Educación para la democracia

Autor: José Hilario López
15 marzo de 2017 - 12:08 AM

Lo que tiene que hacer es empezar por construir el sujeto de la democracia: el pueblo

Este semestre el Aula Abierta del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia, con la coordinación del profesor Iván Darío Arango, está desarrollando la Cátedra “Cómo[RyRA1] Educar para la Democracia” como homenaje al maestro Carlos Gaviria, tema de su última conferencia en el Gimnasio Moderno de Bogotá el 11 de marzo de 2015, pocos días antes de su muerte. El objetivo de la cátedra, como lo señala su convocatoria, es discutir las bases filosóficas de la cultura democrática, examinando ideas morales básicas como la tolerancia, el pluralismo, el uso público de la razón y las garantías a las diferencias de convicción moral, opinión política y formas de vida, además de los diferentes conceptos de libertad. Todo un proyecto pedagógico para una sociedad como la nuestra, que requiere madurar para la paz que vamos construir en el posconflicto.

Para empezar un ligero repaso de la referida conferencia del ilustre pensador, que empieza por exaltar la nobleza del pensamiento liberal basado en la libertad de pensamiento y el respeto por la opinión ajena, conceptos estos sintetizados por Kant en su bien conocido mandamiento moral: Obra de tal modo que tu conducta pueda convertirse en regla de conducta universal y por el cristianismo, con su prédica de no hacer al otro lo que no se desee para sí mismo.

Cuando se es un verdadero demócrata y se piensa que lo que hay que hacer es construir la democracia, lo que tiene que hacer es empezar por construir el sujeto de la democracia: el pueblo, una comunidad pensante, consciente y conviviente[RyRA2] . Creo que en esto se resume el pensamiento de Gaviria, cuando nos convoca a empezar a trabajar por una educación para la democracia, cuyo principal destinario debe ser el pueblo.

Por otro aspecto, es necesario aceptar que en una democracia liberal todo ciudadano tiene que ser absolutamente consciente y responsable del sentido que le da a su existencia. Es así como la tarea de la universidad y de la escuela[RyRA3] no es solo la de formar profesionales o trabajadores para servir a la producción de bienes o servicios, su verdadera misión es formar buenos ciudadanos, personas para la convivencia.

En Colombia no sabemos tener contradictores sino enemigos. El que no está conmigo es mi enemigo. Eso es filosofía fascista[RyRA4] . La filosofía democrática, lo reitera Gaviria, es educar para la convivencia y para concluir agrega que nuestra democracia es una democracia por construir, germinal y que para avanzar en esa tarea el primer ingrediente es la educación.

Ahora del brazo del profesor Eufrasio Guzmán y de su reciente conferencia en el Aula Abierta sobre Rosa Luxemburgo, la pensadora marxista de principios del Siglo XX y su reflexión sobre la democracia, tratemos de entender la necesidad de defender nuestra democracia, así sea precaria, de las amenazas que representa el remozado populismo de derecha y de izquierda para Colombia y demás democracias occidentales.

Contrariamente a lo que se podría esperar de una revolucionaria, Rosa Luxemburgo reclamaba a los partidos socialistas europeos no descalificar la democracia, así se tratara de la malquerida democracia burguesa; por el contrario pedía superarla con más democracia. De allí su defensa de la libertad de prensa, de reunión y asociación, requeridas para formar opinión pública deliberante y libre. Una plena libertad de consciencia para todos y amplia tolerancia para las diversas creencias y opiniones, ilimitada libertad pública y educación permanente de las masas, la celebración de elecciones periódicas sobre la base del sufragio universal, son la esencia de la socialdemocracia, fundamento de la transformación que estamos reclamando para avanzar por medios pacíficos en las reformas sociales, que se requieren para la conquista de un país incluyente.

Se me acabó el espacio pero en próxima columna volveremos sobre los peligros del populismo, ahora que el descrédito de la clase política y de las instituciones lo muestra como la alternativa reivindicable, y falsos mesías del populismo es lo que pululan en nuestro medio. La tentación populista, de derechas y de izquierdas, es la esencia de la actual campaña política en nuestro país, que sabemos cómo empieza y que sobre todo desde ya podemos anticipar cómo acabará.

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