La mujer de las rosas: un canto al espíritu

Autor: Andrés Felipe Gallego Patiño
22 octubre de 2017 - 12:00 AM

La adaptación de Alguien desordena estas rosas, cuento de Gabriel García Márquez que Farley Velásquez y Héctor Lorza llevaron al teatro hace 20 años, se presenta actualmente en el teatro La Hora 25. Una obra bajo la dirección perenne de Farley Velásquez.

Medellín, Colombia

La implacable laboriosidad del tiempo, esa a la que Gabriel García Márquez aludió en su cuento Alguien desordena estas rosas, no ha hecho mella  en en el trabajo de  La Hora 25, corporación que actualmente presenta su obra La mujer de las rosas con el mismo entusiasmo de 20 años atrás, cuando Farley Velasquez y Hector Lorza llevaron por primera vez al teatro el relato del escritor de Aracataca, donde el amor trasciende el duelo

Carola Martínez, Gustavo Montoya y Alejandro Vásquez, integrantes de La Hora 25, hablaron con EL MUNDO mientras preparaban el escenario en el que de jueves a sábado, hasta el 28 de octubre, presentan en su sede del barrio Cristóbal (La América) una obra que relata las vivencias de un amor porfiado que pese a las circunstancias se niega a morir.

Entre follajes,  hojas secas, margaritas, astromelias, rosas y solidagos Carola relató la experiencia vivida en Bremen (Alemania). “Hace un mes presentamos la obra allá y apelamos a la memoria emotiva ante la dificultad de encontrar flores naturales; en Alemania el escenario era diferente, el decorado tiene otra textura y hasta el color y las luces del escenario cambian, pero sigue siendo un escenario muy rico y lleno de elementos que de entrada sorprenden al espectador”, recalcó.

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Martínez definió la obra como un canto al espíritu de los espectadores. “Hay obras que cuentan con diálogos y los espectadores le otorgan muchos significados de lo que ven o interpretan en los textos frente a las intenciones, pero en esta obra, que es un poema audiovisual porque no tiene texto, son mucho más fuertes estas interpretaciones y es ahí cuando hablamos de teatro, porque ninguna máquina, ningún computador o alguna cuestion tecnológica o digital reemplazará el diálogo íntimo que tiene el teatro, porque el teatro nada más existe cuando empieza la función y ustedes nos están viendo. En este momento, aunque estemos en el escenario, no hay teatro, no hay obra, estamos en un decorado pero no existe obra porque el teatro es presente, es aquí y ahora y existe en ese diálogo donde el espectador no llega pensando en los problemas que tiene sino únicamente en la obra que es presente”, señaló la actriz. 

Gustavo Montoya complementó al referirse a la obra como “muy dadivosa desde la puesta en escena y la parte actoral porque es un texto, un cuento corto de un gran autor colombiano al que Farley y Héctor Lorza le apostaron para hacer una adaptación casi sin texto, es una obra que cautiva el interés  del seguidor de García Márquez para ver cómo se lleva su cuento a escena sin tener texto y al mismo tiempo es una obra que hasta el más inocente entiende. Es una obra llena de colorido, además de las flores y las luces hay una banda sonora que tiende piso a la obra y el asistente no sólo la va a apreciar y entender sino que va a encontrar una forma de entenderse él”. 

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Entenderse, además, desde las dimensiones espirituales del amor y el duelo, a través de un diálogo íntimo en el que se aborda la trascendencia del amor: “Un amor que trasciende todas las leyes físicas, todas las dimensiones y nos permite también tener un diálogo con otros seres, seres como los que cuenta la obra, seres que nos permitimos crear en esta caja negra, porque lo maravilloso del teatro es que llegas a tu caja negra, montas tu escenario y viajas a otros lugares, otras dimensiones y con esta obra es más evidente porque Hora 25 lanza una mirada a un mundo que ya imaginó Gabriel García Márquez en su realismo mágico”, apuntó Alejandro Vásquez mientras disponía el decorado para el escenario, ese que Farley Velásquez le enseñó a consentir antes de cada obra para que éste, en escena, devuelva la energía antes brindada.  

Carola concluyó refiriéndose a La mujer de las rosas como una obra para agradecer. “Un amigo, un maestro muy cercano nos enseñó que la gratitud es la memoria del corazón;  entonces todos los días le agradecemos a Farley por permitirnos este espacio para dialogar con los espectadores y para que cada noche ellos puedan disfrutarlo. Acá el duelo se vuelve un ¡hey gracias! sabemos que están aquí, No solamente Farley sino los compañeros de Hora 25 que han hecho posible que este escenario esté creando”.

Y creando continúa La Hora 25, donde cada jueves, hasta que concluya la temporada, estarán Carola, Gustavo y Alejandro consintiendo el escenario, preparando su plató para dialogar con un público que llega a su sede para que el tiempo laborioso no afecte el presente que se vive con teatro.

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