Será vital que el mantenimiento a los equipos electromecánicos sea constante y preventivo, para mantener el rigor técnico que fue definido desde los diseños.
Más de un año ha pasado desde que se abrió el soterrado de Parques del Río Medellín, y muchos mitos y acusaciones se levantaron alrededor de sus condiciones técnicas, pero sin lugar a dudas el principal caballo de batalla de los críticos fue la profecía apocalíptica de su inundación.
De las ciudades principales de Colombia, Medellín es la que mayor volumen de lluvias recibe anualmente, en promedio 1.700 mm de agua distribuidos en dos temporadas lluviosas, de marzo a junio y de septiembre a diciembre durante las cuales puede llover hasta 24 días por mes.[i]
Con su topografía particular de valle estrecho que bien podría considerarse como un cañón y más de 4.000 mil corrientes naturales a lo largo de su territorio, Medellín descarga todas sus aguas hacia el río con una velocidad considerable, apoyado además por la pendiente de sus lomas.
Este contexto fue estudiado minuciosamente en el diseño del soterrado de Parques del Río Medellín, con el objetivo de seleccionar las técnicas de construcción, la capacidad de los equipos y los protocolos de emergencias necesarios que para poder afrontar cualquier contingencia.
En primer lugar, se tuvieron en cuenta las aguas subterráneas presentes por la cercanía al río y por los acuíferos naturales de la región. Para evitar las filtraciones de estas aguas el método de construcción seleccionado fue aquel compuesto por muros pantalla y una bóveda de sub-presión inferior, los cuales funcionan como una caja hermética que minimiza las posibles filtraciones.
En segundo lugar, se tienen las aguas lluvias, aquellas que caen en el barrio Conquistadores y llegan por efecto de la gravedad al parque. Para manejar éstas se trasladó y modernizó el sistema de recolección, con el objetivo de conducirlas en un drenaje independiente antes que pudieran alcanzar el parque. También están las aguas lluvias que directamente caen sobre las rampas del soterrado y buscan llenar el túnel, las cuales se recogen en los cárcamos hasta unos tanques que separan los sedimentos y las grasas, y con la ayuda de 6 bombas son conducidas de manera controlada hasta el río.
Adicionalmente, está la quebrada La Picacha que amenazaba con su desbordamiento constante, ya que su infraestructura hidráulica era insuficiente y su descarga en el río ineficiente. Para esto entonces fue necesario modificar el canal de la quebrada, cambiando su geometría y mejorando su ángulo de descarga al río, aumentando 4 veces su capacidad.
Finalmente, un posible desbordamiento del río debía ser considerado también, por eso el parque fue construido 2.5 metros más alto del nivel normal de la vía aumentando la capacidad hidráulica del río y su cota de inundación.
Todos estos sistemas fueron puestos a prueba constantemente durante los 8 meses de construcción y más de un año de operación, con algunas de las lluvias más fuertes registradas en la historia de la ciudad. El resultado fue más que satisfactorio, dado que no se reportó ningún incidente a pesar que los demás deprimidos de la ciudad se inundaron como de costumbre.
A diferencia de los otros deprimidos de la ciudad, existe otra característica que hace el soterrado de Parques del Río particularmente seguro, su capacidad de albergar una gran cantidad de agua sin que esto suponga una amenaza para los vehículos. Esto se puede ilustrar de manera sencilla imaginando un lavamanos y una bañera, donde sus llaves son abiertas con la misma intensidad y durante la misma cantidad de tiempo, al cabo de unos minutos el lavamanos estará completamente desbordado mientras la bañera tendrá una lámina de agua muy fina.
La semana anterior ocurrió un desafortunado incidente con una tubería de agua de EPM localizada en el puente de la Avenida 33, que al sufrir una falla descargó sus aguas hacia dentro del soterrado. Esta tubería de casi un metro de diámetro estuvo vertiendo por un tiempo aproximado de 4 horas provocando que los protocolos de emergencia debieran ser activados, ya que por el exceso de sedimentos el agua alcanzó los carriles generando una lámina de 5 centímetros.
De esto se valieron algunos para generar confusión y desprestigiar el proyecto, ocultando las consecuencias que habrían podido existir en el caso que esta cantidad de agua hubiera fluido hacia el barrio, como ocurrió unos años atrás donde varias casas se vieron afectadas y más aún algunos vehículos en parqueaderos subterráneos.
Estamos entonces en la primera temporada de lluvia del año, y será vital que el mantenimiento a los equipos electromecánicos sea constante y preventivo, para mantener el rigor técnico que fue definido desde los diseños.
[i] Características climatológicas de ciudades principales y municipios turísticos; IDEAM