que ubicó a Colombia como el país con mayor tasa entre los 37 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).La reactivación económica no va a ser fácil, por eso, se requieren de acciones concretas que posibiliten la recuperación de empleos, la reactivación segura de las empresas y la sostenibilidad de las microempresas. Las organizaciones deben enfrentar estos desafíos con propuestas que contribuyan con la recuperación económica del país y el bienestar de los colombianos.Empresas socialmente conscientes como Comfama han desarrollado nuevas estrategias para seguir acompañando a las familias antioqueñas durante este periodo. Por eso, estableció su novedoso programa de Mentoría para el desempleo.Mediante esta propuesta Comfama busca acompañar a los trabajadores de Antioquia a encontrar nuevas oportunidades laborales a través de una ruta de aprendizaje en la que los participantes pueden redescubrir sus habilidades, talentos y pasiones. Asimismo, esta iniciativa posibilita acceder a nuevas alternativas por medio del emprendimiento, el autoempleo y las vacantes laborales activas.Ruta de aprendizajeEn primer lugar se realiza un acompañamiento para explorar distintos horizontes o estrategias que abran nuevos caminos, y de esta forma, determinar qué acciones se deben tomar. Además, los participantes tienen acceso a asesoría especializada para crear hojas de vida que sean llamativas para las empresas. Luego, se inicia un proceso de formación en el fortalecimiento de habilidades blandas que contribuyen con el desarrollo personal y profesional. El proceso finaliza con un entrenamiento para los procesos de selección y un viaje por oportunidades laborales.Las personas que accedan a este programa también podrán disfrutar, durante 12 meses después de la terminación de su contrato, de las oportunidades que ofrece Comfama en cultura y educación, salud mental y física, y hábitos financieros, de acuerdo con la categoría de afiliación con la que contaban.Ahora más que nunca la inclusión es necesaria, y en este camino la Mentoría de Comfama se convierte en una caja de oportunidades que permite que las personas cuenten con mejores herramientas para que la búsqueda de un nuevo empleo coincida con sus propósitos de vida.El programa también busca acompañar y asesorar a los empresarios. De esta forma, las empresas socialmente consientes pueden contribuir con acciones que mitiguen el impacto de la situación y gestionen la transición de forma humanista, colaborativa y efectiva.La historia de JuanaJuana Valentina fue una de las primeras usuarias de la Mentoría. En ella trabajó en temas como organizar su hoja de vida y reforzar su seguridad a la hora de presentar una entrevista.Foto: CortesíaJuana Valentina Montoya tiene 21 años, vive en Rionegro y el pasado 15 de abril perdió su empleo. Desde entonces se ha dedicado a buscar alternativas que le permitan obtener un nuevo trabajo. En ese camino encontró la propuesta de Mentoría de Comfama.“El programa me pareció muy interesante para reforzar mis competencias y aprender cosas nuevas. En las dos primeras sesiones virtuales hicimos ejercicios que nos ayudan a trazar nuestras metas para buscar nuevos caminos laborales”, expresa Juana, quien cuenta con una formación técnica en atención prehospitaliaria y actualmente cursa un programa técnico en auxiliar administrativo. Hoy sueña con tener un trabajo en administración de salud para aportar a este sector los conocimientos aprendidos en sus dos formaciones. “Estoy aprendiendo mucho de los tips que nos han dado en el programa de Mentoría. Ahora sé que debo organizar mejor mis objetivos y replantear mis metas”.¿Cómo participar en la Mentoría?Las personas que perdieron su empleo pueden ingresar a www.comfama.com/mentoria, conocer los requisitos de postulación e inscribirse. Quienes no puedan acceder a una conexión de internet, pueden comunicarse sin costo, desde fijo o celular, al 018000 415455 en las regiones de Antioquia, o 360 7080 en los valles de San Nicolás y Aburrá.
Todo lo que aparezca en un cuento es porque debe ser necesario, imprescindible. En esa premisa se encierra su perfección, o sea, aquello de nada sobra, nada falta. La ambientación, la manera de relatar, la situación o situaciones expuestas, el manejo inteligente de la tensión, los momentos de intensidad, son elementos del género. Hemingway, más que un escritor de largo aliento, era, sobre todo, un excepcional autor de narrativa breve (incluida la periodística), en cuyos cuentos, por decir algo Los asesinos, también aparece aquello que se ha denominado el minimalismo. Ese escritor, que en vida se confundió con la leyenda, paradigma público del macho, una figura que osciló entre la farándula y el heroísmo, dejó un legado que puede ir desde la torería, el boxeo, la pesca, las situaciones extremas de la guerra y, como lo veremos en esta nota sobre uno de sus cuentos maestros, hasta los safaris salvajes.Lea también: La señorita quiere escribir un cuentoSu experiencia en África (fue un escritor en cuyas obras de ficción aparecen, además de las de su país de origen, geografías españolas, italianas, francesas, cubanas) le permitió la escritura de varios relatos, como Las verdes colinas de África, y en su primer viaje a ese continente, acompañado por Pauline Pfeiffer, su segunda esposa (tuvo cuatro), Kenia, antigua colonia del imperio británico, lo sobrecogió no solo por la belleza de sus llanuras, sino por la exuberancia de su fauna.El cuento La vida breve y feliz de Francis Macomber (escrito en 1936) es una derivada del conocimiento que adquirió en los safaris, incluidas palabras de las lenguas nativas de Tanzania y Kenia. Como bien se sabe, Hemingway, dentro de sus características literarias, tiene la soberbia orfebrería de los diálogos, recurso de difícil manejo que, por lo demás, encarna el privilegio de la economía: un diálogo bien confeccionado debe dar muchísima información en pocas palabras. Permite este recurso caracterizar personajes y dar cuenta de otros aspectos, como bien pasa, por ejemplo, en Los asesinos. García Márquez (admirador de la técnica hemingwayana), decía que el autor de El viejo y el mar era una excelsitud en la elaboración de diálogos, asunto que el de Aracataca poco empleó en sus alucinatorias novelas y tampoco (o de modo muy restringido) en sus cuentos.La vida breve y feliz de Francis Macomber, un cuento de un poco más de doce mil palabras, es una lección literaria en varios aspectos, entre ellos los de su comienzo, en los que, en pocas líneas, plantea una sugerente inquietud, pone en el ring de las peripecias a los tres personajes clave de la narración y al lector en expectativa. Podría decirse, además, que el relato inicia con la denominada técnica de “in media res”, o, en otras palabras, la de comenzar más o menos por la mitad de la historia, lo que implica el uso de la analepsis, más conocida en el cine como flashback. Valga anotar, entonces, que este relato, en el que el autor da cuenta de sus conocimientos de cacería de leones, búfalos e impalas, tiene un enorme influjo del cine. Sus imágenes, bien podría decirse, son como una sucesión de fotogramas.“¿Qué es lo que pasó?”, podría preguntarse el lector al comienzo de la narración en la que hay un fingimiento, después unos diálogos cortos, lo que induce a continuar la lectura con más interés, el que se va acrecentando para poner en claro, con dosis de suspenso muy medidas, las relaciones entre Francis Macomber, un estadounidense con cara de adolescente a sus 35 años; Margot, su mujer díscola, y Robert Wilson, un inglés, cazador profesional, que en la narración se convertirá en una especie de definidor de situaciones extremas.La técnica narrativa de Hemingway, en las que, desde luego aplica su visión sobre el iceberg (acerca del subtexto), es como la de una elevación de cometa: se suelta la pita y se recoge, se alarga y se recobra. Va dando puntadas, a veces sutiles, en otras más manifiestas, y el lector se va enredando en la telaraña tejida por el escritor, con un narrador omnisciente, que se mete en los pensamientos de los personajes, pero, a su vez, como lo observará el lector, cambia de punto de vista y lo ubica desde los ojos de un león que está a punto de perecer.Francis, además de ser un tipo adinerado, alguien que parece tener en lo económico su vida resuelta, no es, o al menos no lo aparenta, feliz con su esposa, una tipa de frivolidades y, sobre todo, que le ha puesto a su marido unos cuernos de alce. El cornúpeta vive un drama, no tanto porque su mujer lo engañe y sea de baja cama, sino, sobre todo cuando el relato toma su camino cronológico de avanzar y de no utilizar vistas atrás, por las iniciales demostraciones de cobardía ante la presencia magnificente del denominado “rey de la selva”. Esa exteriorización del miedo lo hará a él, que es un pusilánime, un “rey de burlas” de Margaret y, a la vez, concederá un aprovechamiento de la coyuntura de parte del colorado Wilson, que, como el lector se dará cuenta, es un manejador de este tipo de circunstancias, de las que, además, sabe extraer plusvalías.En esta narración poderosa y con flequillos psicológicos, el lector podrá saber cómo es un safari, se enterará de las tiendas, las maneras de hablar y de actuar de los sirvientes, los cocteles como el gimlet, pero, ante todo, se enfrentará a una tragedia contenida, que se va desgranando con cuentagotas, con habilidad en las puntadas, en el tejido literario. Una demostración brillante del escritor que, desde muy joven, lo denominarán en ambientes sociales y periodísticos como “papá” Hemingway.¿Quién que es no temblará ante un león?, ¿quién, aunque esté armado con dispositivos de tiro apropiados como los que se utilizan en este cuento, no sentirá ponerse sus nervios de punta ante los rugidos y la figura del formidable felino? Y entonces sabrá por qué hay un proverbio somalí que advierte que “un hombre valiente siempre le tiene miedo a un león tres veces: la primera vez que ve su rastro, la primera vez que lo oye rugir y la primera vez que se enfrenta a él”. El león, en este recorrido literario salvaje, está conectado con símbolos de poder y fuerza, y, en simultánea, con el miedo, en este caso el de Francis, que siente y padece la humillación y el desprecio, de su mujer, de una parte, y hasta de los asistentes del cazador mayor Wilson.Hemingway de safari en ÁfricaEs una historia, con todos los ingredientes para ser interesante y bien hilvanada, que va mostrando los cambios y transiciones, quizá sutiles, en los sentimientos y la personalidad de Macomber, pero también en la del arrogante Wilson. Macomber, que después del incidente pavoroso con el león va a perder el miedo, trazará su destino en otra jornada, en la cacería del búfalo. La relación hombre-selva, hombre-diversión, hombre-animales, cultura-naturaleza, va navegando en una corriente que tiene varias facetas que anuncian que el título del cuento tiene su ironía.En La vida breve y feliz de Francis Macomber todo está calculado. Hay una suerte de matemática, de precisión asombrosa, de tratamiento avezado del tema, que al final el resultado es una maravillosa obra de arte que, por supuesto, implica una artesanía de las sutilezas y de “lo hecho a mano”. El triángulo Francis-Margaret-Wilson está cosido con agudeza y da pie para preguntarse qué tan felices o tan desgraciados son, además del hombre que le da título al relato, la mujer cuya vida gira en torno a bagatelas, al dinero y a mantener sobre todo su conexión matrimonial con un sujeto que tiene plata. Y en la mitad de esa geografía material y mental está el grandote Wilson. El contrapunto de Macomber.En este cuento, aparte del intenso drama humano, se recoge una visión sobre la cacería, sus normas, la ventaja que tiene un tipo armado frente al instinto de conservación de animales como los que aquí aparecen no como un decorado sino como esencialidad y necesidad. Hay que saber de leones y búfalos y rinocerontes y del viento y del suelo y de las maneras de ser de las praderas de esos países africanos, que estuvieron bajo la férula del imperialismo británico. Y tales asuntos los domina el autor.Macomber, el cornudo, va transformándose según las circunstancias y los acontecimientos. De pronto, tras sufrir tantos reveses, se erige como un héroe (el antihéroe también lo utiliza Hemingway en otras obras), como un ser que, sin saberlo, va rumbo a un sacrificio para agradar quizá a un dios desconocido. O, por qué no, su actitud cumbre, la de ya no sentir miedo, puede ser un “tource de force”, el esfuerzo máximo tras el cual ya no habrá nada. Como el saludo en la arena de los gladiadores al emperador.Wilson, que utiliza palabras de la India (como un recuerdo del colonialismo de su país natal en esa otra parte del mundo) para referirse a Margot, la mensahib, parece entender al final la tragedia interior del hombre que lo contrató para que fuera su guía en las faenas de cacería. Y comienza a sentir por la “americana” un desprecio, tal vez una muestra de asco, más allá de que diga que “en un safari las mujeres son un fastidio”. ¿Qué hay más arriba de la cornamenta exuberante de un búfalo? ¿Qué significados pueden desprenderse del enfrentamiento de un hombre que ya no siente miedo con la enormidad de un hermoso bóvido?Y en este punto se puede aventurar una presunción de la que apenas hay remotos indicios en la obra: ¿Francis Macomber es un impotente sexual? ¿Acaso por ello la mujer busca otras camas? El lector puede ahondar en estas circunstancialidades que de todas formas son parte de lo que la aventura del señor Macomber propone e insinúa. La literatura es también otra fuente para la especulación, el pensamiento, las búsquedas de causas y efectos. Y, siguiendo estos vectores, es asimismo la posibilidad para escudriñar en qué consiste la felicidad.Le puede interesar: La pesadilla de la casa tomada¿Si es feliz Francis Macomber? Por momentos, se aprecia el “sentimiento de felicidad desmedida e irracional” del protagonista; en otras instancias, más bien parece un hombre triste, defraudado. Alguien que se sabe engañado, pero nada puede hacer, ¿por qué? Ah, y se podría ensayar otro interrogante: ¿es Francis Macomber un cazador cazado? En este cuento formidable, en el que el viejo Hemingway (cuando lo escribió era todavía joven) demostró su sapiencia técnica y su bagaje sobre la caza, sobre el hombre, sobre la infidelidad y sobre el miedo, entre otros aspectos, hay, digo, una canción de vientos tristes que suena por las praderas kenianas, con un gusto a ginebra y zumo de lima, ¡ah!, y por qué no, a whisky, bebida que también sirve para controlar los nervios.
El periodista colombiano Jairo Alberto Calderón Plaza, de 29 años, y director del portal noticias Contacto, fue asesinado el pasado miércoles, lo que lo convierte en el segundo homicidio a un comunicador en 24 horas, informaron ese viernes medios locales. Al parecer, Calderón se desplazaba en una motocicleta por el barrio Municipal de la ciudad de Tuluá, en el departamento del Valle del Cauca, cuando fue abaleado.El comunicador fue trasladado a un hospital, donde falleció como consecuencia de las heridas.Puede interesarle:Autoridades rechazan 'toda forma de violencia' contra la prensaLa Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) denunció el pasado jueves el asesinato del periodista Valentín Rúa Tezada, que trabajaba en una radio comunitaria del departamento del Cauca. Rúa Tezada, quien se desempeñaba como locutor de la emisora Salvajina Estéreo desde hace quince años, fue abaleado el miércoles por la noche en el casco urbano del municipio de Suárez.
La Administración Municipal por medio de Empresas Varias - Grupo EPM puso al servicio de la ciudadanía el primer Punto Limpio o Punto Naranja Centro, el cual responde a la contribución de sostenibilidad ambiental y al objetivo de lograr el 25% de aprovechamiento de residuos, según en el Plan de Desarrollo Municipal 2016 - 2019.Con horario de atención de lunes a sábado de 7:00 a.m. a 5:00 p.m. y ubicado en el Centro de la ciudad en la calle San Juan, entre las carreras Palacé y Bolívar, como lugar neutro para todas las comunas de Medellín, se encuentra el Punto Limpio que consta de un acopio dotado de contenedores para la recepción responsable de residuos y de planes posconsumo que evitarán la emisión de materiales contaminantes a la atmósfera, y lo más importante, es que volverán al ciclo productivo ayudando notablemente en el medio ambiente, pues estos ya no tendrán lugar en el Relleno Sanitario La Pradera, que era dondellegaban anteriormente.“Una pila, aceite usado, empaques de insecticidas, electrodomésticos y medicamentos vencidos, etc. No se imaginan los componentes tan altamente peligrosos que tiene estos residuos, alto riesgo que representan para la salud, y que si no se le da una buena gestión pone en entredicho la sostenibilidad de nuestro medio ambiente“, dijo Jorge Lenin Urrego Ángel, gerente de Empresas Varias - Grupo EPM.En este punto las personas de la ciudad pueden entregar todos los residuos; para la recepción de estos elementos, el lugar cuenta con personal operativo y funcionarios de Emvarias quienes son los encargados de llevar los registros y emitir certificados del material recibido, cuando sea requerido.Lea también:El Plan Siembra Aburrá crece, por el bien de todosPara esta estrategia de innovación se destinó una inversión de $483 millones, distribuidos en un componente físico para el diseño y construcción de camerinos, zonas comunes, baños para el personal operativo de la Fuerza Naranja y una oficina administrativa. El equipamiento también cuenta con adecuación de zonas verdes, iluminación y señalización interna.“Todos los habitantes de la ciudad tienen a Emvarias a la mano con este Punto Limpio. Medellín hoy es ejemplo de cómo tiene que ser la gestión de este tipo residuos. Con esto cerramos y tenemos cobertura de todo el ciclo, pues le damos tratamiento a los residuos ordinarios, los aprovechables, a los especiales y peligrosos. La ciudad está mostrando cómo es el modelo integral para la gestión de los residuos sólidos en toda su gama”, puntualizó el Gerente de Emvarias.Este Punto Naranja en el Centro se articula con los demás centros de acopio que se tienen en la ciudad para la recolección de diferentes residuos. En los próximos meses se construirán otros tres puntos fijos y seis móviles. También Emvarias y sus aliados, en conjunto con la Secretaría de Medio Ambiente, piensan en una posible estrategia que integre a los Centros de Acopio Temporal de Escombros (Cates), para que allí se pueda adecuar un espacio que opere la metodología de punto limpio y así tener una red de canales para tratamiento y gestión de vida de los residuos.