Es muy peligroso que el Datt de Cartagena por alguna causa (que es muy fácil ocurra) obtenga su número de cédula y su nombre
Indignado por la corrupción que inunda a Colombia, hace poco Juan Gossaín escribió una crónica en El Tiempo sobre este cáncer que nos aqueja. Allí denunció varios casos ocurridos en el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (Datt) de Cartagena, la ciudad de todos.
Desconozco si lo que contaré es intento de corrupción, desidia o quizá ambos, pero como mínimo sí causa un gran malestar, desgaste de tiempo y dinero e inseguridad jurídica en los ciudadanos. Lo narro como denuncia y para alertar a los ciudadanos de toda Colombia.
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El 5 de enero del 2012 me dirigía con mi familia de Barranquilla a Cartagena. Algunos kilómetros antes de llegar a Cartagena, dos policías que con un aparato estaban escondidos tras unos arbustos, me detuvieron e indicaron que había sobrepasado el límite de velocidad. Los atendí con amabilidad y firmé el comparendo (No. 618159). Les pregunté dónde lo podía pagar y me respondieron que en cualquier ciudad del país porque se trataba de una carretera nacional.
A los seis días fui al Tránsito de Santa Marta -ciudad donde residía-, pagué lo debido, hice el curso correspondiente y luego de un largo día de trámites quedé a paz y salvo. Verifiqué luego en el Simit y no me aparecía (ni aparece hoy) sanción alguna.
¡Sorpresas te da la vida!: Hace dos meses recibí un correo electrónico del Datt de Cartagena donde me notificaban que esa multa estaba en proceso de cobro coactivo y que debía acercarme inmediatamente a las oficinas de Manga a pagarla para evitar medidas cautelares, es decir, embargos con el correspondiente aviso a Datacrédito como sucede en estos casos.
Ingresé a la página del Datt Cartagena y efectivamente allí aparecía debiendo dicho comparendo, con intereses de mora y costas procesales. Es decir, además de que la multa había prescrito, me la estaban cobrando de nuevo pese a haberla pagado totalmente hace más de cinco años. Llamé a dicha dependencia y jamás contestaron ni contestan en los números que aparecen en directorios y en la página web. Tampoco obtuve respuesta vía Twitter luego de varios mensajes públicos. Llamé a un familiar en Santa Marta para indagar por el pago que realicé en enero de 2012 en la oficina de Tránsito de esa ciudad, donde le expresaron que allí consta mi debido pago en la fecha indicada.
Por fortuna, tenía y tengo aún archivados todos los documentos y recibos que acreditan ese pago. Pese a la prescripción ya anotada, interpuse un derecho de petición con todas las pruebas adjuntas. Sin embargo, nunca fue respondido como lo ordena la ley.
A la semana recibí dos nuevos requerimientos por correo. Puse varias denuncias vía Twitter con mención a la Procuraduría General. Silencio total. Ingresé de nuevo a la página del Datt y, ¡más sorpresas te da la vida!: Ya no me aparecía el comparendo mencionado, sino -como por arte de magia- otro diferente (No. 849318) del 15 de noviembre de 2007 (cinco años antes del anterior) con mi nombre y cédula. Decía que yo conducía un vehículo con placas HVN03B (no sé qué tipo de vehículo tenga esa clase de placas), y que la contravención consistía en “conducir un vehículo que sin la debida autorización, se destine a un servicio diferente de aquel para la cual tiene licencia de tránsito”. Falso: ni estuve en Cartagena ese día ni año, ni tengo idea del vehículo allí informado.
A los pocos días me llamó a mi celular un hombre con acento caribe, hosco, notificándome olímpicamente que con esa llamada respondía mi derecho de petición, que me quedara tranquilo, que yo no debía nada. Le hablé del nuevo comparendo “fantasma” y me contestó que seguramente yo había vendido un vehículo y no había hecho el traspaso, algo que jamás ha ocurrido. Me intentó cortar repitiendo varias veces que tranquilo, que aparezco sin multas en el Simit. Colgó molesto.
Luego de la llamada me han llegado otros tres correos (hasta el jueves anterior iban seis) exigiendo el cobro, ya ni sé de qué. Tengo todos los documentos que prueban ambas denuncias. ¿Qué querían o quieren con esa falsedad? ¿Qué buscan con ese acoso?
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Advertencia: Es muy peligroso que el Datt de Cartagena por alguna causa (que es muy fácil ocurra) obtenga su número de cédula y su nombre: Resida donde resida, usted queda inerme en manos de esa entidad del Estado.