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En una amable conversación, mi querido amigo y hoy miembro de la Cámara de Representantes el doctor Nicolás Albeiro Echeverri, me preguntaba, ante mi postura crítica, qué me parecía bueno y rescatable de nuestra realidad cercana, y yo le contesté inmediatamente que varias cosas, que muchas veces se ven opacadas por aquellas condiciones y circunstancias que no hemos podido superar.
Hablando conjuntamente de Medellín y de Antioquia, uno de nuestros mejores logros ha sido la fundación de Empresas Públicas de Medellín con su esquema de manejo y la creación del Instituto para el Desarrollo de Antioquia –Idea- que han permitido, lentamente, aproximarnos a ciertos niveles de equidad en el territorio.
Los programas de lucha contra el hambre y la desnutrición infantil, y la obsesión para que la educación sea el pivote sobre el cual podamos apalancar nuestro desarrollo, son logros importantes que deberán a comenzar a dar sus frutos, más temprano que tarde.
Los esfuerzos realizados para intentar la planificación territorial han sido una muestra de madurez y compromiso ciudadano, ya que estos intentos se han generado de manera espontánea, desde lo local, sin el compromiso de desarrollar marcos legales que nos obliguen a ello. Por esto mismo no podemos darnos el lujo de no buscar su permanente ajuste y asegurar su continuidad.
El proceso de transformación de la vocación económica ha permitido asegurar que el agua, la hidroelectricidad, el oro, los bosques, los servicios y la necesidad de potenciar los usos intensivos de la tecnología, nos permitirán seguir apalancando nuestros esfuerzos en la búsqueda del desarrollo con equidad.
La reflexión acerca del uso y destino del suelo, es un gran avance que solo podrá ser completamente instrumentado cuando el tema de la tenencia y la posesión de las tierras quede resuelto.
La estrategia de construir un fortalecido mercado interno ha permitido que la estrategia exportadora no se quede solo en una moda o en una ilusión de corto plazo.
Las aproximaciones que desde hace algunos años se han venido dando entre el Municipio de Medellín y el Departamento de Antioquia para trabajar conjuntamente sobre asuntos de capital importancia, debe contar con el respaldo y la exigencia de todos los actores directa o indirectamente involucrados.
Los esfuerzos porque lo público, lo privado y la academia se sienten conversar, en algún momento del tiempo permitirán evidenciar su importante significado.
La fortuna que desde que se implementó la elección popular de mandatarios locales y regionales, todos los alcaldes y gobernadores que hemos tenido, sin excepción, hayan sido reconocidos en algún momento de su mandato como los mejores del país, es un motivo de orgullo y de enorme compromiso para quienes los releven.
Son muchos los avances y muchísimo más los retos que tenemos por delante.
Pero a manera de analogía, tengamos en cuenta que si las raíces son fuertes, podrán soportar el tronco y los diferentes ramales que de él se desprendan.
La responsabilidad es de todos. No nos debemos contentar con lo alcanzado.
Los logros alcanzados a la luz del mandato constitucional, no merecen aplausos, puesto que son una obligación. Mientras un solo niño muera de hambre en nuestro territorio, todo lo que hemos hecho podrá ser cuestionado y al conjunto de humanos que pretendemos configurarnos como sociedad, nos quedará grande este tipo de denominación.
Invito, como ciudadano, a que pensemos seriamente en la conveniencia de la venta de Isagen. Yo por mi parte estoy en desacuerdo.
Finalmente como arenga, y recordando a nuestro inmortal José María Córdova, digamos: “¡Soldados, armas a discreción, de frente, paso de vencedores!”
PD: Que no se nos olvide: “Lo de Yepes era gol”.