El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, abandonó este sábado de emergencia el centro de Caracaspor un supuesto atentado en su contra, que según el Gobierno, fue realizado con drones.La situación se presentó cuando el mandatariose encontraba enun acto por la conmemoración de los 81 años de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB),La transmisión televisiva del eventomostró a los militares formados romper filas y como evacuaron al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino.Por su parte, el ministro de Información de Venezuela, Jorge Rodríguez, confirmó que el presidente Nicolás Maduro fue víctima de un atentado con 'artefactos voladores de tipo dron que contenían una carga explosiva', y que salió ileso del suceso, que ocurrió durante el citado acto con militares en Caracas.Lea:Supremo de Venezuela 'en el exilio' inicia juicio a Maduro en Bogotá'Nuestro presidente Nicolás Maduro está en perfecto estado de salud, en perfectas condiciones', afirmó Rodríguez en una alocución transmitida por la televisión estatal VTV.De acuerdo con el funcionario, varios drones con cargas explosivas detonaron en las cercanías de la tarima donde Maduro ofrecía un discurso con motivo de la celebración de los 81 años de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), dejando como saldo 'algunas heridas' en siete militares.Esto 'no evidencian sino la desesperación que ya veníamos notando en algunos voceros de la utraderecha venezolana, que no evidencian más que el odio que hemos denunciado de manera permanente de aquellos (...) que no cejan en recurrir a prácticas criminales', añadió Rodríguez.
Desde que asumió la presidencia el 19 de abril de 2013, la nacionalidad del presidente venezolanoNicolás Maduro ha sido blanco de dudas, aún más, luego de que el 29 de julio del mismo año, el exembajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Guillermo Cochez, revelóla “partida de nacimiento” del mandatario.Tras ese suceso, cientos de usuarios en internet y diversos medios de comunicación se dieron a la tarea de indagar los orígenes del presidente de los venezolanos. Informes especiales e incluso memes se han generado desde entonces.Actualmente estas imágenes alusivas al hecho siguen circulando en redes. Es el caso de una foto en la que se puede apreciar la antigua cédula blanca laminada colombiana con los datos del presidente latinoamericano.También se divulgó una fotografía en la que se aprecia al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélezhaciendo referencia a la partida de nacimiento del presidente Maduro.Una parte del texto de la imagen señala lo siguiente: “Por fin se ubicó la partida de nacimiento del presidente ilegal e ilegitimo. Nombre real: Nicolás Alejandro Maduro Moros. Nació en Ocaña, departamento del Norte de Santander, cerca de Cúcuta, en Colombia, el 21 de noviembre de 1961. Partida de nacimiento Nro. N011, folio N412 N471 colombiano”.... El #Cazamentiras indagó la procedencia de estas dos imágenes que resultaron ser falsas. En la primera, en la que se aprecia la supuesta cédula de identidad de Nicolás Maduro, se evidencian varios elementos que llaman la atención y que hacen dudar a primera vista de la legitimidad de dicho documento;como por ejemplo,la numeración contiene siete dígitos, (a partir de 2004 se emplean 10 dígitos), por lo que el sistema del Registro Civil no permite hacer la respectiva verificación, además de contener un logo que no corresponde con los establecidospara dicho documento.Dado lo anterior, el documento difundido no constituye una prueba definitiva de que Nicolás Maduro sea colombiano.La segunda, en la que se ve al senador Uribe, el #Cazamentiras pudo comprobar que es una imagen correspondiente a 2016 en respuesta a un trino del expresidente en el que hacía referencia a la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela.A continuación el link de la imagen: https://twitter.com/alvarouribevel/status/767828178601648132Mientras que el presidente Maduro ha negado reiteradamente ser colombiano afirmando “haber nacido en Caracas, el 23 de noviembre de 1962”.Para tratar de solventar esta polémica, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, mostró en octubre de 2013 una copia certificada del acta de nacimiento de Maduro donde –según la funcionaria – queda reflejado que nació en la parroquia la Candelaria “en una policlínica de aquí de Caracas'.Si usted encuentra temas que desinformen a la comunidad o le llegan cadenas de mensajes con información que le generen sospechas, envíenos sus inquietudes vía Whatsapp: 310 4168851, Twitter: @elmundomedellin, o e-mail: digital@elmundo.com.
A escasos días de conocerse los inscritos a las elecciones regionales, los contradictores de algunos candidatos con una carencia total de ideas, con la intencionalidad de generar zozobra y tal vez pánico dentro del electorado ponen a circular a través de las redes sociales falsos mensajes (fake messages).Lea también: De cara a las elecciones territoriales 2019Ya empezaron a circular de manera anónima por las redes sociales todo tipo de mensajes de los denominados “mala leche” contra candidatos actuales a los cargos de elección popular, eventos que deben ser rechazados por los ciudadanos, que no deben darle juego a aquellos que con carencia de toda gallardía deciden no firmar los mensajes y responsabilizarse de lo escrito, como me decían mis padres: la “pared y la muralla, son el papel del canalla”, refrán que hoy en día cobra vigencia al utilizar las redes sociales como pared de manera anónima para lanzar cualquier cantidad de mensajes injuriosos y faltos a la realidad.Lo más preocupante no es el mensaje enviado de manera irresponsable por el autor, sino, la réplica que le hacemos al mismo sin hacer los filtros necesarios de veracidad, porque nos acostumbramos a denigrar contra las personas, su dignidad y buen nombre y entre más duro se le dé “dedo” con mayor fuerza viral recorre el ciberespacio. Si alguien conoce que algún congénere comete un delito tiene la obligación de denunciarlo, so pena, él de estar en contravía de la norma, como está estipulado en el Código Penal.En el marco del ejercicio democrático y la libertad de opinión, como derecho inalienable, es fundamental recobrar la capacidad de la sociedad para construir un disenso objetivo y racional, el cual, por las redes sociales se convirtió en una oposición visceral y mediática con arengas carentes de toda fundamentación ideológica.La paz no está en decir, en términos de Hemingway, “Adiós a las armas”, sino en la construcción de una nación capaz de disentir con respeto. Pero, si desde el mismo escenario máximo de la democracia colombiano, el Congreso de la República, el lenguaje ofensivo y no racional sale de las entrañas cerebrales de los denominados padres de la patria, mucho menos sus hijos (los ciudadanos del común) aprenderemos a comportarnos con hidalguía y gallardía. En la educación de los hijos, se dice que en los infantes el máximo aprendizaje lo adquieren a través de ver el espejo del comportamiento de sus padres.Le puede interesar: El juego de la doble moralInvito a mis ambles lectores a ser críticos racionales con las propuestas de cada uno de los candidatos, estemos o no de acuerdo con ellos, a ser veedores ideológicos de sus propuestas y no dejarnos contaminar de la difamación mediática sobre las personas sin fundamento alguno y sobre todo no poner a circular mensajes anónimos. Quién escribe, dice o hace debe hacerse responsable de sus actos, ese es un paso, que desde el lenguaje podemos construir una verdadera paz incluyente y participativa, dejando de lado la muralla para actuar como canallas.
Suky Morgan: Buenos días, Juan David. Tengo una inquietud acerca del uso de la palabra “romboy”/“rompoy”. ¿Está muy mal dicho?En algunas regiones de Colombia, Antioquia entre ellas, es muy usada la palabra “rompoi”, que tiene su origen en la inglesa round point. Es inglesa la palabra e inglés el invento porque aunque en Estados Unidos había un par de vías circulares antes de la invención de estas construcciones, la primera glorieta, tal y como hoy las vemos, fue construida en Inglaterra. Y miren que uso la palabra glorieta, que nos llegó del francés. Otra de las nuestras es rotonda, que nos llegó del italiano.Ahora: ¿es incorrecto decir rompoi/rompoy o romboi/romboy? Puedo decirles que el Diccionario de la lengua española no incluye ninguna de estas. El Diccionario de americanismo solo tiene la palabra romboi. Entonces, les dejo dos ideas: es natural que un idioma alimente al otro, especialmente un idioma cuya cultura inventa artefactos, estructuras y cualquier cosa que haga la vida más “cómoda”. Mejor dicho, si el round point es inglés, es natural que la palabra en inglés se riegue. La segunda idea es que en español tenemos palabras para nombrar ese objeto (glorieta y rotonda son, tal vez, las más usadas. En Ecuador dicen redondel, en Perú dicen óvalo).Así que, elijan cuál les suena mejor. Yo prefiero glorieta.Vea también sobre las palabrasSubbase y reeditar¿Es correcto duplicar letras en español? O mejor: ¿es correcto escribir dos vocales o dos consonantes seguidas? Ustedes saben que “sub” y “re” son prefijos, es decir, elementos que se escriben antes de una palabra para modificar su significado (hay que decir que, en general, se escriben pegados, soldados, a la palabra, y que excepcionalmente se usa el guion o se escriben separados). “Sub” significa “debajo de” e “inferior”, por eso subsuelo es “debajo del suelo” y subbase es “debajo de la base”. Sí se puede duplicar la letra b, aunque se vea raro. Entre otras razones porque si escribo “subase”, ¿entenderían? Yo no entendería, lo confieso, y pensaría que me están diciendo “súbase al carro”.Hay casos en los que sí es correcto escribir solo una: “subranquial[U1] ” en vez de “subbranquial”, por ejemplo. Esta sí la entienden con una sola be, ¿verdad? En el caso de las vocales es más frecuente omitir una, aunque también es correcto duplicar. Puedo decir “reeditar” o “reditar” cuando quiero significar “editar otra vez”. Pero es mejor decir reemitir (volver a emitir). ¿Se imaginan por qué? Simple: porque existe el verbo remitir (enviar a otro lugar, como en las remisiones médicas). Es mejor evitar confusiones.Vea también sobre las palabrasRocambolesco. Algo rocambolesco es exagerado, difícil de creer (aunque real), extraordinario. Un[U2] a persona es rocambolesca, por ejemplo, cuando actúa o se viste estrafalariamente, extravagantemente.
Educación Secundaria ObligatoriaSe escriben con minúscula las denominaciones genéricas de etapas y ciclos educativos: educación básica secundaria; educación media; educación superior; pero, con mayúscula si se trata del nombre oficial porque tiene valor de nombre propio: Educación Secundaria Obligatoria. Formación Profesional. En el caso de que coincidan, como ocurre con educación infantil o Educación Infantil, que puede referirse tanto al ciclo educativo como a su denominación oficial, se optará por una u otra, en función de a qué se refiera en cada caso concreto.Los niveles de los ciclos se escriben con minúsculas y pueden abreviarse con la representación correspondiente del ordinal en arábigos: Ha repetido primero, Está en 2.º de primaria, con punto abreviativo.Lea también: Cómo solucionar algunas dudas escriturales2. Asignaturas y ramas del conocimientoLos nombres de las disciplinas científicas y de las ramas del conocimiento se escriben con iniciales minúsculas, ejemplo: Ha habido grandes avances en el campo de la ingeniería; pero, con mayúsculas si se trata de la denominación de una asignatura o materia en el entorno académico: este año voy a estudiar Inglés y Matemáticas, aunque ambos nombres coincidan, como por ejemplo, en: «La arquitectura ha avanzado mucho desde que estudié Arquitectura».3. Nombres de los centrosLos nombres oficiales de los centros educativos se escriben con mayúsculas iniciales y en redonda, esto es, sin comillas ni letra cursiva: El Instituto de Enseñanza Secundaria Isabel II abre sus puertas el 9 de septiembre.En el caso de que se haga referencia al centro educativo, solo con el sustantivo genérico, este se escribirá con minúscula cuando va precedido de posesivos o demostrativos: este centro formativo es público; la universidad está lejos; pero, se acepta la mayúscula si el nombre va precedido por un artículo determinado, cuando se trata de abreviar el nombre completo: el Instituto; el Colegio.4. Departamentos y recintos de los centrosSe escriben con mayúsculas iniciales si se trata de departamentos de la institución: Secretaría, Cátedra de Lingüística, Departamento de Idiomas. Se escriben con minúsculas, (respetando las mayúsculas de los nombres propios) las denominaciones de recintos del edificio: sala de profesores, aula de música, salón de actos, aula Porfirio Barba Jacob.5. Cargos, profesiones y titulacionesLos nombres de cargos, profesiones o titulaciones se escriben con minúscula inicial: rector, maestro, catedrático, profesor, doctora, doctor, ingeniera agrónoma…En caso de citar el nombre oficial de la titulación, este se escribe con mayúscula, ejemplos: licenciado en Ciencias de la Información; licenciatura en Ciencias de la Información.6. ESO; no: E. S. O.ESO, PDI, TIC son siglas, no abreviaturas, por lo que se escriben con mayúsculas y sin puntos. Asimismo, no es apropiado formar su plural escrito, añadiendo una S minúscula, como en TICs, sino mantenerlas invariables, ejemplo: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de las TIC?En cuanto al escribir completo el nombre a que corresponden las siglas, lo apropiado es que se haga en minúsculas si corresponde a un nombre común, como: PDI es pizarra digital interactiva; y en mayúscula, en el caso de que el nombre sea propio: ESO, significa: Enseñanza Secundaria Obligatoria.7. Acoso escolarEn español se ha extendido el uso de “bullying” para referirse específicamente al acoso que se produce en el ámbito escolar. Este anglicismo puede sustituirse por acoso escolar u otras alternativas válidas, como intimidación, matonismo, matoneo o matonaje.8. Congresos, cursos, jornadas…Se escriben con mayúsculas iniciales todos los términos significativos de los títulos, tanto de los encuentros de profesionales y especialistas, ejemplos: Jornadas de Redes de Investigación en Innovación Docente, como de los planes, proyectos o programas, como: Programa de Formación Docente.9. Honoris causa, en minúscula y cursivaLa locución honoris causa se escribe en minúscula y, por ser un latinismo, también en cursiva: Ha sido investido hoy, doctor honoris causa.10. Estudios entre primaria y universidadCuando se trata del nombre genérico de los estudios secundarios (bachillerato), es decir, de los que están entre la primaria y la universidad, se escriben en minúscula.El vocablo bachillerato, en minúscula, alude de un modo genérico, a la enseñanza secundaria; si hay dos ciclos: Enseñanza Básica y Enseñanza Media, estos deben escribirse con mayúsculas, por ser sus nombres oficiales.Lea también: Vocabulario alternativo en tecnología. Conceptos11. Para reflexionar….---“Mantente a flote por todos los medios, pero si te es imposible, ten bastante valor para hundirte sin ruido”.---“Nuestra incapacidad es un grillete con el que amarramos a los demás a nuestra ausencia de facultades”.---“La felicidad no está en el logro ni en la grandeza, sino en la verdad”.---“Cuando se intensifica en nosotros la consciencia de nuestra propia personalidad, ejercemos la divina aptitud de ignorar la tiranía de los hechos”.(Tagore)
En países muy destacados de la mayor parte de los continentes, miles -y en ocasiones hasta centenares de miles- de ciudadanos se han volcado a las calles para defender reclamos de diversa índole, algunos de los cuales han mutado con el paso de las semanas y por el hábil aprovechamiento que algunos extremistas hacen de las expectativas y necesidades de las gentes (ver gráfico). Las crecientes movilizaciones y los coros que las acompañan en redes sociales y medios de comunicación exigen a sus convocantes y a los gobiernos retados desplegar sus mejores capacidades y convicciones democráticas.Lea también: Las elecciones de 2018 hicieron historia en la democracia colombianaObservadores apresurados empiezan a ofrecer hipótesis fantasiosas que dificultan para entender qué une y qué diferencia a estos procesos que se perciben como oleada del mismo mar, siendo ríos aislados. No es razonable plantear que estos movimientos son reavivamientos de las potentes revueltas juveniles que entre finales de los años 50 y comienzos de los 70 reivindicaron e hicieron florecer la contracultura; los derechos de las minorías -en especial las raciales y las mujeres-e incluso la revolución sexual; así algunas peticiones económicas estén presentes en algunas movilizaciones actuales, es difícil encontrar convergencias ideológicas o reivindicativas.Le invitamos a leer: Por sus vidas, los jóvenes marchan y reclaman cambios en USAOpinadores pesimistas, de otro lado, promueven teorías conspirativas deleznables. En América Latina corre la atribución al régimen chavista de un ímpetu exportador de su agónica revolución: nada más difícil para quien no puede sostener a su pueblo y apenas se mantiene que lanzarse a complejas aventuras externas tan disímiles entre sí como son las reivindicaciones económicas de los ecuatorianos, las pretensiones democráticas de los bolivianos y las complicadas movilizaciones del variopinto movimiento chileno y del estudiantado colombiano.También: Lento despertar del mundo frente a VenezuelaLa democracia en la calle, con sus movilizaciones y otras expresiones contestatarias es una conquista de la ciudadanía participante que logra plenamente sus objetivos cuando consigue tener claridad en sus reivindicaciones; propicia y participa de negociaciones equitativas cuyo resultado respeta, y se compromete con el respeto a los derechos fundamentales de los no participantes, calidad que le exige evitar la violencia en sus actuaciones o contenerle, cuando ello fuese necesario. Aunque no estuvo exenta de desmanes de algunos manifestantes o de excesos del gobierno, la reciente protesta mayoritariamente indígena en Ecuador y la negociación con el presidente Lenin Moreno es un importante ejemplo de las posibilidades y logros del ejercicio de la ciudadanía en la protesta callejera.El modelo de democracia de calle puede convertirse en un riesgo para las reivindicaciones y los derechos humanos porque así lo determinan los convocantes, que es lo que ha sucedido en Chile, con ataques terroristas que provocaron once de las 15 muertes en las protestas y además causaron muy graves daños a bienes públicos, como el Metro y los buses de Santiago, así como a instituciones privadas. A diferencia de lo ocurrido en Ecuador o en Colombia durante las jornadas universitarias de 2018, la solución de los reclamos por el gobierno del presidente Sebastián Piñera abrió espacios a voceros radicales que transmutaron las pretensiones de las socioeconómicas inicialmente planteadas a reclamos políticos asociados a un cambio de Constitución y modelo de país.Vea también: Un sueño, un método, esperanzas vivasAunque ha sido el más notorio, en particular por el insólito respaldo, la más de las veces simplista, de medios de comunicación del primer mundo, Chile no es el único de los países en los que el descontento es aprovechado por dirigentes sectarios que aspiran a minar la gobernabilidad e imponer la tiranía de las minorías. Ocurre en Irak, donde incluso una minoría en el gobierno apoya las violentas protestas, y sucede en Colombia, donde Gustavo Petro anunció que respondería a su derrota en segunda vuelta presidencial con movilizaciones en las calles.Lo invitamos a leer: El “protocolo” que desequilibra derechos por la protesta socialEn la aspiración que la democracia de calle produzca un fortalecimiento de la institucionalidad republicana, corresponde a los gobiernos responder razonablemente a la movilización social, garantizando su legítimo derecho a ocurrir y al mismo tiempo ofreciendo garantía a los ajenos de que hará respetar sus derechos mediante la razonable disposición a negociar y el uso legítimo de la fuerza pública, que es lo que la mayoría de universitarios reconocen que ha sucedido la más de las veces en Colombia pero no acontece en Venezuela, Hong Kong o Bolivia, gobiernos que ya han sido señalados por la ONU de haber hecho uso indebido de la fuerza pública para enfrentar las manifestaciones callejeras.Vea también: Lecciones del acuerdo del Gobierno y la MingaAmplificadas por el acelerado y simplista universo de las redes sociales y pobremente explicadas por los medios de comunicación, la protestas políticas y sociales son, como las elecciones, oportunidad y gran reto para sociedades llamadas a demostrar sus capacidades democráticas.