La ciudadanía en las urnas chamuscó el discurso polarizador y de enfrentamiento tanto petrista como del Centro Democrático
Las elecciones territoriales dejan un claro mensaje para los dirigentes de los partidos políticos, en relación con el cambio de discurso y orientación de sus acciones hacia la construcción de un país diferente.
El triunfo lo obtuvo un electorado que buscó una alternativa diferente, en personajes nuevos en la política y qué aspiraban por vez primera a ser elegidos para administrar los destinos municipales, como en el caso de Medellín, Bogotá, Bucaramanga, por ejemplo.
La ciudadanía en las urnas chamuscó el discurso polarizador y de enfrentamiento tanto petrista como del Centro Democrático, el país, fue claro con un basta a esas posiciones radicales, es hora ya de cambiar la página y seguir adelante en una nueva dimensión del país. En ambos lados de la pita democrática, no quieren entender que se les reventó por el centro, quedando en sus manos pírricas conquistas en terrenos de ciudades secundarias con baja relevancia en el concierto nacional. No es lo mismo tener alcaldías y gobernaciones de primera categoría a obtener las de municipios de sexta categoría.
Es como un campeonato de fútbol, no es lo mismo ser campeón de la Liga a ser campeón del torneo Olaya, y eso pasó con varios partidos y movimientos políticos, ganaron el torneo del Olaya.
Unos dicen que no perdieron en las grandes capitales, porque no las tenían, eso es una untada de vaselina para no sentir la carraspera. Sí se sale por un objetivo, el ideal es obtenerlo, sino no lo logra, simplemente es un perdedor, y en ese sentido hay que reconocerle al expresidente Uribe quién tuvo la gallardía de aceptar la derrota en estas elecciones territoriales, aunque muchos de sus copartidarios se niegan a aceptar la pela recibida.
En Medellín, Quintero logra un triunfo qué pocos esperaban, derrotando sin discusión a Ramos, quien trató a través de su discurso salirse de la línea de la polarización, pero, el electorado no le comió cuento. En redes sociales circula un video en donde varias personas expresan porque no votarían por él, y es claro el mensaje, no es Alfredo Ramos como persona quién genera la resistencia, es quienes tiene a su espalda respaldándolo.
En el caso de Bucaramanga, de manera abrumadora ganó Liga, este es un movimiento político denominado Líderes gobernantes anticorrupción, liderado por el polémico exalcalde Rodolfo Hernández, ellos alcanzaron la alcaldía bumanguesa, mayor votación en el Concejo y la Asamblea, en donde el electorado, a su vez castigó para estas corporaciones a los partidos tradicionales.
El reacomodo político de las coaliciones también deja un mensaje claro, el ideario político se diluyó, hace muchos años se viene dando en el país esa pérdida de identidad partidista, el hoy nos invita a reflexionar sí realmente los partidos políticos representan el pensar y sentir del elector primario y cuál es la razón de su existencia, aspectos que no han podido comprender sus dirigentes y hacer la reingeniería necesaria para reposicionarse en mundo diferente.
Desde el gobierno se trató de hacer una reforma política para volver a listas cerradas, pero en el Congreso la hundieron, he allí los resultados. El ideario que representa un partido político no debe centrarse en individualidades sino en la alineación ideológica de la colectividad.
De nada sirve tener una ley de doble militancia, si esta es “burlada” con las famosas coaliciones partidistas. ¿Cómo es posible que un partido salga a decir, que ganaron x o y alcaldía o gobernación bajo el modelo de coalición? ¿Cuántos son los votantes de cada partido de la coalición para decir que ellos son los ganadores? Esas respuestas las sabrá Mirús.
Pero sí queda claro, que los movimientos de ciudadanos representativos, quienes impulsan candidatos independientes hicieron una disrupción en la manera de hacer la política tradicional.
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