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Uno de los propósitos del Ministerio es mejorar el comportamiento lector, que lean más, mejor y con gusto, aumentar el índice de lectura; promover el uso de libros y generar una movilización de nuestros estudiantes alrededor de la lectura y las bibliotecas escolares”, precisó Gina Parody, cuando se encontraba en el cargo de ministra de Educación en el inicio de las Maratones de Lectura 2016 en el mes de julio.
Con este mismo objetivo, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional lanzaron esta semana la convocatoria de Leer es mi cuento en vacaciones. Una iniciativa dirigida a niños y jóvenes entre los 5 y 17 años de todos los rincones del país. Según las entidades quienes demuestren que leyeron más libros recibiran “37 estímulos compuestos por 32 bicicletas y cinco tabletas”.
Al igual que en Maratones de Lectura los niños y jóvenes demuestran que cumplieron con la tarea al publicar, mediante una plataforma, fotos, comentarios, videos y hasta dibujos alusivos a los textos leídos.
Aunque ambas estrategias y las que se han desarrollado desde estos ministerios, tiene como objetivo fortalecer el hábito de la lectura en el país, ya que según cifras recientes del Dane, el 51,6% de los colombianos no han leído libros en el último año y que el 5,5% de la población leyó cinco libros en este 2016, expertos académicos e integrantes del sector de la literatura del país difieren de las mismas por su metodología.
“Aquí corremos las maratones de lectura”, dice el mensaje, y la ilustración que lo acompaña es la de unos niños saltando encima de unos libros. Como si leer –y, en realidad, ese es el mensaje entre líneas– fuera tan aburrido que hubiera que camuflarlo entre otros verbos más “dinámicos” (correr, volar, hacer manualidades) y pagarlo con viajes a Europa y aparatos electrónicos, y algunos libros, por si acaso. Como si leer no fuera la estrategia, el método y el premio”, escribió la periodista Yolanda Reyes en su columna ¿Pagarles por leer?, del periódico El Tiempo.
A la par, Jorge Ureña López, comunicador social y docente de Lenguaje, indicó que “el objetivo no es el que está fallando, es más es primordial lograr que los niños amen la lectura, que Colombia suba el promedio de libros leídos al año, pero ojalá que lo hicieran porque les gusta y no porque se van a ganar una bicicleta o un cuaderno. Además del afán no queda sino el cansancio y queda la duda de qué fue lo que aprendieron de 30 libros que se leyeron en menos de un mes”.
El Ministerio ofreció este año a los estudiantes que mayor número de libros leyeran un viaje de catorce días a un país de Europa. Además, dentro de los incentivos también se estableció la entrega de:
diez colecciones de libros para los diez colegios que demostraron mayor participación en las Maratones de Lectura. Esto implica mayor número de libros leídos en cualquier Maratón.
Cinco Kindle, precargadas con los libros digitales de la serie Río de Letras del Plan Nacional de Lectura y Escritura, para los estudiantes que reporten actividades de las Maratones a través de sus redes sociales.
Cinco tabletas, precargadas también con los libros de la serie Río de Letras, para los docentes que reporten actividades de las Maratones a través de sus redes sociales.
Según el Ministerio de Educación Nacional, las Maratones de Lectura son una estrategia que propone a los colegios el desarrollo de actividades de lectura por una hora diaria durante 30 días. Con el objetivo de mejorar el comportamiento lector; aumentar el índice de lectura; promover el uso de libros y generar una movilización alrededor de la lectura y la Biblioteca Escolar en estudiantes de instituciones públicas y privadas del país. Sin embargo, aunque la invitación es abierta para ambos tipos de planteles, públicos y privados, los incentivos sólo son entregados a colegios oficiales.
De acuerdo con la cartilla guía de esta iniciativa, cada colegio participante deberá desarrollar “sesiones de lectura de una hora que se distribuirán asi: 15 o 30 minutos se dedicarán exclusivamente a leer y en el resto del tiempo se llevarán a cabo actividades, proyectos o talleres relacionados que permitan enriquecer la experiencia de la lectura”.
De acuerdo con las cifras del Ministerio, el año pasado 120.000 estudiantes leyeron un promedio de 5,1 libros durante la primer Maratón.