¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?

Autor: Juan David Villa
1 noviembre de 2018 - 09:01 PM

Migrar, emigrar e inmigrar hablan de la misma realidad, pero no por ello son sinónimos. Las diferencias sus sutiles, pero diferencias al fin de cuentas

Migrar, emigrar e inmigrar

Tienen un peso triste, de pesadumbre, porque este mundo hiperconectado hasta el hartazgo está lleno de fronteras impasables. Sacar el pasaporte, o la visa cuando corresponde, ante el tipo o tipa de migración en un aeropuerto es una extracción de muelas y una humillación. En fin.

Migrar es trasladarse del “lugar que se habita”. Así que, en principio, cambiarse de barrio, incluso de calle, es migrar. Pero hoy usamos este verbo y su sustantivo (migración) para referirnos a un desplazamiento largo, a distancias grandes, a cambios dolorosos y a nostalgia profunda.

Lea también: Procastrinar, no procastinar

Inmigrar es, copio y pego del Diccionario de la lengua española, “llegar a un país extranjero para radicarse en él” o “instalarse en un lugar distinto de donde vivía dentro del propio país, en busca de mejores medios de vida”. Estas dos definiciones sí tienen largos desplazamientos (no siempre), grandes distancias (no siempre, aunque implica romper la vida), dolorosos cambios y profunda nostalgia. En suma, es llegar, incluso de un barrio cercano, por obligación.

Emigrar es irse: del país, de la ciudad, del barrio, porque las circunstancias obligan. Estos tres verbos nos llegaron del latín. 

Curiosidades del idioma

El español es grave

Es decir, la mayoría de las palabras las pronunciamos con acento en la penúltima sílaba (palabras graves o llanas). Estas se tildan cuando NO terminan ni en vocal ni en N ni en S. Y se tildan, asimismo, cuando terminan en más de una consonante (récord).

Lo invitamos a leer: La ciudad de Panamá, pero ciudad de México

De esas que casi nunca usamos

Holganza. Les habrán dicho alguna vez “esa ropa le queda holgada”, es decir, más bien grande, no es de tu talla, pequeño. O que “fulano vive holgadamente”, es decir, sin afanes, al menos, del bolsillo y el monedero. Holganza es descanso, carencia de trabajo y diversión.

 

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Palabras peligrosas: suenan igual, pero se escriben distinto
Columnistas

Palabras peligrosas: suenan igual, pero se escriben distinto

Una letra produce un único sonido (fonema, para ser más estricto) y cada sonido es representado por una sola letra. Pero no funciona así.

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Cazamentiras /

La falsa carta de despedida escrita por Gabo

Desde hace más de una década, usuarios en internet han difundo un texto bajo el nombre de Gabriel García...
3
Columnistas /

La labor gerencial

El gerente general debe poseer condiciones y características como persona, como estratega, como...
4
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
5
Columnistas /

¿Seguro les hace falta la crítica?

Ficciones-reales de una ciudad en la que la crítica parece ser un enemigo, todos la piden, pocos la soportan.
6
Columnistas /

Hemos oído y leído II

El vocablo convulsionado no lo acepta la RAE como adjetivo calificativo, solo como participio del verbo...