El arma secreta de la ciencia en USA

Autor: Carlos Arturo Soto Lombana
21 febrero de 2017 - 12:00 AM

Colombia ha sido víctima de esta “arma secreta”, que ha significado que miles de compatriotas formados en nuestro sistema educativo (no tan malo como el de los Estados Unidos) migren al coloso del norte.

El físico estadounidense Michio Kaku, especialista en la teoría de campos de cuerda y famoso por sus programas en radio y televisión relacionados con la divulgación de la ciencia y la futurología, ha puesto el dedo en la llaga al decir que “los Estados Unidos tiene uno de los peores sistemas de educación conocidos por la ciencia” y que a pesar de esto ha logrado ponerse a la vanguardia de la ciencia y la tecnología en el mundo ¿Cómo se puede explicar esto? Según el científico los Estados Unidos ha logrado desarrollar a lo largo del siglo XX un arma secreta que es la visa H-1B, utilizada para acoger a los profesionales extranjeros con más alta competencia y especialización, con el fin de incorporarlos a programas de ciencia y tecnología que desarrollan universidades, empresas y laboratorios de los Estados Unidos.

Según Michio Kaku sin esta visa (también denominada la visa del genio) los Estados Unidos hubiera colapsado en materia de ciencia y tecnología, dado que la mayoría de los ciudadanos de ese país no tienen el interés ni la formación para ingresar a los programas de doctorado; ni mucho menos constituirse en fuerza científica para la innovación y el desarrollo de las grandes empresas de tecnología, como las que se encuentran en la exclusiva zona denominada Silicon Valley ubicada en el área de la Bahía de San Francisco en donde tienen asiento empresas como Google, Apple, Hewlett-Packard, Facebook, entre otras.

Según el profesor Michio Kaku en la Universidad en donde trabaja, una de las más grandes del país, el 100% de los candidatos a doctorado son inmigrantes y en promedio el 50 % de los estudiantes candidatos a doctorado en los Estados Unidos son extranjeros.

Esta reflexión que hace el profesor Michio Kaku sobre el sistema de educación norteamericano y sobre el sistema de ciencia y tecnología se realiza en un momento en donde la Casa Blanca y un sector de los políticos de ese país ponen en entredicho la política de migración desarrollada por los gobiernos anteriores, justificada en medidas proteccionistas de incrementar los puestos de trabajo para aquellos que han nacido en el país del norte.

Dice el profesor Michio Kaku que cada inmigrante que ingresa a los Estados Unidos a través de la visa H-1B en lugar de quitar un empleo a un norteamericano, amplia la posibilidad para que más norteamericanos tengan empleo; es decir, el potencial innovador de estos inmigrantes da para crear cada vez más empresas de alta base tecnológica, lo que permite ampliar las oportunidades laborales de los ciudadanos norteamericanos y por supuesto aumentar la riqueza de esta nación.

Colombia ha sido víctima de esta “arma secreta”, que ha significado que miles de compatriotas formados en nuestro sistema educativo (no tan malo como el de los Estados Unidos) migren al coloso del norte por oportunidades para desarrollar su ingenio y creatividad. Ninguna de las políticas de repatriación de “cerebros fugados” propuestas por los últimos gobiernos ha logrado convencer a los científicos colombianos para que retornen al país y pongan su conocimiento al servicio de las universidades, empresas y laboratorios nacionales.

A la visa H-1B del gobierno norteamericano, Colombia debería responder con condiciones laborales y económicas que no estimulen el abandono del país de nuestros científicos, ingenieros y técnicos altamente especializados. Gran parte de las acciones del desdibujado Colciencias deberían enfocarse a proponer y desarrollar las condiciones para que la base científica nacional se quede en el país y aporte su conocimiento e ingenio a la solución de problemas científicos y tecnológicos de interés nacional. En este propósito los empresarios deben jugar un rol importante acogiendo a estos científicos y brindándoles las condiciones para su trabajo.

(*) Profesor Universidad de Antioquia

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