El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
En un acto solemne en el Capitolio Nacional, el Comité de los Derechos Humanos del Ecuador exaltó a la senadora colombiana Sofía Gaviria Correa como “Canciller de Paz Mundial”.Además, la fundación mexicana Find, ganadora del Premio Nacional de Derechos Humanos de México y postulada al Premio Nobel de Paz 2018, le hizo entrega del título de “Embajadora de la Paz”.Estos galardones le fueron otorgadosteniendo en cuenta su tarea en la fundación y conducción de la Federación Colombiana de Víctimas de las Farc, la mayor asociación de víctimas del terrorismo del mundo; sus denuncias y gestiones contra las muertes por desnutrición en Colombia; su labor humanitaria de prevención del cáncer; sus brigadas de salud en las regiones más pobres de Colombia y su defensa de las minorías, como presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.Se destacó, además, su ejercicio cívico de años contra el abuso sexual infantil y la drogadicción, su trabajo por la responsabilidad social empresarial y su labor humanitaria en el posconflicto de países como Ruanda, Burundi y la antigua Yugoslavia.Lea también:Alcaldía reconoció a mujeres conMedalla al Mérito Femenino 2018La congresista liberal recibió con entusiasmo estos reconocimientos y los dedicó a las víctimas en todo el mundo: “Recibo con especial gratitud y compromiso estas dos condecoraciones. Todos los ciudadanos de bien del mundo tenemos que hacer un esfuerzo y, unidos, hacer de Latinoamérica un espacio donde se respeten los derechos humanos, especialmente, los derechos de las víctimas”.“Las violaciones a los derechos humanos no conocen fronteras. Por eso, entiendo este mandato, como canciller y como embajadora, para contribuir a la visibilización del drama no sólo de las víctimas de Colombia, sino de tantas naciones que han sufrido el horror del terrorismo”, concluyó la parlamentaria.
¿Dulcecito o dulcesito?La construcción de estos diminutivos causa muchas dudas, aunque la norma es de las más sencillas del sistema ortográfico del castellano/español. Miren: el elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo (¿recuerdan?: prefijos, interfijos y sufijos). Este sufijo que usamos para formar diminutos se escribe con ce: “-ito” se convierte en “-ecito”, “-ececito” o “-cito”.Pero si la base, es decir, aquella parte de la palabra que no cambia, tiene la consonante ese, lo que hacemos es agregar el sufijo “-ito”: oso se convierte en osito, casa en casita, cosa en cosita, porque la otra opción, incorrecta por supuesta, sería, por ejemplo, “cascita”, y no, no funciona así.Lea también: ¿Ultimadamente o últimamente?Ahora, piensen en esto: ¿cómo formarían el diminutivo de clase? Pronuncien el diminutivo. ¿Ya? Notaron que la palabra no sufre ningún cambio y que se le agrega “-cita”. ¿Qué queda?: clasecita. Es muy diferente al caso de osito, que la forman “os” más “-ito”, mientras que a clasecita la forman “clase” más “cita”.De esas que casi nunca usamosFlamear. No es tan tan rara porque usamos palabras como flama o inflamable. Este verbo viene de la palabra latina flamma, que significa “llama”, por eso tenemos la ya citada flama (que puede significar “llama” o “reflejo que la llama produce”), y también por eso inflamable es aquello que se enciende con facilidad y causa, por lo tanto, llamas. ¿Pero qué es flamear? Pues puede ser “echarle” llamas a un alimento usando licor. Puede ser, también, “echarle” fuego a un animal muerto para acabar de quitarle las plumas o los pelos, según sea la especie. O quemar la superficie, por ejemplo, de un recipiente para esterilizarlo.Pero también tiene un significado sin fuego: “Dicho de una bandera: Ondear movida por el viento, sin llegar a desplegarse enteramente” (imagínense una bandera colgada en un barco).
Para aludir a los años que van desde 2020 hasta 2029, lo adecuado es usar formas como: los años veinte; los veinte; pero NO: los años veintes; los veintes; los 20’s; la década de los 20’s; etc.Usos correctos: ¿Qué nos depararán los años 20? Después de los veinte, tendrás más responsabilidades.El Diccionario panhispánico de dudas precisa que cada una de las décadas se representa con el numeral en singular, escrito en letras, ejemplos: los años treinta; la década de los sesenta; los noventa...Lea también: La RAE conceptúa sobre vocabulario de salud mentalTambién se pueden expresar las décadas con cifras: los 70, los 50, los 20... En ese caso no es adecuado incluir apóstrofo ni la letra ese (no: 30s, 80’s, etc.), fórmulas importadas del inglés y ajenas al español. Es el contexto el que aclara a qué siglo corresponde la década que se cita; es claro que al escribir: ¿qué nos depararán los años veinte?, nos estamos refiriendo a los años veinte de este siglo; pero, cuando pueda existir riesgo de ambigüedad, es posible añadir explícitamente a qué centuria se está aludiendo.No hay una denominación establecida para la primera década de un siglo, por lo tanto es aconsejable utilizar expresiones como: la primera década del siglo XX; la década de 1901 a 1910; la década de 1900 para referirse a los años entre 1900 y 1909, pues entre 1900 y 1910 hay once años.Para aludir a los años que van del 10 al 19 de cada siglo es adecuada la expresión: los años diez, aunque tiene poco uso. Es también correcta esta forma: la segunda década del siglo; pero, en sentido estricto, se dice: esta década va desde el año 11 al 20 de cada centuria.Cuando se cita el año 2000 y los sucesivos, es válido, tanto emplear el artículo delante como prescindir de él: del 2020; de 2020.El Diccionario panhispánico de dudas indica que hay que tener en cuenta lo siguiente:a) Desde el año 1 (y los anteriores a Cristo) hasta el año 1100:Es más frecuente el empleo del artículo el y la forma contraída de la preposición y el artículo: del, ejemplos: Los árabes llegaron a España en el 711. El 14 de marzo del 413 a. C. hubo un terremoto en Asia Menor.b) Desde el año 1100 hasta el año 1999:La omisión del artículo que evita la cacofonía: “del-mil”, es mayoritaria: 27 de febrero de 1995. En 1783.c) A partir del año 2000:Usar de nuevo el artículo EL, y la contracción DEL, en la escritura de los años: se esperaba con zozobra la llegada del 2020. Las conclusiones se harán públicas el 18 de enero del 2021. También es forma válida prescindir del artículo: El precio de la vivienda crecerá en 2021.d) En cuanto a cómo nombrar los siglos:Se escriben utilizando números romanos en mayúscula. El uso de cifras arábigas: siglo 20, y el uso de la expresión del número en letras: siglo veinte, son consideradas incorrectas.Tienen valor las formas ordinales: siglo I, o: ‘siglo primero’. Pero, a partir de 10, se leen como cardinales: siglo XII, siglo XXI, etc.El término siglo alude a un periodo de 100 años, cualquiera, pero se refiriere al que va desde un año ya acabado, en los dígitos 01 hasta el año siguiente acabado, en los dígitos 00. Así, el siglo XVII va de 1601 a 1700; el siglo XX acaba en 2000.e) La historia*Se llama siglo de oro, en minúscula, a cualquier tiempo en el que las letras, las artes, la política, etc., han tenido esplendor. Pero es Siglo de Oro, con mayúscula, el apogeo cultural español de los siglos XVI y XVII.*Antiguamente se daban nombres descriptivos a los siglos, más como referencia y orientación general, que como nombres formales. De ellos, solo está realmente reconocido: Siglo de las Luces, que funciona ya como denominación de periodo histórico.Le puede interesar: Fundeu y el lenguaje inclusivoEstos, apenas tienen uso en la actualidad:I, siglo de la Redención; II siglo de los santos; III siglo de los mártires y de los ermitaños; IV siglo de los padres de la Iglesia; VI siglo de la jurisprudencia; VII siglo del mahometanismo; VIII siglo de los sarracenos; IX siglo de los normandos; XI siglo de las cruzadas; XII siglo de las órdenes religiosas; XV siglo de las innovaciones; XVI siglo de las bellas letras; XVIII Siglo de las Luces, siglo del despertamiento (o emancipación) de los pueblos...
Recordemos lo leído y lo aprendido:1. El creacionismo: La luz, el agua, el firmamento, la tierra, el hombre no son nada antes de la PALABRA del Dios-Creador. Él habla, pronuncia la PALABRA: “Hágase”, y van surgiendo una tras otra las realidades. Él va nombrando, y al eco de su PALABRA todas las cosas se van ubicando en el universo.2. Adán: La historia bíblica cuenta que a todos los seres vivos y las cosas, el Dios-Creador las puso a disposición de Adán para que les diera nombre. Y Adán empezó a balbucir su PALABRA: al ir dando un nombre, todas las cosas empiezan a existir realmente, individualmente.3. San Juan: Su nunca bien estudiado y entendido Evangelio, empieza con estremecedoras expresiones para dar cuenta de la divinidad y poder de la PALABRA. Dice: “En el principio era el Verbo; y el Verbo era Dios”. Dios es en sí mismo la PALABRA, el Verbo.4. La historia de la humanidad: Nosotros estuvimos antes en la PALABRA. Fueron las amorosas palabras de nuestros padres las que nos pusieron en el camino de la existencia. La PALABRA hecha acción, da cuenta de nuestro aparecer biológico en la historia.5. La biblioteca: entrar a ella es ir en busca de la PALABRA mágica que nos lleva directamente al encuentro con la historia del mundo. En esto reside el poder convocatorio de las bibliotecas.6. La ética: será una realidad cuando nos decidamos a decir desde el corazón y con honradez PALABRAS como: responsabilidad, compromiso, dignidad, respeto, vergüenza, arrepentimiento, amor, y nos comprometamos seriamente a volverlas acción.Lea también: Origen del día del IdiomaMes del idioma españolEn este mes de abril en el que tomamos conciencia de la permanente necesidad de las palabras para testimoniar nuestro existir, y reflexionamos sobre nuestro lenguaje como el máximo instrumento de la comunicación con los demás; en este mes y, especialmente el día 23, evoquemos y reverenciemos la incomparable figura de don Marco Fidel Suárez, (1856 – 1927) el nunca olvidado hijo de Bello (Antioquia), cumbre no solo de las letras colombianas, sino también, paradigma de la dignidad, la humidad y sencillez; de la entrega al estudio, al análisis, a la filosofía y, por qué no, a creer en Dios y a testimoniarlo.Don Marco Fidel SuárezEste escritor y político colombiano, nacido en circunstancias de pobreza y desamparo, jamás abandonó el estudio y su irrevocable decisión de estructurarse como ciudadano de noble corazón y de sentimientos generosos, puestos al servicio de su patria y de los colombianos. Así fue formando una sólida preparación humanística, especialmente en lo que se refiere a nuestro idioma español, y en el derecho internacional.Marco Fidel Suárez fue elegido presidente en 1919.Desde su juventud cultivó con éxito los estudios gramaticales, y al lado de Rufino José Cuervo, monseñor Carrasquilla, Miguel Antonio Caro y Antonio Gómez Restrepo, se destaca como uno de los principales maestros colombianos de la filología de nuestro idioma.En 1881 tomó parte en un certamen conmemorativo con motivo del centenario del nacimiento de Andrés Bello; ganó la medalla de oro con su Ensayo sobre la gramática de don Andrés Bello, publicado por la Academia Colombiana, y editado luego en Madrid, con comentarios y noticia bibliográfica de Miguel Antonio Caro.La personalidad de don Marco Fidel adquirió así relieve en el mundo de las letras y luego, en el de la política en la que se desempeñó como diputado, senador, ministro de Instrucción Pública y de Relaciones Exteriores; luego, presidente de Colombia (1918 – 1921), cargo que abandonó por causa de los violentos ataques de que era objeto por parte del Congreso.En 1919, creó la máxima condecoración colombiana: La Cruz de Boyacá, para conmemorar el centenario de la gloriosa batalla.En 1955, la casita donde nació en Bello – monumento nacional – fue encerrada dentro de una urna de vidrio, homenaje de la Empresa Fabricato de Antioquia. En la pared posterior, escritas a lápiz, están dos leyendas:“Como política tuviste la justicia y como diplomacia, la verdad” (Rafael Maya)“Si me lanzó la vida contra tu carro un día / mi ser ante tu genio siente un fervor profundo. / Aquí donde está el sitio de alma epifanía, / traigo la voz de un pueblo: quisiera la de un mundo”. (Guillermo Valencia) 1929.Con motivo de su muerte, su más encarnizado enemigo, Laureano Gómez, expresó su duelo:“[…] en el lecho del sufrimiento y ante el crisol que consume nuestra escoria para no dejar sino el oro puro de los actos nobles y las virtudes insignes, ante la tumba del gran ciudadano que cruzó ya la puerta oculta e insondable del misterio de la eternidad, donde todo ha desaparecido menos el oro de su propio ser, yo no puedo ver ya sino las virtudes resplandecientes que lo adornaron: su intenso patriotismo, su inteligencia excepcional, su erudición ardua y paciente y todos los múltiples merecimientos que le permitieron emprender la marcha desde la llanura hasta llegar a escalar las mayores cumbres […] ”.Sus últimos años fueron los más fecundos de su vida literaria: los dedicó a la redacción de su máxima obra, los Sueños de Luciano Pulgar. Son muchos sus méritos como inteligente filólogo; imponderable ensayista de El Quijote; crítico literario de la novela Pax; autor analítico de El castellano en mi tierra ; prosista historiador en las biografías de: Arboleda, Corral, Mallarino, Colón, etc.Los sueños de Luciano PulgarEl 19 de mayo de 1925, apareció en un periódico capitalino un artículo llamado Un sueño; era el primero de la serie Los sueños de Luciano Pulgar, que asegurarían a Suárez un lugar destacado en la literatura colombiana. En ellos fundió en excelente prosa, lo clásico con lo moderno, en un estilo personalísimo, original, elegante y perfecto.En los Sueños están todos los temas: historia política del país, asuntos gramaticales, cuestiones de orden jurídico e internacional, asuntos religiosos, semblanzas y retratos literarios, recuerdos personales, etc.Uno de sus críticos expresa: “Los Sueños son una verdadera enciclopedia de la vida colombiana en sus múltiplos aspectos. El recuerdo del español Quevedo asoma frecuentemente, pues la ironía – la más punzante ironía - fue una de las armas de que se valió Suárez para abatir a sus enemigos”.La historia literaria de América conceptúa que en esta incomparable obra está de cuerpo entero el escritor que supo comunicar en todos los casos, una emoción profundamente humana a todo cuanto pasó por su cerebro o rozó su sensibilidad, siempre alerta y dispuesta a reaccionar agudamente.Un propósito principal de los Sueños de Luciano Pulgar fue el de defenderse de algunos cargos personales y de ciertas acusaciones que la prensa y el Congreso habían hecho contra su gobierno. Por lo exclusivo de estos escritos, por ser polémicos y tener alusiones personales y por despertar mucho interés en el público, don Marco Fidel resolvió continuarlos en serie de forma indefinida. Estos ensayos ocupan cerca de doce volúmenes.Desde el punto de vista literario, estos escritos, redactados en forma dialogada, ponen de relieve los valores estilísticos que hicieron que don Marco Fidel fuera catalogado como un escritor clásico.Facsímil de la publicación del Primer Congreso EucarísticoOración a Jesucristo:Sobresale don Marco Fidel como orador académico por sus discursos entre ellos, Jesucristo, que es el más bello homenaje que la literatura colombiana hay rendido a Dios:Lo invitamos a leer: Textos recordatorios en el Día del Idiomahttps://www.elmundo.com/noticia/Textos-recordatorios-en-el-Dia-del-idioma/370070“La persona de Jesucristo, Dios y Hombre, se presenta de tal modo a la inteligencia humana, que la satisface y sosiega. […], armoniza con nuestro corazón y con sus aspiraciones y necesidades. […] La conciencia propia y el trato con nuestros semejantes ns dicen que la vida es una feria donde de ordinario se piensa y se obra al impulso del amor a los deleites, del amor al dinero y del orgullo o prurito de superioridad. […].“Jesucristo, en su nacimiento, en su vida y en su muerte, es el contraste de aquellos tres desórdenes. Varón de dolores…. Manso y humilde de corazón se anonadó a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte.Esas virtudes de Jesucristo purifican y enaltecen la naturaleza humana. En primer lugar, exalta el dolor que no siempre es un mal sino un grande elemento de la vida; el sufrimiento, o sea la victoria de la voluntad sobre el dolor; el martirio, que es un dolor heroico al servicio de la verdad o de la justicia. […]“Nos enseñó también a vencer esa cruel enemiga, la muerte, pues cuando ella sume en la fosa de un sepulcro nuestra dicha, Él nos levanta el corazón […]. Al enseñarnos la humildad, Jesús rectificó la idea de la gloria; esta es idolatría cuando tiene por fin al mismo individuo y cuando hace nacer en los otros la adulación y la lisonja, lo que produce una reacción de abatimiento….“La redención de Cristo ha establecido la fraternidad de los hombres, corroborada por el reconocimiento de que las injusticias ajenas son imágenes de nuestra propia injusticia […].“¡Oh Dios de amor y de poder! Da tus pies a los colombianos que queremos llorar sobre sus llagas los errores pasados….en la llaga de tu corazón guarece las generaciones inocentes. […]. Al darte en comunión eucarística en esta semana dichosa, tus sacerdotes repiten que eres Cordero de Dios que quita los pecados del mundo y lo pacífica. Danos, pues, la paz que es don tuyo y prenda de civilización terrenal y de eternal ventura”.(Tomado del folleto: “Oración pronunciada por don Marco Fidel Suárez en la segunda Asamblea General del Congreso Eucarístico de Bogotá, 1913” – 25 pp.)
Los teléfonos públicos que aún existen en la ciudad de Medellín ya no conservan ese color rojo fulgurante que los hacía resaltar dos décadas atrás. Su apariencia opaca es solo el reflejo de una existencia decadente e ignorada. Quienes se sientan cerca de estos aparatos en alguna esquina atestiguan como pasan las horas sin un usuario que levante sus bocinas.Ya no son confidentes de los conversadores porque la tecnología los condenó al olvido progresivo. Según el maestro en telecomunicaciones y docente de la Universidad de Medellín, John Quiza, hoy día casi todas las personas cuentan con teléfonos móviles -aunque sean de gama baja- que además tienen cobertura en todas las zonas del país.Las cifras hablan por ellas mismas, según el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, en la actualidad los celulares son el aparato más usado para comunicarse en Colombia. De acuerdo con los datos de 2017, en el territorio nacional se contabilizaron 62,2 millones de líneas móviles, es decir que hay 1,2 de ellas por cada colombiano.A pesar de su desuso, no se puede dejar de tener en cuenta el significado que tuvieron las cabinas públicas en años pasados, de esto da cuenta el docente de sociología de la Universidad de Antioquia e investigador urbano, Omar Urán.El profesor recuerda que todas las grandes ciudades tenían teléfonos públicos cerca a los parques o a los grandes centros de negocio. Las bocinas tenían distintos usos dependiendo de su ubicación, si estaban en una zona céntrica -las llamadas eran ágiles- pero si hablamos de las coquitas de barrio, como eran conocidas popularmente, -se utilizaban para hacer visita- menciona.Un bien común para el barrioMirando en retrospectiva, el sociólogo explica que los adolescentes le daban el toque distintivo a los teléfonos públicos. Acostumbraban a cuidar sus romances por medio de esas bocinas y cita que frecuentaban estos aparatos para saber como estaban sus parejas en otro punto del mapa local.Puede intersarle:Un paso hacia el fin de la democracia digital en el mundoUno de los conflictos chistosos al rededor de las cabinas -dice el investigador- partía de las filas formadas cuando alguien sostenía largas conversaciones de carácter social, “todo eso era parte del escenario en aquella época”.“Otra práctica con esos teléfonos -muy recreada en las películas- eran las llamadas amenazantes, que ofrecían el anonimato para quien las hacía, no todo era amor”, agregó.Así mismo, trae a la mente las bromas que se hacían aprovechando las dichosas coquitas. -Yo precisamente las hice- confesó. “Llamaba a la casa de una amiga o un amigo y les decía que los estaba citando la Fiscalía”.Medellín fue una ciudad destacada por su cobertura de telefonía pública -defiende Urán- enfatizó en que había una cabina casi en cada esquina y muchas de ellas llegaron a ser completamente gratuitas, una política de comunicación -a su juicio- digna de destacar por su pertinencia social.Aunque a los nativos digitales tal vez ni les quepa en la cabeza el sentido de un teléfono público -cuestiona el profesor- hace 30 años no habían celulares, al llegar a una ciudad extranjera y encontrar una de estas cabinas el visitante sentía un alivio -añade- “ese artefacto le permitía ponerse en contacto con el amigo o el conocido que tenía en ese lugar”.Evolución inevitableEl ingeniero electrónico y doctor en telecomunicaciones, Leonardo Betancur, señala que las cabinas públicas llegaron cuando llevar información de un lugar a otro todavía representaba una alto grado de dificultad.El experto asegura que la infraestructura para habilitar telefonía fija tenía un elevado costo. Esta cobertura exigía gran cantidad de cobre para habilitar una cabina telefónica “eso era oneroso para la compañía de servicios”. Por eso -argumenta- no se podía habilitar una línea en cada vivienda.Lea también:Netflix vs Televisión: ¿rivales o complementos?Los teléfonos públicos -destaca Betancur- eran antiguamente un bien común que le permitía a los pobladores comunicarse a través de las distancias. “Todos dependían de esos aparatos aunque los costos para interconectar las redes telefónicas nacional e internacionalmente era igualmente elevados”.“Ya con los años se empezó a adoptar esa tecnología, se masificó y así comenzaron a aparecer los teléfonos en las casas”. Esta situación -aclará el ingeniero- es conocida como una pirámide de innovación, adopción y apropiación tecnológica.Esto ocurre -de acuerdo con Betancur- cuando una empresa o unos científicos generan un producto nuevo, pero ese producto nuevo vale mucho dinero. “Ejemplo: un chico quiere comprar el último Iphone -que puede valer $2.000.000 en el mercado- pero si uno se pone a mirar, un teléfono inteligente hoy día, con buenas prestaciones, cuesta $300.000, hace diez años costaba $1.000.000”.La infraestructura -apunta el doctor- ha mejorado, los servicios han superado las expectativas y se vuelven cada vez más baratos y mejores. Actualmente ya no se necesita un teléfono fijo en la casa -prosigue- estamos ante una evolución que provoca el desplazamiento de los artefactos viejos.A juicio de Betancur los teléfonos públicos ya son muertos: “Son unos dinosaurios y la naturaleza nos ha ensañado que la evolución no la para nadie. Nosotros los humanos hemos evolucionado, hace 10.000 años vivíamos con tapa rabo y rompiendo piedra, en el presente podemos viajar al espacio exterior y regresar en 24 horas”.
El expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, llegóeste lunes a Medellínparaasistir al primer Foro Mundial de Productores de Caféque se realiza entre el 10 y 12 de julio en Plaza Mayor; en el que participará del foroSostenibilidad Económica y Desarrollo Ruralpara promover la Estabilidad Global y la Democracia. El objetivo de estos eventos que fueron organizados por los países productores tienen como objetivo abordar los desafíos y ahondar en las problemáticas que enfrenta el sector caficultor en el ámbito internacional y así poder crear las estrategias necesarias para distribuir de una mejor manera la responsabilidad y el valor de todos los actores.Clinton no desaprovechó la oportunidad para visitar las emblemáticas escaleras eléctricas de la Comuna 13 y el café Aroma de Barrio, el cual está ubicado en el tramo tres de esas instalaciones, a donde entró el expresidente y se compró un buen café expresso colombiano y algunos vasos que 'Chota', uno de los dueños, personaliza.Jhon Vallejo, uno de los dueños del café, dijo a EL MUNDO que la visita del expresidente fue sorpresiva y que'Clinton es una persona muy sencilla', expresó Vallejo.Por su parte 'Chota' opinó que: 'La experiencia con Bill Clinton fue sorprendente, conocí un hombre sencillo y humano. Imagínese pues que para una de las fotos se le dijo que yo era grafitero y quiso una foto conmigo. Es un orgullo para mí también, el hecho de que esas personas vengan acá a tomarse un café y sepan que es bueno, es un honor, quiere decir que tenemos un proyecto encaminado'.Lea más sobre:Renovación en La 13El comerciante contó cómo se concibió este café: 'Este espacio lo creamos con la idea de aprovechar la visita de los turistas que vienenal barrio a ver cómo ha cambiado. Pueden encontrar un lugar dónde sentarse y socializar y qué mejor que el café que es muy consumido. Lo creamos también para las personas del barrio, para que estecafé sea un lugar de encuentro donde se reúnen jóvenes que bailan brake dance, muchos de los que les gusta cantar. También está el tema de los grafiteros que nosotros tenemos, pues ahí se ven algunas de las obras que hacen los jóvenes del barrio, en los muros, en pinturas. El cafélo traemos desde Fredonia, comprado a pequeños productores; ellos se benefician de ese tema', explicó Vallejo.El trasfondo de la visita a la comuna 13En el año 2000, el Presidente Clinton ayudó a financiar el Plan Colombia, proporcionando $1.3 mil millones de dólares en asistencia, a lo largo de dos años, con el propósito de -entre otras cosas- entrenar a batallones especiales contra narcóticos. Esto suplementó la inversión del gobierno colombiano la cual en ese entonces consistía de $4 mil millones de dólares. El presidente Clinton viajó a Cartagena en agosto de ese año para reforzar el apoyo de su gobierno al Plan Colombia.Adicionalmente, el Presidente Clinton y los Estados Unidos asignaron 230 millones de dólares en un esfuerzo para ayudar a Colombia a desarrollar fuentes alternativas de desarrollo económico y para promover reformas económicas y judiciales. Excluyendo los fondos del Plan Colombia, la administración del Presidente Clinton aumentó la asistencia relacionada con la eliminación del narcotráfico en casi un 3600%,de $25 millones de dólares en 1993 a casi $895 millones de dólares en el 2000.Como parte de su compromiso permanente con Colombia, el Presidente Clinton visitó la Comuna 13 en Medellín lo cual marcó su décima visita al país desde que se convirtió en Presidente. La Comuna 13 y la zona circundante, la cual en el pasado tenido problemas de violencia y narcotráfico, es hoy una comunidad próspera y pacífica. El presidente Clinton visitó la Comuna 13 con el propósito de ver personalmente los dividendos de todo el arduo trabajo que se ha realizado en Colombia a través de los años.Anteriormente, la mayoría de los residentes tenían que subir el equivalente a 28 pisos para llegar a sus casas, lo cual lo hacía casi imposible que los vehículos tuviesen acceso a la zona. Esta topografía dejó a la población aislada y careciendo de acceso a los servicios básicos. Para hacer frente a estos desafíos, se construyó una gigantesca escalera mecánica de 384 metros. La escalera escala la montaña en seis secciones, con un viaje que tarda sólo seis minutos. Inaugurada en 2011, el desarrollo de esta escalera mecánica se ha convertido en un modelo de planificación urbana para todo el mundo. Más importante aún, la simple innovación ha ayudado a traer paz y el orgullo a la comunidad.