Ya para qué decimos que Venezuela es una dictadura. Cometimos un error en no anunciarlo cuando desde Chávez se limitaron las libertades.

Los académicos que creemos que el comunismo es un error histórico, pecamos de rigidez conceptual al pensar que si poníamos una democracia autoritaria al lado de las dictaduras le haríamos un favor a las dictaduras.

Aún hoy recibo correos de líneas oficiales en mi propia institución, conteniendo mensajes de redes en los que se legitima el cierre de la asamblea de Venezuela.

Fue un error y debemos pedir disculpas a los venezolanos los columnistas siempre defensores de la idea democrática que no dijimos a tiempo y con claridad que “ahí viene el lobo”.

Lo mismo debemos hacer cuando gobiernos de derecha usurpan abiertamente derechos constitucionales, y si no lo hicimos también somos culpables por omisión.

Pero ¿ya para qué? Ya todo el mundo lo sabe. Ya el dolor es irrecuperable para las miles de víctimas de la sociedad civil venezolana que han muerto, han recibido violencia, pasan hambre o han tenido que salir del país.

Y ya basta de decir que la culpa fue de los partidos tradicionales por su incapacidad de ser eficaces y combatir la corrupción, o de la sociedad civil por elegir a Chávez.

Muchos tuvieron que decir lo mismo en tiempos de Mussolini y Hitler, pero ya tarde la mayoría. ¿Y cuántos hicieron la vista a un lado con los crímenes de Stalin y Mao?

No es un tema de derechas o de izquierda. Quienes pueden escribir en medios sí tenemos una responsabilidad y debimos haber sido contundentes.

Pero, aunque ya para qué… mejor tarde que muy tarde.

www.davidrollvelez.com

Profesor Titular Universidad Nacional