La investigación es uno de los elementos que cada vez cobra mayor relevancia dentro del mundo universitario, no es gratuito que los rankings de educación superior le otorguen a las apuestas investigativas y de producción de conocimiento, altos niveles de calificación al momento de ponderar las características que destacan a unas instituciones sobre otras.

Félix Humberto Londoño, director de Investigación de la Universidad Eafit, planteó que quien se esté decidiendo por una institución para acceder a la educación superior debe tener claro que “las universidades vienen haciendo una transición que ya se hizo en el mundo y que en Colombia es más nueva: pasar de universidades de docencia que transmiten conocimiento a universidades de docencia con investigación en las que además se produce conocimiento, el cual puede ser apropiado en beneficio de la sociedad”.

En consonancia, María Patricia Arbeláez, vicerrectora de investigación de la Universidad de Antioquia apuntó que “Formarse con habilidades investigativas es dejar a un lado una actitud pasiva en la que sólo se recibe para memorizar y se pasa a participar en procesos colectivos que ayudan a resolver problemas sociales, a tener una mayor asimilación de la ciencia y además genera una mayor posibilidad de alternativas laborales”.

Londoño afirmó que tener grupos de investigación, semilleros, actividades y un entorno investigativo le agrega valor al proceso de formación, porque no es lo mismo un profesional que solamente pasa por aulas de clase en programas tradicionales de educación a aquellos que participan en los espacios conocidos como investigación formativa.

Nubia Amparo Palacio, vicerrectora de investigaciones de la Universidad de Medellín, manifestó que quien aspire a la educación superior debe entender la investigación como un elemento importante “porque además de la formación integral que recibe el estudiante en un área del conocimiento, desarrollar competencias investigativas trae consigo creatividad, innovación, sentido crítico, capacidad de resolver problemas y la capacidad de ser propositivo”.

Con la investigación “se cualifica el perfil de los estudiantes, por eso antes de ingresar a la educación superior se debe indagar sobre las líneas de investigación que trabaja la universidad a la que se aspira. Ya estando en esta se debe buscar la posibilidad de ser auxiliar en investigaciones porque eso va apalancando al estudiante para seguir con sus estudios posteriormente en maestría o doctorado”, agregó Palacio.

Lea también: Abierta la convocatoria para becas a bachilleres de Antioquia

María Patricia Arbeláez manifestó que la apuesta por la investigación es la búsqueda de la excelencia en el proceso formativo, porque una universidad que se preocupa por investigar mantiene actualizados a sus profesores,  los cuales se convierten en docentes que generan procesos de formación más integrales.

Por su parte, Nelson Alberto Rúa Ceballos, director de investigaciones de la Fundación Universitaria María Cano, planteó que los jóvenes que están por acceder a la educación superior “podrán encontrar en la investigación la posibilidad real para transformar el país. Colombia requiere investigadores capaces de identificar problemas y plantear soluciones sostenibles e incluyentes y esa capacidad de investigar para transformar la realidad se desarrolla desde su proceso de formación en los programas de pregrado. Una universidad que no esté ‘en sintonía’ con las problemáticas contemporáneas, donde sus currículos no atiendan las actividades formativas en investigación y donde no haya grupos de investigación consolidados y reconocidos por la comunidad, que planteen permanente y sosteniblemente investigación en todos los ámbitos de la ciencia, nada tendrá para ofrecer”.

Félix Humberto Londoño y María Patricia Arbeláez coincidieron al afirmar que es necesario un mayor nivel de integración educativa, donde se trabaje desde el colegio en espacios de iniciación investigativa que permitan a los ciudadanos familiarizarse desde temprana edad con temas de ciencia “así como un músico o un deportista inicia su preparación desde joven, si queremos ser buenos en investigación necesitamos fomentar ese espíritu por la curiosidad desde la infancia. Así se contribuye a la desmitificación de la ciencia y la producción intelectual como una actividad reservada para unos pocos”, precisó Londoño.