Che Scott: “no hay futuro sin las mujeres”

Autor: Mariane Lacombe Betancur
16 abril de 2017 - 02:01 PM

El problema de las agresiones cometidas contra las mujeres no es noticia. Este problema afecta a naciones del mundo entero. Che Scott aboga por que se cambie  la relación entre hombres y mujeres. 

Medellín

Che Scott es un estadounidense que decidió promover el respeto entre hombres y mujeres. Es el autor de dos libros: I like boys: Honor the New Guy Code y I like Girls: Honor the New Guy Code. En ellos, define un a nueva base que según él, deben regir las relaciones entre ambos géneros. Emprendió varios proyectos en EE.UU. pero, gracias a la Fundación Las Golondrinas, Scott vino a Colombia para promover valores entre los jóvenes. En una entrevista concedida al periódico EL MUNDO, reveló sus expectativas para el futuro y las enseñanzas que sacó de su estadía en Medellín. 

¿Cuál es el motivo que le dio la idea de luchar por esa causa?
Esa es la pregunta que siempre me hacen. No tengo realmente una respuesta que aportar, pero crecí en una casa donde mi padre era muy respetuoso de mi madre, la amaba mucho. Lo que realicé en los dos últimos años, viajando a varias partes es que es algo trascendental a mi persona. Me di cuenta de eso por primera vez en África del Sur: vi cosas que me hicieron pensar que si este mensaje era entendido por la gente, habría mucha diferencia en cuanto a abusos sexuales, tráfico de personas o violencia de género. 

¿Considera que su causa es feminista? 
No sé, me considero como un humanista más que todo. Quiero hacer las cosas bien para la gente. Si algo no sucede como debe ser, entonces quiero contribuir en cambiarlo. En Estados Unidos, muchos discursos políticos afirman que las mujeres son el futuro y puede ser una afirmación política, pero sabemos que no hay futuro sin las mujeres, porque ellas son nuestras madres y son fuentes de vida. Pongámosle el nombre que sea, pero estoy convencido que honrar y respetar a la mujer es lo que se debe hacer. 

Usted trabaja habitualmente en EE.UU. pero, ¿puede dar más detalles sobre sus proyectos aquí en Colombia?
Hasta el momento he estado trabajando en charlas con escuelas de todos los estratos y hay muchas similitudes entre los jóvenes de cada uno de ellos. De hecho, sabemos que en los problemas de pobreza y otros asuntos sociales, la relación entre hombres y mujeres entra en juego. Por eso no solo le enseñamos a los niños cómo lograr su futuro sino también honrar y respetar a los demás y darse cuenta de la importancia de la familia. 

¿Qué ha constatado en particular de la sociedad colombiana desde que llegó? 
Pues llegué el viernes (31 de marzo) para conocer la ciudad y me encanta la innovación. Muchas veces me advirtieron de la actitud machista y cosas que han estado en la cultura por tanto tiempo. Hace quince años, si hubiera viajado a Medellín me habrían dicho “¡estás loco!” pero ahora es uno de los lugares más atractivos en todo el planeta. En mi opinión, no hay cultura alguna que haya demostrado tanto deseo de cambiar que Medellín.

¿Ha identificado alguna causa que explique la falta de respeto entre hombres y mujeres?
Uno de los principales elementos del cual me di cuenta es el problema de la inseguridad. No todos los hombres tuvieron un maravilloso padre como yo lo tuve. Constaté que a muchos hombres les falta coraje para acercarse a una mujer como se debe. No hay cosa más intimidante para un hombre que una mujer. 

¿Cuál es su objetivo principal durante su estadía en Colombia? 
Hay dos cosas: quiero hablar y compartir este mensaje, pero también quiero aprender más de esta cultura. Nunca he ido a ninguna parte para intentar entender por lo que pasó la gente y por eso quiero aprender, mejorar mi español, asimilar más la cultura. Cuando uno se interesa en la gente puede darse cuenta de por qué las cosas son como son. 

En todos los viajes que ha hecho alrededor del mundo, ¿cuál fue su experiencia más memorable?
Creo que fue África del Sur. Los problemas de agresiones sexuales son tan graves en la provincia de Mpumalanga y las mujeres viven en un constante miedo que literalmente no pueden salir por la noche. Ellas saben que apenas se pone el sol, deben permanecer en sus casas porque pueden ser violadas. Por eso tienen una opinión muy negativa de los hombres y odian a los hombres. Cuando se enteraron de lo que yo hacía, inmediatamente me agradecieron porque se dieron cuenta que no eran las únicas que querían defender las mujeres. No solo se trata de charlar y escribir libros, lo que hago también es por esas mujeres en África del Sur, por esas niñas que venden en el mundo. De hecho, vivo en Miami y allá llegan muchas mujeres robadas, que eso sea posible debería preocuparnos a todos.

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