En lo que ha sido el primer diálogo político en casi diez meses, las conversaciones "no han sido siempre fáciles y hemos tenido reuniones difíciles y duras, pero también constructivas", dijo hoy el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.

Para la oposición siria esta ronda de negociaciones se ha cerrado "sin resultados claros", aunque por primera vez se ha abordado en profundidad el futuro de una transición política y por tanto el diálogo ha sido "más positivo que en anteriores ocasiones", afirmó el jefe de la delegación de la Comisión Suprema de las Negociaciones (CSN), Naser Hariri.

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El régimen de Bachar al Asad no se pronunció al término de la cuarta ronda de negociaciones, que se podría reanudar aún en marzo, según dijo De Mistura, pero el jueves en su última comparecencia el jefe de la delegación del Gobierno, Bashar Yafari, acusó a la oposición de tomar el proceso como rehén al negarse a incluir la lucha contra el terrorismo en la agenda.

No obstante, finalmente esta cuestión formará parte del diálogo a petición del régimen, afirmó De Mistura, quien ha confeccionado una agenda compuesta por "tres temas más uno", es decir cuatro en total.

Tres elementos están definidos en la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad, que prevé la creación de un Gobierno creíble, inclusivo y no sectario en un plazo de seis meses, y un calendario y proceso para la elaboración, también en seis meses, de una nueva Constitución.

También establece la celebración de unas elecciones libres y justas supervisadas por la ONU y con participación de la diáspora elegible en un espacio de 18 meses.

El cuarto asunto que se añadirá ahora a petición del régimen de Damasco tratará temas relacionados con "la estrategia de la lucha antiterrorista, la gobernanza de seguridad y medidas de creación de confianza a medio plazo", explicó De Mistura.

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En Astaná, donde se celebrará a mediados de mes otra reunión, el proceso no solo consistirá en mantener el alto el fuego que está en vigor en Siria desde el pasado 30 de diciembre respaldado por Rusia, Irán y Turquía, sino también "medidas de creación de confianza inmediatas y asuntos operativos de la lucha antiterrorista".

De Mistura explicó que para ello Astaná es el lugar correcto, dado que solo con un alto el fuego permanente las partes pueden concentrarse plenamente en combatir las organizaciones terroristas, que, por definición de la ONU, son el Estado Islámico y Al Nusra", exfilial de Al Qaeda en Siria.

Donde Astaná también puede ayudar es en la liberación de los presos, dijo, tras escuchar del régimen "cosas interesantes con respecto a la posibilidad concreta de un intercambio de detenidos y de secuestrados", en el primer caso por parte del Gobierno y en el segundo por parte de los grupos rebeldes, indicó.

Después de nueve días de diálogo, uno de los principales obstáculos sigue siendo la división dentro de la oposición.

La CSN estuvo compuesta en esta ronda por primera vez por un 50 por ciento de facciones armadas, pero sigue sin incluir a las plataformas de El Cairo y de Moscú, toleradas por el régimen al ser consideradas más moderadas que el Grupo de Riad de la CSN.

Hariri aseguró que tiene los "brazos abiertos" a todos aquellos que priorizan los intereses de los sirios sobre otras agendas.

Tanto el régimen como De Mistura piden una única delegación opositora, y el enviado especial sostuvo hoy que durante esta ronda "hemos avanzado" en este sentido.

Pese a que el objetivo de De Mistura sigue siendo unas negociaciones directas entre las dos partes, el diplomático admitió que "por ahora hemos observado (...) que hay momentos en los que es más eficaz tener discusiones de proximidad" o indirectas. "He tenido la percepción de que en cualquier caso ambas partes quieren dialogar y eso es lo que importa", recalcó.

De Mistura explicó que ahora que comienza la fase de entrar en sustancia en las próximas rondas, entre una y otra puede haber trabajos técnicos, grupos de trabajo, comités de expertos y comisiones conjuntas para tratar de superar brechas. 

Para el enviado especial de la ONU, en esta ronda se ha "superado una barrera psicológica" y ahora las partes tienen que subirse al "tren y pisar el acelerador" para poner fin a una guerra que se encuentra en su sexto año y en la que han fallecido unas 400.000 personas.