Aunque las tendencias de moda pueden estar en los closets de las madres contemporáneas, lo más importante es que ellas impongan su ADN a la hora de vestir, ya que, según expertas, lo más grato es que su imagen esté siempre en el recuerdo de los hijos, tal como son y con respeto.
Si la experta en moda Adriana Gómez, diseñadora y asesora de marcas, tuviera que recomendarle a una madre qué usar, seguramente sería “una prenda de denim”. Ella lo encuentra perfecto para cada ocasión, “desde la gala o el lujo hasta lo más informal. Es una variedad súper extensa debido a la alta tecnología y a la masificación que están teniendo”.
LEA: Lina Cantillo y Custo inauguraron la moda en Bogotá
Martha Cálad, exdirectora del Laboratorio de Moda de Inexmoda, le recomendaría que recuerde que “menos es más”, no toleraría que “use una talla menos en el vestir”, porque “la que lo hace no sabe cómo se hace de daño”.
Sin embargo, Cálad cree que “hoy cada ser humano se expresa en la moda como quiere”, en lo que coincide con planteamientos de críticos como Susy Menkes (de Vogue), quienes hablan de la búsqueda de un ADN, de un estilo propio. Esa es la actualidad, que el ser humano asuma la moda como suya, como lo sustenta en su libro Mujeres vestidas la colombiana Vanessa Rosales, quien cree que “autoconocimiento, fidelidad, audacia y alma” son palabras infaltables hoy en la relación con las tendencias, “es por eso que hay mujeres aparatosas, incómodas, ya que se alejan de saber que no toda silueta se adapta a nuestra individualidad”.
LEA: Entrevista a Vanessa Rosales
Y esa reflexión “sí que aplica en las madres”, como lo planteó la diseñadora Juana Inés Choise, excreativa de Levis y ahora consultora para marcas en Nueva York, quien recomendó que “no juguemos a disfrazar a mamá. La primera regla de la moda es el respeto, no podemos hacer que se sienta incómoda, que no sea ella. Mi madre, que vive en Llanogrande (Antioquia), viaja a Medellín, al Centro, a buscar telas, las compra, confecciona prendas y me las manda a Estados Unidos, yo las uso feliz, combinadas con otras, muchos ignoran quién y cómo hace mis vestidos”.
Carmen Vásquez, periodista de moda de EL MUNDO, explicó que “hay una palabra maravillosa que se llama estilo, hoy en día, en el mundo de la globalización de la moda, no podemos limitarlas a vestirlas como mamás: con la ropa que me queda ancha, o vieja. Ellas también se cuidan, son bellas, no tienen medidas 90, 60 90, no se les pueden exigir, pero son rostros frescos, cuidados, con toda la cosmética, la belleza, los accesorios que hay”.
Vásquez enfatizó que las madres “también hacen parte de las compradoras de ese vestuario agradable, simpático, atractivo. El título de madre no puede limitar a que usen siempre pantalones anchos, zapatos incómodos, se pueden hacer su pedicura linda, verse siempre con las manos bellas. Ahora, no se trata de vestir como una jovencita de 18 a 25 años”.
Choise planteó que “con tendencias como el eclecticismo en la moda, ese uso de prendas recargadas, de muchos boleros, de cuellos altos, la inclusión de detalles de prendas deportivas, así como la fuerza con la que regresaron la falda tubo, la falda larga y el encaje, no pueden acabar con el estilo de las madres que, por ejemplo, usan vestidos de sedas livianas, ponchos o regazos, pantalones de dril o cuello tortuga, porque esas son ellas, debemos buscar en las marcas lo que se parezca a nuestra mamis, eso debemos regalarles”.
La antioqueña radicada en Nueva York concluyó que mencionando a las madres que las piezas básicas e infaltables en un closet femenino: “una chaqueta tipo blazer negra, para una salida casual; unos jeans, para el domingo ir a cine; una camisa blanca (parecida a las de los hombres), para una noche de viernes; un vestido negro, para cualquier ocasión; unos zapatos de tacón, para que la elegancia no se pierda; una cartera de mostrar y un vestido de flores, para primavera (que en nuestra Antioquia es todos los días)”.