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Desde la compra de la clínica León XIII, se vienen dando las dudas sin respuesta, como si se tratara un asunto del montón. Para la Administración departamental de entonces, fue un gran disgusto la forma solapada en que la Universidad se fue quedando con la clínica, pues desaparecido el ISS, habría sido para el Departamento una gran solución para la atención de la millonada de pacientes que hoy están en veremos por la estruendosa crisis en la que hoy está Savia Salud. Es muy posible que el proyecto que se tenía, hubiera prevenido el gran problema de la salud en Antioquia y la pobre gente no tendría el actual sinsabor de la incertidumbre sobre el futuro de atención de la salud, pues sobre eso se requiere seguridad suficiente y real.
Alguna vez en el CSU de la Universidad de Antioquia, se dio un mini debate con el gerente de la IPS, al parecer porque no aceptaba los precios de los servicios del hospital San Vicente de Paul, que no eran los más favorables. Lo curioso del caso es que quienes hacían el reclamo eran miembros, además del CSU, de la junta del Hospital. Así se han tratado los bienes de la Universidad. Por eso no es de extrañar que lo que se dice en un artículo de una revista capitalina, sobre los manejos de un miembro del mencionado CSU, sea cierto. Se dice que un médico, egresado de una universidad de la costa, es el representante de los egresados en el CSU, y que obtuvo el control de la IPS, a cambio de votar por el actual rector, y que fue premiado con creces.
Pero esto solo es un capítulo más del errático manejo, por decir lo menos, que se le ha venido dando desde hace un tiempo a una entidad que estaría destinada a prestar u precioso servicio a la comunidad. Los absurdos tratos con entidades hospitalarias de otros departamentos y regiones, solo para dar la sensación de ensanchamiento exitoso del negocio, fueron decisiones nefastas para su solidez financiera. Hubo protestas y advertencias documentadas desde el interior de la entidad, pero fueron desoídas y sus autores desvinculados. Se creía que el actual rectos iba a enderezar el camino, así lo hacía esperar su experiencia y compromiso. Aun los ciudadanos esperamos que el doctor Alviar aclare los rumores y corrija lo malo, y deseche a los malos.