El régimen chavista que lidera Nicolás Maduro apuesta por sus últimas cartas para tratar de diezmar la creciente fuerza de la oposición, que cada vez suma más apoyo en busca de un cambio que permita superar la aguda crisis social, política y económica que vive Venezuela.

Así ve la comunidad internacional la arbitraria detención de Roberto Marrero, uno de los opositores más cercanos al presidente interino Juan Guaidó, quien fue retenido por un convoy del Sebin (Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional) que esta madrugada lo sacó de su casa en Caracas y se lo llevó sin que hasta esta hora se conozca su paradero, al tiempo que allanaban la residencia de otro diputado.

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Hacia las dos de la madrugada, hombres del Sebin que llevaban los rostros cubiertos con pasamontañas y armas largas irrumpieron en las residencias de Roberto Marrero, jefe del despacho del mandatario encargado de Venezuela, Juan Guaidó, y del diputado Sergio Vergara.

“En este momento están en mi casa, el Sebin está aquí, lamentablemente llegaron a mí. Sigan en la lucha. Cuiden al presidente”, se le escuchó a Marrero en una grabación telefónica, en la que también advirtió que “me metieron dos fusiles y una granada (en la casa)”.

“Como no pueden llevarse preso al presidente encargado, buscan a los más cercanos. No nos van a sacar del camino que hemos trazado para el pueblo de Venezuela”, dijo Guaidó al calificar este hecho como un “secuestro”.

Acciones que ponen la tensión al límite, no sólo en el territorio venezolano, sino internacionalmente. En un comunicado, los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú, integrantes del Grupo de Lima, rechazaron y condenaron enérgicamente estos hechos.

“El Grupo de Lima demanda al régimen ilegítimo y dictatorial de Nicolás Maduro la inmediata liberación del señor Marrero y el pleno respeto del fuero parlamentario del diputado Vergara y hace un llamado a los organismos internacionales de derechos humanos a que ejerzan con decisión y de inmediato sus competencias respecto del Estado venezolano”, reza el comunicado.

“Hacemos responsable al régimen de Maduro de la seguridad e integridad personal de los señores Roberto Marrero y diputado Sergio Vergara. Exigimos el cese del hostigamiento a los demócratas venezolanos y de las prácticas sistemáticas de la detención arbitraria y de la tortura en Venezuela”, cierra el mensaje.

Además, países como Estados Unidos y Panamá se pronunciaron exigiendo la liberación de Carrero, “o habrá consecuencias”, le advirtieron a Maduro.

Por su parte, desde Washington el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, llamó a la comunidad internacional para que se actúe ante la “guerra sucia” que el régimen de Maduro le ha declarado al pueblo venezolano.

Mayor bloqueo

Antes de ese operativo para retener a Marrero, mano derecha de Guaidó, el régimen venezolano también había ordenado reforzar el bloqueo en el puente internacional Tienditas, en límites con Colombia.

En esa vía, por la cual se pretendía pasar la ayuda humanitaria el pasado 23 de febrero, se colocaron nuevos obstáculos, contenedores y camiones cisterna cargados con piedras y escombros se unieron en forma de zigzag, con el riesgo de que el sobrepeso provoque un colapso de esa estructura vial que aún no ha sido estrenada.

Y en uno de esos contenedores se puede leer un escrito: “Queremos paz”, mientras los militares venezolanos hacen permanente guardia en el lugar que comunica a la venezolana ciudad de Ureña con Cúcuta.

Respuestas desesperadas

Como acciones “desesperadas”, así califica la comunidad internacional las decisiones de Maduro, en “respuesta” a los últimos pronunciamientos y medidas que parecen acorralar al régimen chavista.

Para empezar, las preocupaciones expresadas por la expresidenta de Chile Michelle Bachelet, hoy Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en torno a “la crisis que vive Venezuela en materia de derechos humanos y la reducción del espacio democrático”; a lo que se suma la declaración conjunta de los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, y de Brasil, Jair Bolsonaro, quienes luego de un encuentro oficial este miércoles, en el que Venezuela era el tema central de la agenda, manifestaron que “todas las opciones están sobre la mesa”, lo que fue calificado por Caracas como una declaración “peligrosa, una amenaza para la paz y la seguridad internacional”. Además de que el presidente estadounidense anunció nuevas sanciones económicas.

En su discurso pronunciado este miércoles en Ginebra ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Bachelet denunció que, en la visita de una comisión técnica de su oficina a Venezuela, se ha podido constatar el “uso excesivo de la fuerza, asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas y malos tratos en condiciones de detención, amenaza e intimidación”, además de otras “violaciones y abusos contra los derechos humanos, perpetrados por las fuerzas de seguridad y los colectivos armados progubernamentales”, así como también se investigan más 242 denuncias de posibles ejecuciones extrajudiciales.

Al referirse a las sanciones internacionales, Bachelet aceptó que “aunque esta crisis económica y social, generalizada y devastadora, comenzó antes de la imposición de las primeras sanciones económicas en 2017, me preocupa que las recientes sanciones a las transferencias financieras relacionadas con la venta de petróleo venezolano en los Estados Unidos puedan contribuir a agravar la crisis económica”.

Cadena perpetua para Radovan Karadzic

Una corte de apelaciones del Tribunal Penal Internacional de la ONU para la ex Yugoslavia condenó a cadena perpetua al antiguo líder político serbobosnio  Radovan Karadzic, al ser encontrado culpable de genocidio y crímenes contra la humanidad en el conflicto de Bosnia.

Karadzic había apelado la condena de 40 años a la que había sido sentenciado en 2016, tras ser encontrado culpable por esos hechos, pero un panel de cinco jueces del Mecanismo para los Tribunales Penales Internacionales revisó la decisión, tras la presentación de un recurso, y por mayoría de tres votos contra dos, elevó este miércoles la condena a cadena perpetua, la mayor posible en los tribunales internacionales de La Haya.

Los jueces confirmaron el cargo de genocidio por la masacre de julio de 1995 de más de 7.000 hombres y niños musulmanes en Srebrenica, señalando una orden que Karadzic había firmado cuatro meses antes y en la que exigía que las condiciones para la gente de la ciudad se hicieran “insoportables, sin esperanza de sobrevivir”.

Karadzic, de 73 años, escuchó el veredicto en la sala. El antiguo líder serbobosnio  ha estado recluido en La Haya desde su captura en Belgrado en 2008, y su apelación es uno de los últimos casos sobre la guerra de Bosnia que se celebran en La Haya, a la espera de la sentencia en segunda instancia al exgeneral serbobosnio Ratko Mladic.

Karadzic fue el presidente de la República Srpska, uno de los dos territorios autónomos en que se dividió Bosnia tras el fin de la guerra (1992-1995). Durante ese conflicto, murieron más de 100.000 personas y dos millones se quedaron sin hogar.

Los fiscales argumentaron que Karadzic y el comandante del ejército serbio de Bosnia, Ratko Mladic, querían eliminar a los musulmanes y croatas del territorio controlado por los serbios.

Mladic, de 76 años, conocido como el “Carnicero de Bosnia”, ha apelado una sentencia de cadena perpetua por cargos similares. El expresidente serbio Slobodan Milosevic murió en 2016 mientras se celebraba su juicio en La Haya.