Liu Xiaobo, profesor de literatura china condenado a diez años de prisión y aislado por la separación de su esposa, sometida a prisión domiciliaria, no pudo sobrevivir a la batalla del gobierno chino contra los médicos occidentales que esperaban tratarlo del cáncer de hígado que le sobrevino a sus 61 años de edad, siete años después de haber ganado el Premio Nobel de Paz por su lucha contra la tiranía.

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En China, país sometido a un partido único que controla los poderes públicos y amolda la Constitución a su interés, Xiaobo luchaba por “el reconocimiento de la libertad, la igualdad y los derechos humanos como valores universales; la división de poderes, un poder judicial independiente o la libertad de información”, según consignó en la Carta 08, que escribió con más de 300 intelectuales chinos para reclamar apertura y democracia en un país que desde 1966 lleva el yugo autoritario.

El Nobel, que no pudo recibir su Premio, falleció el jueves 13 de julio en un hospital de Shenyang, donde el gobierno lo internó en sus últimos días. Su vida y resistencia civilista, iniciada en la rebelión de 1989, quedan como otra huella de valientes individuos que se sacrifican por sus pueblos.

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A 15.215 kilómetros de China, cerca de treinta partidos y movimientos políticos en Venezuela, acompañados por millones de connacionales y por defensores de las libertades democráticas, avanzan con la fuerza de sus argumentos e ideales en una campaña por contener los avances del autoritarismo que arrasó con la división de poderes, ha convertido la libertad individual en vara de premios y las instituciones concebidas para la democracia en garrotes contra los derechos políticos.

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Este domingo, esos partidos y los ciudadanos que por miles se están sumando a ellos, irán a las urnas, en puestos electorales que ellos debieron instaurar, y con sistemas propios de conteo, para proclamar su respaldo al sistema democrático, la Asamblea Nacional y la necesaria convocatoria a elecciones en Venezuela. Los resultados de la valiente campaña de los opositores serán mandato al chavismo y a las organizaciones internacionales para que detengan la espuria constituyente que pretende imponer Nicolás Maduro y faciliten una pronta convocatoria a elecciones. Y su campaña, acompañará la memoria de Liu Xiaobo como ejemplo de resistencia civil y civilizada en defensa de los valores de la libertad y los derechos humanos.