Hidroituango requiere de evaluaciones objetivas, hechas por verdaderos expertos en la práctica de la ingeniería en este tipo de obras.
En el Periódico El Tiempo (edición 10/02/19), Modesto Portilla, profesor de Geociencias de la Unal-Sede Bogotá afirmó: “…todo el peso del vertedero, que ahora empezó a funcionar, va a aumentar la presión sobre el proyecto…”. Es la primera vez que oigo decir que el flujo del agua sobre una losa de concreto reforzado, anclada sobre un macizo rocoso con adecuada resistencia, puede llegar a hacer fallar el macizo rocoso que soporta la estructura. Si así fuera, nunca en el mundo se podrían haber construido ni vertederos ni canales.
En su informe Hidroituango: ¿Qué pasó, por qué pasó, ¿qué está pasando y qué podría pasar? , publicado el año pasado, Portilla asegura que la construcción de obras subterráneas debilita los macizos rocosos. Este geólogo parece desconocer que la ingeniería de túneles dispone de las herramientas técnicas para ejecutar excavaciones subterráneas seguras. Si lo que dice el profesor Portilla fuera cierto, no se podría haber hecho ningún túnel en mundo.
Por otro aspecto, el profesor retoma lo que el ex viceministro de las TIC había dicho antes, en el sentido que la palizada que flotaba en el embalse fue la causa del colapso de la Galería Auxiliar de Desviación (GAD). Ambos personajes desconocen que hubo un deslizamiento en la ladera por encima del portal de entrada de la GAD que taponó la entrada del río por la galería de desviación, lo que provocó un embalsamiento no deseado del río Cauca. Al romperse el tapón por la presión hidrostática, la GAD empezó a trabajar a presión, para lo cual no estaba diseñado ni el soporte ni el revestimiento de la GAD: esto fue, en mi concepto, la causa principal del colapso de la GAD y lo que obligó a EPM a desviar el río Cauca por la casa de máquinas.
En conclusión, las afectaciones al macizo rocoso donde se alojan las obras subterráneas de Hidroituango, hasta ahora detectados por métodos indirectos ya que nadie ha podido acceder a los espacios subterráneos para hacer evaluaciones directas, no fueron causados por incompetencia geotécnica del macizo rocoso ni muchos menos por los procesos constructivos utilizados, lo fueron por la obligada desviación del río Cauca por los túneles de conducción y por los pozos de presión, función para lo cual no estaban ni diseñados ni construidos. Eso lo tenemos claro los ingenieros, que aunque no justificamos los errores precedentes, entendemos que lo que hizo EPM desviando el río Cauca por la casa de máquinas así como el reciente cierre de la compuerta 1 eran las únicas acciones posibles para evitar una catástrofe de consecuencias casi apocalípticas. Que estas decisiones hayan producido y sigan produciendo afectaciones a los ecosistemas y a las comunidades localizadas aguas de la presa, era, desafortunadamente, la única solución para evitar víctimas humanas, primer compromiso ético de nuestro actuar como humanos e ingenieros.
Es que como lo escribí en una columna del año pasado publicada en el periódico El Mundo: Hidroituango requiere de evaluaciones objetivas, hechas por verdaderos expertos en la práctica de la ingeniería en este tipo de obras.