El nuevo partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común -Farc- se dividió oficial y públicamente. Es la clara lectura que se puede hacer del contundente y directo mensaje que le envió su máximo líder, Rodrigo Londoño Echeverry, alias timochenko, a Luciano Marín Arango, alias iván márquez, y a todos los disidentes que no han querido acogerse o continuar ligados al proceso de paz que el entonces grupo guerrillero firmó con el Gobierno colombiano.

En una extensa carta dirigida también a toda la plana directiva del partido, alias timochenko no sólo le reprochó alias iván márquez el haber asegurado que fue un error haber dejado las armas, sino que tácitamente lo hizo responsable de la situación de alias santrich, “por su extraña y peligrosa relación con su sobrino Marlon Marín”, situación que dijo no sólo enredó al excomandante requerido en extradición por la justicia Estados Unidos, sino que también “terminó por enlodar nuestro trabajo político”.

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Duro señalamiento que prácticamente deja a alias iván márquez frente al único camino de continuar en la clandestinidad, el mismo que eligió cuando decidió salir del Etcr -Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación- y no posesionarse como senador, luego de que alias santrich fuera detenido por la Fiscalía en abril de 2018 en desarrollo del proceso que lo vincula a un tema de narcotráfico que aún está por resolver y por el cual sigue detenido.

Desde ese día alias iván márquez resolvió abandonar el proceso y aunque ha sido requerido varias veces por la JEP, nunca ha comparecido, acto que le da validez al señalamiento de alias timochenko, cuando le advierte de su “extraña y peligrosa relación con su sobrino”.

Al inicio de la carta, alias timochenko recuerda que “finalizada la Décima Conferencia, en Brisas del Diamante, sabanas del Yarí, el 23 de septiembre de 2016, Iván Márquez leyó ante innumerables medios de comunicación, nacionales e internacionales, la Declaración Política aprobada en forma unánime en el evento”.

Compromiso que dijo, “luego de una muy juiciosa discusión sobre los Acuerdos de La Habana, celebrado entre las Farc-EP y el Gobierno de Colombia, para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera, la Conferencia, nuestra máxima instancia de decisión, ha determinado aprobarlo en su totalidad e instruir a todas las estructuras de bloques y de frentes, a nuestros mandos, guerrillerada, milicianos y a toda nuestra militancia fariana, que este sea acogido y respetado. Hemos refrendado así nuestro compromiso irrestricto con el cumplimiento de todo lo que se ha convenido”.

Por eso reprochó la reciente declaración de alias iván márquez en la que “en nombre de los comandantes del antiguo Estado Mayor Central de las Farc, y comandantes de frente y columnas”, invitó a todos los exguerrilleros concentrados en los Etcr a levantar la voz contra el Gobierno asegurando que “fue un grave error haber entregado las armas..y una ingenuidad haber desatendido las advertencias de Manuel Marulanda en el sentido de que las armas eran la única garantía de cumplimiento de los Acuerdos”.

Difícil camino

“Siempre dijimos que las más trascendentales decisiones en torno a nuestra línea estratégica debían tener un origen democrático. Si acertábamos o si errábamos, la decisión era de todos, y todos en conjunto debíamos asumirla”, le recordó alias timochenko asegurando que aunque “un pequeño grupo de antiguos mandos de la organización afirme ahora que fue una equivocación cumplir nuestra palabra, sólo significa que ellos, individualmente, se apartan de las grandes decisiones adoptadas por el colectivo”. Es decir, le dijo que es su decisión personal, y no de Farc.

Pero alias timochenko fue incluso más allá. En una muestra de sensatez reconoció que “la lucha de clases no desaparece, a lo sumo cambia. Los acuerdos de La Habana no pusieron fin, ni podían poner fin al conflicto económico, social y político que padece el país. Colombia no iba a cambiar de un día para otro con la firma del Acuerdo, aunque muchas cosas nuevas comenzarán a surgir. Pero podía encaminarse si se apoyaba el cumplimiento de lo acordado, si se conseguía que cada vez más y más colombianos se sumaran a la lucha por su implementación efectiva”.

Insistió alias timochenko que cumplida la dejación de las armas no se trataba de sentarse a lamentar con nostalgia los días de guerra, sino de ponerse en movimiento general para dar a conocer a todos los colombianos el sentido y los alcances del Acuerdo. “Nuestro partido nació con el propósito de tener lazos y puentes con todos los sectores de la vida nacional, a fin de ganar simpatías y solidaridad para la creación de un nuevo país. Los planes de combate y el enfrentamiento quedaron atrás para siempre. Nuestra tarea sería sumar y multiplicar, nunca restar y dividir”.

Y en ese sentido manifestó que ellos sabían que ese camino “no era fácil, debería saberlo cualquiera que se llame revolucionario…sin el apoyo de la gente, de las masas, de la inmensa mayoría de la población, cualquier cambio en bien del país es imposible”.

Alias timochenko también aseguro que “a nuestro partido lo anima la certeza de que la implementación de lo acordado en La Habana, nos va a permitir reconciliarnos y sacar a Colombia de los senderos de la guerra fratricida. Nuestra gran tarea consiste en arrinconar los sectores que quieren volver atrás la rueda de la historia. Hoy por hoy estamos convencidos de que no vamos a lograrlo empuñando un arma, sino valiéndonos del poder de la palabra, tal como nos comprometimos en la ciudad de Cartagena. La fuerza de nuestra argumentación debe ser capaz de sensibilizar a la mayoría de colombianos. Ese es nuestro verdadero reto”.

Y afirmó que “nada debe hacernos cambiar nuestra decisión, porque nació tras una guerra de 53 años, y porque fue el sufrimiento personal, y sobre todo del pueblo colombiano, el que tras una heroica resistencia consiguió tejer el Acuerdo de Paz”.

Autocrítica

Estimó el líder del partido Farc que si alias iván márquez invita a la autocrítica por lo que considera un error haber dejado las armas, “creo que la primera autocrítica debía emanar de su parte por haber abandonado la responsabilidad que le otorgó nuestro partido. Desafortunadamente iván no percibió la dimensión del puesto que nuestra larga lucha lo llevó a ocupar. Se fue, sin ningún tipo de explicación, y se negó a ocupar su curul en el Senado, dejando acéfala nuestra representación parlamentaria en el momento que más requería su presencia”. En otras palabras, lo acusó de traición.

“Es cierto que nuestro partido y los Acuerdos de Paz pasan por momentos difíciles”, reconoció alias timochenko, pero aseguró que “con la presencia parlamentaria de iván márquez es probable que esa situación fuera menos dura. Como lo hubiera sido, de no existir esa extraña y peligrosa relación con su sobrino Marlon Marín, relación que terminó por enredar a Santrich y enlodar nuestro trabajo político. Aquí cabría también una sincera autocrítica de iván”.

Y no dejó dudas de su firme postura y compromiso con lo pactado al señalar que “no podemos echar a perder lo ganado hasta hoy, por compleja que pueda ser la tarea que nos resta. La meta para nuestro partido es la paz con justicia social y democracia para Colombia y en eso es que estamos absolutamente comprometidos”.

Por eso al final alias timochenko expresó que “actitudes y comportamientos como los adoptados por iván márquez y quienes lo siguen, apuntan a pisotear eso que para los revolucionarios, incluso para cualquier ser humano que tenga un elevado sentido de su integridad, es algo sagrado. La autoridad moral del partido. En esas condiciones, con hondo pesar, debo reconocer la necesidad de marcar distancias con ellos”. Una clara manera de decirle a alias Iván Márquez, a alias el paisa y a alias romaña, así como a todos los disidentes activos, que hoy su accionar y su ideología no hacen parte del partido político que sigue en la lucha, pero con ideas.