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Muy apreciada señora directora:
Los fundadores de la Universidad de Medellín dispusieron que sus egresados fuéramos miembros de la corporación, para que defendiéramos los principios democrático liberales, la ciencia y la libertad, con miras a que nuestra casa de estudios coadyuvara en la solución de los grandes problemas nacionales.
Pero, como liberales, lo último que hubieran querido es verla convertida en lo que se convirtió: en un directorio de “partido” sin principios, en el que se permutan los frutos del claustro por votos, para el beneficio político de su rector, lo que envilece a la academia y ensucia a la política. Y menos aún dirigida por una sola voz o tiranía destructora de las libertades, la de un egresado suyo, no académico sino político, que se impuso maliciosamente como su única autoridad, gracias a la falta de controles a los establecimientos de educación superior y al apoyo cómplice de una desvergonzada Asamblea General que traicionó los fines sociales y académicos del claustro otrora liberal, para defender exclusivamente mezquinos intereses, los de sus miembros y los del sátrapa rector.
Si queremos que la Universidad reviva de sus cenizas, recupere su nombre y su prestigio y que su campus vuelva a la comunidad a la que se debe y a la que le pertenece y que el común la reconozca nuevamente como faro de ciencia y libertad, una universidad dedicada a la academia y no a la politiquería, de la que nos podamos sentir orgullosos, es necesario que dejemos de lado los silencios cómplices y que todos, como una sola voz, denunciemos las irregularidades que allí ocurren y que le exijamos a la señora ministra de educación la remoción de su actual rector y su reemplazo por otro, quien, defensor de los principios liberales, ostente las más altas calidades académicas.
Urge también, cuando la corrupción salpica a todos los grupos políticos, que el claustro contrate, a la mayor brevedad, una Auditoría Externa que vigile su patrimonio y la ejecución de su multimillonario presupuesto.
Por lo anterior ruego a usted coadyuvarnos en nuestras peticiones a la señora ministra, para que la universidad pueda volver a las clases menos favorecidas, las que de ella fueron despojadas.
De la señora Directora con sentimientos de mi más alta consideración y aprecio,
JOSÉ LEÓN JARAMILLO JARAMILLO
Miembro del grupo de los 100.