Fatou Bensouda, fiscal de la Corte Penal Internacional y partidaria de los acuerdos del Gobierno Nacional con las Farc, visita a Colombia desde el pasado lunes con el propósito de analizar el proceso de construcción de la justicia transicional y revisar riesgos de impunidad, por protección de los responsables o falta de investigación, de crímenes de guerra. Esta presencia representativa del acuerdo de la comunidad mundial por la protección de los derechos humanos y la justicia a quienes los violaron da un paso en la dirección a la paz por el camino emprendido por el Papa Francisco, que en Cartagena recomendó: “Debemos estar preparados, y sólidamente asentados en principios de justicia que en nada disminuyen la caridad. No es posible convivir en paz sin hacer nada con aquello que corrompe la vida y atenta contra ella”.

Lea sobre la visita de la fiscal Bensouda

Se ha informado que un tema esencial en esta visita de Bensouda es el de la responsabilidad de la cadena de mando en los crímenes de guerra. Con tal prioridad, la fiscal recoge una preocupación reiterada en distintos ámbitos por José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, quien lamentó que en el texto del acto legislativo que crea la Justicia especial para la Paz quedaran “dos frases ambiguas que podrían dar margen para interpretaciones que permitan que altos mandos militares de la Fuerza Pública colombiana y las Farc eludan cualquier tipo de rendición de cuentas por atrocidades cometidas bajo su control”. Aquí, pues, no existe, como algunos medios tendenciosamente muestran, una preocupación unidireccional porque militares que deshonraron su uniforme y juramento puedan eludir la justicia; al contrario, su inquietud es también porque los mandos de las Farc, que no obtienen amnistía automática, sean liberados de responder por crímenes de los que fueron determinadores y responsables, en tanto su comisión era la estrategia de las Farc contra el pueblo colombiano.

Esos medios que alardean con una persecución de la justicia internacional a mandos militares colombianos informan tangencialmente, como si se tratara de asuntos de menor importancia y no de los graves hechos que involucran, de otras muy importantes preocupaciones de la fiscal Bensouda por el notorio riesgo de impunidad en crímenes de guerra: el reclutamiento forzado de menores de edad, crimen que las Farc perpetraron y que siguen cometiendo al no liberar a las víctimas; el desplazamiento forzado, también perpetrado por ese grupo, y la violencia sexual, que compromete a miembros del Ejército y que en las Farc fue, como los crímenes de guerra, política orientada desde el Secretariado y los mandos medios.

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Ante el grande reto que se le presenta, tenemos la confianza de que la fiscal Bensouda busque máxima objetividad realizando un amplio ejercicio de interlocución con dignatarios del Estado, pero también con personeros de las víctimas, que han alertado por el altísimo riesgo de impunidad, o sea por la enorme posibilidad de que se cometa una nueva injusticia contra ellos.