Foto: Alexander Augusto Hoyos
En septiembre del año pasado cerca de 500 mujeres se tomaron las instalaciones de la Regional Antioquia del Icbf, ubicadas en frente de la plaza de mercado de La América. Las manifestantes eran madres sustitutas y comunitarias que pedían, mediante megáfonos y pancartas, más respeto del Instituto, pues sentían que su trabajo con los niños no era valorado. |
El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, cedió a una petición que desde hace varios meses hacían las madres del programa Hogares Sustitutos: que reconocieran y valoraran su trabajo, que aunque es voluntario, merece contar con mejores condiciones económicas para garantizar la restitución de los derechos los menores de edad y la calidad de vida de las mujeres que los protegen.
Haciendo caso a tal petición, a partir de 2012 y durante los próximos tres años, el Icbf invertirá 8.000 millones de pesos anuales entre las 5.429 madres sustitutas de todo el país.
Es decir que cada madre, además de la beca mensual que ya tiene por cuidar a cada menor, recibirá 1’473.567 pesos anuales, eso son 122.797 pesos mensuales.
Diego Andrés Molano Aponte, director general del ICBF, explica que esta decisión exalta la labor de la madres sustitutas y contribuye al mejoramiento de la calidad de vida de niños, niñas y adolescentes de difícil adoptabilidad: “Este en un reconocimiento a la labor solidaria y voluntaria de este grupo de familias que con amor y vocación apuesta significativamente a la atención integral de niños, niñas y adolescentes con derechos vulnerados o con declaratoria de adoptabilidad”.
Mónica Avendaño, representante de las madres sustitutas en Antioquia, asegura que en su labor siempre han tenido tres dificultades: “Nosotras ya no aguantamos el maltrato físico y verbal de algunos funcionarios del Instituto; el retraso en el pago de las becas de sostenimiento, que se debe hacer en los primeros diez días de cada mes; y la subvaloración de nuestro trabajo”. Ahora, con este aporte adicional que recibirán, al menos disminuirán las protestas por la tercera queja, aunque ellas creen que hacer un trabajo social no es excusa para no recibir una remuneración, un salario completo.
Marisol Estrada, madre sustituta, dice que además del retraso en la beca de sostenimiento, que debe ser entregada del 1 al 10 de cada mes, el Icbf tampoco les entrega un rubro de emergencia al que tienen derecho los menores cuando están hospitalizados, tienen alguna discapacidad o una enfermedad terminal. Evangelista Correa Correa tiene 86 años y en dos meses cumplirá 24 años trabajando por el bienestar de los menores que tuvo a su cargo. La mujer, una de las fundadoras del proyecto de los hogares comunitarios, que inició en 1988, dice que sueña con una pensión que de momento no le ha otorgado el Icbf: "Tengo que seguir trabajando, necesito tener con qué vivir hasta que Dios se acuerde de mi", explica la anciana.