Algunos reniegan, otros lo gozan

Autor: Adriana Leonor López V.
30 junio de 2019 - 11:12 PM

Un profundo malestar transmitieron los líderes de la JAL de la Comuna 11 y la JAC del barrio Conquistadores frente al proyecto Parques del Río en la fase 1A. Una emoción que contrasta con la expresada y sentida por los foráneos que visitan y disfrutan el espacio. Esta polarización confirma el espíritu del proyecto: no es un parque barrial para Conquistadores, es un parque de ciudad que inició frente a su vecindad.

Medellín

Esa seductora calma que se siente cuando se camina por las calles de Conquistadores; sobre todo, por las aceras que lindan con Parques del Río, es engañosa. Palpita en ellas el descontento que, a decir de sus líderes, sienten los habitantes de uno de los barrios más tradicionales de la ciudad. Nunca quisieron el proyecto, y para la fecha, tanto el presidente de la Junta de Acción Comunal, Gilberto Arana; el tesorero, Luis Guillermo Facio Lince; así como la presidenta de la Junta Administradora Local, Jacqueline Sucerquia Cardona, se fueron lanza en ristre contra esta propuesta urbana.

En contraste, está el coro de voces de aquellas personas anónimas, foráneas, que van al parque a disfrutarlo, que asisten allí sin ninguna pretensión distinta a la de pasar un buen rato y que lo han convertido en el nuevo eje turístico tanto de nacionales como de extranjeros, atraídos en buena medida, por la resonancia que ha tenido el proyecto en la prensa internacional por cuenta de los premios que le han otorgado.

Habla la resistencia

Proliferación de habitantes de calle y de vendedores ambulantes en el perímetro del barrio, incremento de atracos en las calles y en el interior de las viviendas; el uso inadecuado del parque; y el mal uso de la malla vial interna, que incluye la invasión de vehículos foráneos en las vías, el mal parqueo, y el hecho de que —dicen— los dejaron con una sola vía que los conecta a la ciudad, hacen parte de la lista de males que los líderes enumeraron.

“En conclusión, y quiero que salga bien grande en el periódico” —dijo Gilberto Arana la tarde del martes 25 de junio en el apartamento del tesorero de la JAC—, “Aníbal Gaviria nos engañó al barrio Conquistadores en ese sentido. Que iba a montar un CAI ahí y llevamos 3 años después de haber entregado esa obra y no hay ningún CAI ni lo va a haber” —El tema de la seguridad es el que, evidentemente, más les angustia.

Lea también: Parques del río tendrá nuevo modelo de seguridad

—¿Y ustedes no creen que eso le correspondía al siguiente alcalde, el darle continuidad?

—Es que el alcalde lo prometió y si él lo prometió debiera haber dejado todo listo para que el otro siguiera con eso; pero el otro, como no le importa eso tampoco, entonces tampoco se tiene. Esa es una de las cosas graves que nosotros tenemos del parque —agregó el Presidente de la JAC.

La presidenta de la Junta Administradora Local de la Comuna 11, Jacqueline Sucerquia Cardona, a su vez, hizo eco de lo que ha venido escuchando “desde siempre” en las distintas reuniones que hacen con la comunidad: la misma ristra de problemas ya citados.

Luis Guillermo Facio Lince se mostró más pragmático, aunque no menos contundente respecto al proyecto; y eso que el día anterior a la entrevista, los ladrones se le entraron a su apartamento, un primer piso muy cerca de la calle 42.

—Sin embargo —dijo—, el parque ya está hecho, ya está construido, es una realidad, entonces qué hacemos nosotros como JAC y como habitantes, tenemos que aprovecharlo; no nos podemos echar atrás, ni a llorar ni a decir que no; entonces nosotros como junta hemos hablado con varias entidades para aprovecharlo pero de una manera adecuada, no de una manera inadecuada.

Actividades inadecuadas son, a su juicio, aquellas en las que se hace ruido; asistencia masiva de personas —por eso su oposición férrea a que les lleven los alumbrados de diciembre—, a la venta de comidas en chazas como las que se ven en el Estadio, por ejemplo, o en el antiguo paseo del río en temporada decembrina. Actividades adecuadas, todas las que tengan que ver con expresiones culturales y artísticas.

—Fuimos a la Secretaría de Cultura y hablamos con el señor Santiago Silva —Subsecretaría de Ciudadanía Cultural— y le dijimos: “Santiago, el parque ya está hecho, tenemos que tomarlo de una manera que sea cultural, no de una manera como lo han hecho ya varias veces, mal hecho; que hayan eventos culturales de bajo impacto” —contó como anécdota el señor Facio Lince y de paso, detalló todo lo que hace la JAC desde Conquistarte, un colectivo de artistas que programan una serie de actividades culturales en Parques del Río y en el barrio.

Ellos, en cambio, lo disfrutan

Los días que más afluencia de personas se aprecia en Parques del Río son los fines de semana, y más todavía, en las tardes, cuando el sol se está poniendo —los árboles aún no han crecido lo suficiente como para ofrecer sombra a la hora de la canícula—.

El lunes 24 de junio, por ejemplo, día festivo, se vio una familia celebrando un cumpleaños —con globos de colores, confetis, torta y muchas selfis—; otra familia en un picnic —muy necesario porque no hay un local que ofrezca un tinto o una gaseosa y menos una galleta o botana—; muchas, pero muchas parejas de enamorados, enamorados chicos, enamorados jóvenes, mayores y más mayores y  de todos los géneros; un número considerable —sin contar— de niños jugando en la malla, correteando, saltando lazo, montando bici, elevando cometas, correteando a los perros; grupos de jóvenes escolares conversando de las actividades de clase; y muchas, pero muchas, también, personas solas, algunas tomando fotos, otras caminando, algunas avistando pájaros o flores, otras tantas hipnotizadas con el movimiento ondulante de las aguas del río, y no pocas haciendo uso del absoluto y sagrado ocio —haciendo nada—.

—No lo había pensado, pero el río ya no huele tan maluco como recuerdo que olía hace como 20 años. Es que uno sentía el olor a cloaca desde la autopista —respondió uno de los visitantes, un hombre de unos cuarenta años que estaba estacionado con su esposa en uno de los dos puentes que próximamente conectarán el Occidente con el Oriente.

Yo creo que Parques del Río es muy chévere para vivir en familia porque puedes ir a montar bicicleta, puedes disfrutar con los perros, con los gatos —dijo Sofie, una niña que visitaba el parque junto con su hermano, su padre y dos perros, luego de haber montado en patineta por un rato y de que su hermano paseara en bici.

León Correa fue otro de los asistentes el lunes al parque y que, siendo habitante del barrio Conquistadores, se mostró feliz por el cambio del paisaje:

—Yo salgo del apartamento donde vivo que es aquí al frente del propio parque, cruzo la calle y ya digo con mucho orgullo ya estoy en mi finca, o sea, que en diez segundos ya estoy en mi finca. Antes pasaban carros, camiones, volquetas las 24 horas del día, ruidos, sirenas, pitos, de todo. Hoy en día sale uno y es a disfrutar de un ambiente que es sin ruidos. Vea, aquí, un cumpleaños, allí elevando cometas, otros con sus perritos, o sea que se convirtió en un centro de verdadera diversión —sostuvo sin pena el señor Correa, un hombre ya mayor frente a una cámara que lo grabó.

Valeria, otra joven visitante que se asomó por el parque con su novio a compartir un picnic, dijo que prefería Parques del Río por encima de otros lugares de la ciudad que ofrecen una manga semejante, porque “tiene un aire diferente y el ambiente familiar que se vive”; en tanto Manuel, el joven que la acompañaba, dijo que lo prefería porque era un espacio “muy agradable”, porque se sentía un ambiente familiar y era un lugar muy tranquilo para descansar; “entonces son como muchos plus para elegir este espacio”, agregó. Su testimonio es uno de varios que se registraron en video por la Corporación Amigos del Parques del Río, para promocionar el proyecto.

Lea también: ¿Qué pasó con los 1.200 árboles de Conquistadores?

Al margen de las corrientes que se mueven en las profundidades del Proyecto, habitantes del barrio y visitantes, cuentan con la libertad de hacer una de dos cosas ante ese nuevo espacio que más que eso, es un plan metropolitano:  renegar de él o disfrutarlo.

 

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