América debió soportar cinco años de suplicio, de amarguras y dolor para regresar a la máxima categoría del fútbol colombiano. Intentó de todo, aplicó toda clase de fórmulas, probó con diversos técnicos y centenares de jugadores.
Hasta que por fin en diciembre pasado se sacó de encima un peso incalculable y se reencontró con su rica historia. Tarde pero cumplió el anhelado deseo de una hinchada multitudinaria.
Ese mismo reto lo tienen ahora los otros cinco elencos considerados históricos que quedan en la segunda categoría, algunos con situaciones más dramáticas que otros.
Deportivo Pereira arranca el 2017 como el máximo candidato, como el equipo llamado a liderar los dos torneos del año. En las dos últimas temporadas cabalgó de comienzo a fin los torneos pero su rendimiento declinó considerablemente en el tramo final del campeonato.
¿Fue intencional la merma en el rendimiento del equipo Matecaña? Todo apunta a que sí, especialmente a finales de 2015 cuando el gerente deportivo, Duván Vásquez, hizo graves denuncias contra algunos jugadores del entonces plantel dirigido por el argentino Hernán Lisi. 
“Analizamos los videos del partido en repetidas ocasiones (ante Fortaleza en Bogotá, que se selló con derrota 3-0), fue muy claro que hubo jugadores que no entregaron todo en el partido. Lo peor es que sabían lo que estaban haciendo y no dijeron nada. Luego de retirar algunos jugadores de la concentración, el partido de local ante Fortaleza lo afrontaron muy bien los chicos que querían ascender, pero lastimosamente en Turbo (ante Leones) volvimos a notar actitudes indeseadas”, palabras fuerte de Vásquez, quien después fue increpado abiertamente por algunos jugadores.
Para muchos clubes, especialmente los de tradición y larga trayectoria en Primera División, es un negocio rentable permanecer en la segunda categoría. Porque al ser considerados equipos Clase A reciben el mismo dinero que se le entrega a los equipos de la máxima categoría. Además resulta rentable porque contratan jugadores de bajo costo, los directivos no se inmutan por armar equipos de alto vuelo y por ello ven con buenos ojos permanecer en la B.
Es el caso del Cúcuta Deportivo, que pasó en pocos años de ser campeón del fútbol colombiano y semifinalista de la Copa Libertadores, a convertirse en un equipo más de la Segunda División. José Augusto Cadena, el máximo accionista del club, es señalado como directo responsable de la situación y se le acusa constantemente de negligencia para buscar el regreso a la A.
“El equipo de Cadena” se le denomina despectivamente al conjunto Motilón por parte de la opinión pública de Norte de Santander.
Unión Magdalena se convirtió en un equipo más de la B. Descendió por segunda vez en su historia en 2005 y desde entonces ha tenido participaciones irregulares, con el agravante de que su casa, el estadio Eduardo Santos, está clausurado desde 2013 por sus precarias condiciones. Cuatro años han transcurrido desde que el Ciclón jugó allí su último partido oficial, y la autoridades de la región no han demostrado mayor interés en reformar el histórico escenario.
Quindío estuvo a un gol de retornar a la máxima categoría. Por poco le daña la fiesta al América la temporada anterior en el partido definitivo de los Cuadrangulares, en Cali, pero no lo consiguió y afrontará una nueva temporada en la segunda categoría, en medio de la polémica porque Hernando Ángel, presidente del club, también es el máximo accionista de Universitario de Popayán, lo cual ha generado toda clase de suspicacias. 
De los equipos históricos de la B, el que mayores esfuerzos ha realizado en los últimos tiempos para ascender es Real Cartagena. El año pasado realizó una campaña positiva pero se quedó en el tramo final del campeonato. Si bien hubo una barrida importante de jugadores, se le dio continuidad al técnico José Willy Rodríguez, con el cual buscará el cuarto ascenso de su historia.

Sistema de competencia
A diferencia del año pasado, en el que se disputó un campeonato largo con Cuadrangulares semifinales de ida y vuelta a fin de año, la Primera B tendrá dos torneos en 2017.
Cada torneo se realizará bajo el sistema Todos contra Todos en 16 jornadas y después entrará en fases de eliminación directa, es decir, Cuartos de final, Semifinales y Final. Los ganadores de cada semestre se enfrentarán en diciembre en la Gran Final, y el campeón ascenderá directamente a la Primera División.
El club que pierda la Final jugará por el segundo ascenso, en partidos de ida y vuelta, frente al elenco que se encuentre mejor ubicado en la tabla de la Reclasificación (que no sea el campeón). En caso de que un club gane los dos torneos ascenderá de manera directa, y el segundo ascenso a la máxima categoría del fútbol colombiano lo dirimirán los otros dos clubes que estén ubicados mejor en la Reclasificación, con partidos de ida y vuelta.