Palabra y obra

A wound on the “Pintadera Precolombina” (Pre-Columbian Stamp)
Una herida a la Pintadera Precolombina
16 de Septiembre de 2016


Una de las obras de Félix Ángel, la Pintadera Precolombina, que está en el espacio público de la ciudad, fue víctima de una intervención que el creador no tenía contemplada.


Óscar Jairo 


González Hernández


Cuál era la intencionalidad estética del relieve, Pintadera Precolombina? 


Cuando se me ofreció el muro inmediatamente me di cuenta que este correspondía con la plataforma de parqueaderos del edificio e intencionalmente el proyecto arquitectónico había decidido no llamar la atención en ninguna forma para no contribuir a congestionar visualmente el tráfico sobre la avenida. Pero dejarlo tal cual era una negación demasiado flagrante a un espacio abierto e importante, y por eso AIA (la firma constructora) me propuso intervenirlo de una forma discreta que, sin destruir el carácter del volumen, se matizara con algún tipo de interés visual.


Así se ve actualmente el relieve de Félix Ángel, que no debió ser pintado, ya que su concepción original era totalmente diferente. 


¿Qué intentaba provocar con el título?


Me inspiré entonces en las pintaderas precolombinas, que son aquellos relieves que los amerindios utilizaban para estampar sus telas o el cuerpo. Dichos diseños pueden ser continuos estampando con el bloque en relieve sucesivamente. En cierta forma, mi idea fue la de “estampar” el muro, de forma muy prudente, para no desvirtuar el carácter del volumen. Decidí que el relieve sería recubierto con el mismo acabado del edificio (un color beige, muy pálido, tal como se ve en la foto primera), para que fuese básicamente la luz del sol (durante el día) y la luz artificial desde abajo (durante la noche) la que destacara el diseño y este se visualizara de dos formas diferentes para darle mayor atractivo. Como dije antes, la luz contribuía a modificar la percepción del relieve, además dependiendo del punto de vista.  Creo que era una solución sensible en lugar de proponer algo complicado que no iba sino a “ensuciar” esa parte de la avenida, y el edificio mismo, ya de por sí ubicado en una zona urbanísticamente sucia, y con mucho “ruido”, no sólo auditivo sino visual.


¿Cómo intentó hacer que el transeúnte ciudadano  observara y se relacionara con este relieve?


De nuevo, la luz del día y el movimiento del sol creaban sombras que modificaban la percepción del relieve a lo largo del día. Era un proceso lento, pausado y bello. No necesitaba nada más. El relieve era fijo, pero su proyección con la luz le daba un movimiento constante a lo largo del día, todo dentro de una atmósfera monocroma. 


¿Cómo observa hoy la intervención, si es que la podemos denominar de esa manera,  qué han realizado sobre su relieve Pintadera Precolombina?  


Esa no es la única intervención desafortunada que ha tenido el edificio Comedal. En un momento dado el relieve fue pintado de un color siena tostado que magnificó negativamente su presencia sobre la avenida y destruyó la sutileza del relieve. Luego la iluminación artificial desde abajo fue eliminada.


Es un cambio radical el que aquí se ha dado, no es  aquel que usted concibió, ¿eso puede hacerse? 


Con las intervenciones que indiscriminadamente se le han hecho al relieve sin haber tenido la delicadeza de preguntarle al artista qué piensa, ni invitarlo a formar parte del proceso de adaptación -intervenciones que a mi modo de ver también irrespetan el edificio- el relieve Pintadera Precolombina  está totalmente desvirtuado como obra pública, además del insulto que representa para el artista que otras personas se tomen la ligereza de modificar las cosas sin consultar con quienes originalmente las crearon. Ese es un problema que ilustra nuestra falta de civismo, y que responde a la misma actitud salvaje que ha caracterizado la mayoría de las acciones en nuestra vida social y política. ¡Quién lo creyera!