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Tiempos de austeridad y cambios en la política de defensa estratégica obligan a la administración Obama a centrarse en la realidad presupuestal que vive la nación. Con la salida de las tropas de Irak y la promesa de reducirlas paulatinamente en Afganistán, es hora de hacer una evaluación seria del papel y las responsabilidades del país en un momento de crisis fiscal. Será un recorte de US 450 mil millones en los próximos 10 años, disminuyendo el número de efectivos en tierra y buscando regresar a los mínimos históricos.
Esa idea de combatir 2 guerras simultáneamente es asunto del pasado. A su vez la Guerra Fría, concebida como estrategia para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética, no tiene vigencia pues desde hace una década el Viejo Continente geopolíticamente funciona alrededor de la Unión Europea.
La Doctrina Obama es dejar que haya nuevos actores que lideren pasando a un papel secundario y menos activo. Lo ocurrido en Libia es una muestra del protagonismo europeo con el apoyo logístico de los Estados Unidos. Europa debe entonces velar por su propia seguridad. En consecuencia, las brigadas en esa región operarán con la mitad de soldados.
La creciente dominación económica de los países asiáticos y el Pacifico obligan a los norteamericanos a hacer una mayor presencia militar, buscando mantener su hegemonía global y moderar las ambiciones de China. La amenaza de Irán de recortar los suministros de petróleo en el Estrecho de Ormuz es otra razón para el desplazamiento de fuerzas como una muestra de la necesidad de los Estados Unidos de proteger sus intereses políticos y militares.
Por otro lado, las nuevas formas de combatir al enemigo ponen especial énfasis en el uso de sofisticadas armas que van desde naves no tripuladas (drones), ataques cibernéticos, el uso de comandos especiales (como el que dio de baja a Osama Bin Laden) y operaciones secretas contra amenazas terroristas (la muerte de científicos iraníes habría sido posible en combinación con fuerzas israelíes). Es una estrategia dirigida a objetivos específicos, muy efectiva desde el punto de vista costo-beneficio y que algunos llaman “Guerra en la Oscuridad”.
Uno de los rubros menos discutido es la reducción del armamento nuclear cuyo monto se desconoce, pero que con seguridad es una fracción de lo que se debería recortar. Es preciso recordar que los EEUU podrían por sí solos destruir al mundo con los actuales inventarios de ojivas nucleares. El principal objetivo de los norteamericanos es impedir que Irán desarrolle un programa nuclear con fines bélicos y que Corea del Norte haga lo mismo.
El Presidente Obama ha dado un paso hacia el uso racional del presupuesto militar, algo que riñe abiertamente con los postulados de sus contrincantes republicanos para quienes la maquinaria de guerra es algo inherente al alma nacional. Se olvidan que hoy día es imposible seguir haciendo el rol de Policía del Mundo. Sin duda este será uno de los temas cruciales en la próxima contienda electoral.