El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
Jean-Paul Sartre (1905 – 1980). Filósofo, escritor y dramaturgo francés, es el representante del existencialismo. Participó en la Segunda Guerra Mundial y estuvo prisionero de los alemanes. Es posible que quisiera calmar su náusea interior dando a conocer todo lo que pensaba, lo que hacía, valiéndose de todos los medios: novela, teatro, conferencias…Como testigo de su generación, la de post-guerra (literatura comprometida), plantea cuestiones palpitantes y presenta tipos y circunstancias en un ambiente de inquietud. Uno de sus críticos señala que “a partir de 1914, la Primera Guerra Mundial, la revolución rusa, la mal entendida democracia de algunas naciones, el fascismo, el nazismo, la Segunda Guerra Mundial, la pérdida de la libertad de muchos países, el peligro de una guerra nuclear…, en síntesis, la angustia, forma de la vida presente, invade todo el ser”.Después de cada conmoción histórica surge un movimiento que deja huellas profundas. De las guerras napoleónicas surgió el “romanticismo”. De la guerra de 1914 – 1918, el “dadaísmo” y el “surrealismo”. La guerra de 1939 - 1945 trajo el “existencialismo”.Los jóvenes, después de la Segunda Guerra Mundial, se encontraron solos, desorientados, desesperanzados, sin hogar. A esa angustia mezclaron el anhelo de libertad, y como escape, se refugiaron en la música estridente, se vistieron con camisas negras, usaron sandalias espartanas. Como manifestación falsa del existencialismo, se puso de moda dejarse crecer el cabello, tomar droga, no estudiar ni trabajar; renunciar a todas las esperanzas y proclamar que la vida es un asco; y para todo eso, se reunían en París, en Saint Germain des Prés. Pero aquello no era existencialismo.El existencialismo es una doctrina que trata el doloroso problema de la existencia humana, y no da lugar ni al humorismo ni a la fantasía.Sartre creía que ELEGIR Y RESPONSABILIZARSE son fundamentales para el hombre. Por eso su teatro es de ideas; lleva al espectador a poner atención a los más graves problemas de nuestra existencia; acomete problemas que afectan directamente la vida humana y crea personajes desagradables.A puerta cerradaEs una de sus obras de teatro existencialistas, estrenada en 1944. En un cuarto (del infierno), Sartre encierra a tres desconocidos que van asumiendo conscientemente sus crímenes. Una habitación herméticamente cerrada en la que TIENEN que convivir José Garcin, publicista y hombre de letras, muerto de doce balazos por cobarde, y dos mujeres: Inés Serrano, empleada de correos, muerta a causa de que su compañero le abrió la llave del gas, y Estela, la coqueta y “fácil” muchacha, quien murió a causa de una neumonía, pero que cometió el crimen de matar a su hijo. Ella se interroga: “¿Por qué nos han reunido?... ¿Para qué?... Los miro y pienso que vamos a continuar juntos”.Garcin responde: “Ninguno puede salvarse solo; tenemos que perder juntos o salir juntos del apuro”.Inés dice: “Estamos en familia…. En la familia de asesinos… estamos en el infierno… ¡en el infierno! ¡Condenados! Está condenada esta santita. Condenado el héroe irreprochable… Hay gentes que han sufrido por nuestra causa hasta la muerte, y eso nos divertía ¿no? Pues ahora hay que pagarlo…. No tenemos tortura física, y sin embargo estamos en el infierno…. El verdugo es cada uno de nosotros para los demás…Yo soy mala; eso quiere decir que necesito el sufrimiento de los demás para existir….”.Los tres tienen que vivir en un infierno; tendrán que soportarse, fijas las miradas los unos en los otros, cada uno con sus culpas y sus castigos. Garcin, soñó ser un héroe de la guerra, pero murió como un cobarde. Las mujeres, una muy femenina; la otra, viril y lúcida. Ninguno de los tres podrá cerrar los ojos, tendrán que vivir con ellos abiertos porque hay permanente luz y el cuarto está herméticamente cerrado. Esta obsesión de los ojos abiertos y fijas las miradas unos en otros, se repite a través de la obra:Garcin afirma: “todos tenían los ojos clavados en mí”. Estela declara: “Cuando no me veo, me pregunto si existo de verdad”. Inés dice: “No les quitaré los ojos de encima”. Estela a Garcin: “No puedo amarte mientras tengan los ojos puestos en mí”.Viven molestos; discuten, al contar cada uno la causa que lo llevó a esa situación. Todo les resulta inútil. Se dan cuenta de que no hay nada que hacer, y resignadamente, se sienta cada uno en su sillón……Garcin empieza a llamar a la puerta: “¡Abran! ¡Lo soportaré todo!”La puerta se abre de repente, pero Garcin no se va, e Inés dice: “¿Quién entonces?.... ¿Quién nos retiene? ¡Resulta que somos inseparables!”Y Garcin: “Ahora comprendo que estoy en el infierno… esto es el infierno… el infierno son los demás…”Inés exclama: “¿Comprendes? ¡Estamos juntos para siempre!” Garcin agrega: “¡Para siempre!.... Bueno, sigamos…”El telón cae. Y ellos también caen sentados, cada uno en su canapé.Puede interesarle: ¿Nos estamos convirtiendo en hombres grises?Los estudiososDe Sartre se han preguntado: ¿Qué quiso significar el autor con esta obra?La tortura más grande que padecen, más que vivir juntos, es no poder actuar, no poder modificarse. Los personajes han perdido –por estar muertos - toda esperanza de recuperación, toda posibilidad de enmienda. Lo que fueron hasta el momento de morir, eso serán siempre.Otros afirman que a pesar de las contradicciones, de las penalidades y de los distintos caracteres que nos separan, nos necesitamos los unos a los otros. Los personajes utilizan el derecho que tienen de escoger, y, ante la puerta, inesperadamente abierta, eligen quedarse juntos y encerrados.El marco espacial de esta obra es el infierno. Pero, no un infierno según la concepción de la Edad Media (diablos y candela). Es un infierno que representa el tormento de cada personaje; y cada personaje es un tormento, un infierno para los demás. Inés, lo dice: “Estamos en el infierno, nunca se condena a la gente por nada”.Pero, hay que notar que el único tormento del infierno, para cada uno, son los otros, y el mismo personaje anota que no hay tortura física, solo que están juntos y hasta el fin; y lo reafirma cuando repite que “el verdugo es cada uno para los otros dos”.Cito las palabras de uno de los intérpretes de esta obra: “El autor ratificó con el espacio de su obra lo intemporal y perdurable del sufrimiento de vivir con los demás. Ese espacio, el infierno, tiene resonancia universal porque objetiviza una situación vital básica del ser humano”.Vea también: 200 años del padre del existencialismo“El lenguaje de Jean-Paul Sartre es descarnado y audaz. A veces hay desorden en la exposición de ideas, lo que refleja la desorientación y el desequilibrio de la vida moderna, vida de postguerra. Todo cuanto tiene que decir, lo dice sin sutilezas. Prefiere el simbolismo en las situaciones y en los personajes y no en el lenguaje”.Esta obra pertenece al llamado “teatro de ideas o de tesis”, en el que las obras apasionan, interesan más por los motivos polémicos que por la acción.El teatro de tesisSe caracteriza por:-Los personajes revelan sus secretos y contradicciones; a veces, ellos son monstruos morales, seres vulgares, mentirosos, cobardes y libertinos.-La obra de tesis descubre la antítesis entre el ser y el parecer, entre la verdad interna y la externa.-Presenta la vida como misteriosa compenetración de bien y mal, verdad y mentira.-Introduce la introspección, el análisis psicológico y sostiene, a lo largo de toda la obra, una tesis que puede ser política, religiosa, filosófica…-Es un teatro simbólico, es decir: detrás de las palabras, los personajes y las situaciones hay, casi siempre, una verdad amarga.Es también,“teatro del absurdo”.El teatro del absurdo es un intento del teatro moderno por mostrar la condición humana en su soledad interior, en su nada, en su inutilidad. Sus características principales son:-Hay abandono de la lógica.-Los personajes viven en el mundo de la desgracia o de la degradación como en su propio y cómodo universo.-Ningún personaje intenta que su sufrimiento sea redentor; carecen de humanidad. La abyección en que están sumergidos es propia, connatural a su ser. El dolor no los redime de nada.-Los autores del teatro del absurdo no conciben al hombre con un poder de elevación y de superación. Un intento de superación no tiene sentido dentro de este teatro.
Suky Morgan: Buenos días, Juan David. Tengo una inquietud acerca del uso de la palabra “romboy”/“rompoy”. ¿Está muy mal dicho?En algunas regiones de Colombia, Antioquia entre ellas, es muy usada la palabra “rompoi”, que tiene su origen en la inglesa round point. Es inglesa la palabra e inglés el invento porque aunque en Estados Unidos había un par de vías circulares antes de la invención de estas construcciones, la primera glorieta, tal y como hoy las vemos, fue construida en Inglaterra. Y miren que uso la palabra glorieta, que nos llegó del francés. Otra de las nuestras es rotonda, que nos llegó del italiano.Ahora: ¿es incorrecto decir rompoi/rompoy o romboi/romboy? Puedo decirles que el Diccionario de la lengua española no incluye ninguna de estas. El Diccionario de americanismo solo tiene la palabra romboi. Entonces, les dejo dos ideas: es natural que un idioma alimente al otro, especialmente un idioma cuya cultura inventa artefactos, estructuras y cualquier cosa que haga la vida más “cómoda”. Mejor dicho, si el round point es inglés, es natural que la palabra en inglés se riegue. La segunda idea es que en español tenemos palabras para nombrar ese objeto (glorieta y rotonda son, tal vez, las más usadas. En Ecuador dicen redondel, en Perú dicen óvalo).Así que, elijan cuál les suena mejor. Yo prefiero glorieta.Vea también sobre las palabrasSubbase y reeditar¿Es correcto duplicar letras en español? O mejor: ¿es correcto escribir dos vocales o dos consonantes seguidas? Ustedes saben que “sub” y “re” son prefijos, es decir, elementos que se escriben antes de una palabra para modificar su significado (hay que decir que, en general, se escriben pegados, soldados, a la palabra, y que excepcionalmente se usa el guion o se escriben separados). “Sub” significa “debajo de” e “inferior”, por eso subsuelo es “debajo del suelo” y subbase es “debajo de la base”. Sí se puede duplicar la letra b, aunque se vea raro. Entre otras razones porque si escribo “subase”, ¿entenderían? Yo no entendería, lo confieso, y pensaría que me están diciendo “súbase al carro”.Hay casos en los que sí es correcto escribir solo una: “subranquial[U1] ” en vez de “subbranquial”, por ejemplo. Esta sí la entienden con una sola be, ¿verdad? En el caso de las vocales es más frecuente omitir una, aunque también es correcto duplicar. Puedo decir “reeditar” o “reditar” cuando quiero significar “editar otra vez”. Pero es mejor decir reemitir (volver a emitir). ¿Se imaginan por qué? Simple: porque existe el verbo remitir (enviar a otro lugar, como en las remisiones médicas). Es mejor evitar confusiones.Vea también sobre las palabrasRocambolesco. Algo rocambolesco es exagerado, difícil de creer (aunque real), extraordinario. Un[U2] a persona es rocambolesca, por ejemplo, cuando actúa o se viste estrafalariamente, extravagantemente.
Desde que asumió la presidencia el 19 de abril de 2013, la nacionalidad del presidente venezolanoNicolás Maduro ha sido blanco de dudas, aún más, luego de que el 29 de julio del mismo año, el exembajador de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Guillermo Cochez, revelóla “partida de nacimiento” del mandatario.Tras ese suceso, cientos de usuarios en internet y diversos medios de comunicación se dieron a la tarea de indagar los orígenes del presidente de los venezolanos. Informes especiales e incluso memes se han generado desde entonces.Actualmente estas imágenes alusivas al hecho siguen circulando en redes. Es el caso de una foto en la que se puede apreciar la antigua cédula blanca laminada colombiana con los datos del presidente latinoamericano.También se divulgó una fotografía en la que se aprecia al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélezhaciendo referencia a la partida de nacimiento del presidente Maduro.Una parte del texto de la imagen señala lo siguiente: “Por fin se ubicó la partida de nacimiento del presidente ilegal e ilegitimo. Nombre real: Nicolás Alejandro Maduro Moros. Nació en Ocaña, departamento del Norte de Santander, cerca de Cúcuta, en Colombia, el 21 de noviembre de 1961. Partida de nacimiento Nro. N011, folio N412 N471 colombiano”.... El #Cazamentiras indagó la procedencia de estas dos imágenes que resultaron ser falsas. En la primera, en la que se aprecia la supuesta cédula de identidad de Nicolás Maduro, se evidencian varios elementos que llaman la atención y que hacen dudar a primera vista de la legitimidad de dicho documento;como por ejemplo,la numeración contiene siete dígitos, (a partir de 2004 se emplean 10 dígitos), por lo que el sistema del Registro Civil no permite hacer la respectiva verificación, además de contener un logo que no corresponde con los establecidospara dicho documento.Dado lo anterior, el documento difundido no constituye una prueba definitiva de que Nicolás Maduro sea colombiano.La segunda, en la que se ve al senador Uribe, el #Cazamentiras pudo comprobar que es una imagen correspondiente a 2016 en respuesta a un trino del expresidente en el que hacía referencia a la crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela.A continuación el link de la imagen: https://twitter.com/alvarouribevel/status/767828178601648132Mientras que el presidente Maduro ha negado reiteradamente ser colombiano afirmando “haber nacido en Caracas, el 23 de noviembre de 1962”.Para tratar de solventar esta polémica, la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, mostró en octubre de 2013 una copia certificada del acta de nacimiento de Maduro donde –según la funcionaria – queda reflejado que nació en la parroquia la Candelaria “en una policlínica de aquí de Caracas'.Si usted encuentra temas que desinformen a la comunidad o le llegan cadenas de mensajes con información que le generen sospechas, envíenos sus inquietudes vía Whatsapp: 310 4168851, Twitter: @elmundomedellin, o e-mail: digital@elmundo.com.
Por allá en la Colombia de las guerras de independencia el pueblo usaba el término “godos” para referirse a los españoles. Pasaron años y años y en Colombia se usa el término godos para referirse al partido conservador. Pero también fue muy extraño que poco antes de la Segunda Guerra Mundial existieron corrientes conservadoras que fanáticamente apoyaban las trágicas políticas de los nazis contra los judíos. Pero fue una cosa gravísima que el liberalismo planteara estrategias políticas apoyando fanáticamente las estrategias que planteaban los comunistas rusos y chinos.´Lo invitamos a leer: ¿Izquierda o derecha?Pasada la Segunda Guerra Mundial la izquierda comunista rusa fue mermando su fuerza ideológica y los partidos políticos colombianos dejaron de admirar el izquierdismo soviético al mismo tiempo que las fuerzas políticas internacionales fueron perdiendo fuerza e influencia en nuestros partidos políticos colombianos.El curioso fenómeno que hoy existe es que nuestros partidos políticos se alejan de ideologías extranjeras al mismo tiempo que se dedican a ensalzar la personalidad de sus jefes políticos.Lea también: ¿Para dónde vamos?En los últimos años el partido liberal es el único que ha demostrado que aún conserva un poco de atractivos ideológicos mientras el conservatismo no se basa en ningún fundamento ideológico. El conservatismo sólo se mueve sin exponer ideologías y apoyando la personalidad y características de algunos de sus jefes y es probable que el liberalismo pueda renacer mientras el conservatismo se hunde en un caos con carencias ideológicas. Ojalá en el futuro aparezcan partidos con ideologías bien sustentadas.
“Todos debemos aprender a vivir con el virus y tomar las medidas necesarias para que la vida prosiga, protegiéndonos a nosotros mismos y a los demás”. Con esas palabras, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, alentó al mundo a continuar hacia adelante, sin bajar la guardia en el autocuidado ante la agresiva expansión de la covid-19, pero seguros de que es una batalla que la humanidad puede ganar.Las cifras acumuladas de esta enfermedad en el mundo registran hoy 17'802.251 casos positivos, 683.892 fallecidos y 11'191.572 personas recuperadas.Lea:2.073 nuevos casos de covid-19 tuvo Antioquia el viernes 31 de julioLos diez países con cifras más altas, sin incluir Suramérica, son: Estados Unidos con 4'707.401 casos y 156.772 muertes; India 1'706.391 y 36.662; Rusia 845.443 y 14.058; Sudáfrica 493.183 y 8.005; México 424.637 y 46.688; España 335.602 y 28.445; Irán 306.752 y 16.982; Reino Unido 303.181 y 46.119; Pakistán 278.305 y 5.951; Arabia Saudita 275.905 y 2.866.Del total de los casos, América Latina registra 4.807.158 contagios (27%), 197.206 muertes (29%) y 3.230.419 personas recuperadas (29%).En Suramérica, Brasil acumula 2'666.298 casos y 92.568 decesos; Perú 414.735 y 19.217; Chile 355.667 y 9.457; Colombia 295.508 y 10.105; Argentina 191.302 y 3.543; Ecuador 85.355 y 5.702; Bolivia 76.789 y 2.977; Venezuela 18.574 y 164; Paraguay 5.338 y 49; Uruguay 1.264 y 35.Durante el último día, Estados Unidos sumó 71.515 nuevos casos y otros 1.442 fallecimientos; Brasil 52.509 y 1.191; India 43.217 y 682; Sudáfrica 11.014 y 193; Colombia 9.488 y 295; México 8.458 y 688; Perú 7.243 y 196; Argentina 5.929 y 102; Rusia 5.462 y 95; Irak 3.349 y 70; España 3.092 y 2.Del total de casos positivos en el mundo, hoy siguen activos 5'926.787, y de ellos 5'861.189 (99%) pacientes se encuentran en condiciones leves y 65.598 (1%) en estado grave o crítico.Los otros 11'875.464 corresponden a los casos cerrados, es decir que tuvieron un resultado: de ellos 11'191.572 (94%) son pacientes recuperados y 683.892 (6%) los fallecidos.
Desde la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos-SAI y la Asociación de Egresados de la Facultad de Minas-Ademinas queremos promover profundos debates sobre las prácticas, sin generalizaciones, en que se ha estado involucrando nuestra profesión, que comprometen la ética de la ingeniería: debates que permitan entender las causas de las protuberantes fallas, atrasos y consecuentes sobrecostos de importantes proyectos de infraestructura que se han estado adelantando en la última década en nuestro país. Pensamos que en estos mismos debates deben participar la Sociedad Colombiana de Ingenieros-SCI y la Asociación Colombiana de Facultades de Ingeniería-Acofi.Lea también: Humanismo y tecnologíaLa Ética es una ciencia práctica y normativa que estudia racionalmente la maldad y la bondad de los actos humanos, da guías para “la vida buena”, orienta la conducta práctica, dirige y encauza las decisiones libres del hombre; en resumen, es la rectora de la conducta humana para orientar actos buenos acordes con la razón.“La vida buena” es un concepto aristotélico reelaborado por la cultura helenística, en especial por los estoicos. “Todo arte (téchne, como lo es la ingeniería) y toda investigación (méthodos) e, igualmente, toda acción (práxis) y libre elección (proháieresis) parecen tender hacia algún bien, por esto se ha manifestado, con razón, que el bien es aquello hacia lo cual tienden todas cosas” (Aristóteles, en “Ética a Nicómaco”). El bien es el orden de la Naturaleza (“un buen árbol de manzano no puede producir sino buenas manzanas”) y el hombre, parte consustancial del mundo natural, se rige por estas mismas leyes, que son las mismas leyes de la razón. La vida buena requiere siempre la presencia del otro, sin la cual sería una contradicción.El ingeniero, como todo profesional, realiza sus actividades dentro de un marco de ética profesional, por lo cual es necesario empezar por definir los elementos que fundamentan la ética de la ingeniería, para cuyo propósito seguiré dos libros que considero básicos, Ética para ingenieros de los colegas mexicanos Ezequiel Chávez y Cuauhténoc Carbajal y La ética de la ingeniería del ingeniero venezolano Néstor Sánchez, así como mi libro Tiempos de ingeniería y humanismo.“La ingeniería es la profesión en la cual el conocimiento de las matemáticas y de las ciencias naturales, que se adquieren mediante el estudio, la experimentación y la práctica, se aplica con juicio para desarrollar formas de utilizar, económicamente, los materiales y las fuerzas de la Naturaleza para el beneficio de la humanidad” (Accreditation Board for Engineering, 1982). A lo cual habría que agregar que esa utilización debe velar, en todo, por la preservación de los ecosistemas.Ahora la pregunta obligada ¿Qué hace que ciertas acciones humanas sean moralmente correctas y otras moralmente incorrectas? Para responder esta pregunta existen cuatro teorías:1. La ética utilitarista. Según esta teoría el valor moral de las acciones se mide por sus consecuencias calificables por la utilidad producida, definida ésta como el balance de los resultados buenos sobre los malos: nuestras acciones deben producir siempre la mayor utilidad. 2. La ética del deber. Esta teoría sostiene que hay acciones que deben realizarse, aunque al hacerlo no siempre se produzca la mayor utilidad, por ejemplo, ser justo, ser honesto. 3. La ética de los derechos. Según esta teoría una acción es moralmente correcta si no viola los derechos de otras personas y 4. La ética de la virtud. Esta teoría considera correcta una acción si sustenta rasgos buenos del carácter (virtudes), la vida buena que ya definimos, y la considera incorrecta si manifiesta rasgos malos.El ingeniero debe realizar su trabajo profesional dentro de un marco ético más allá del utilitarismo, considerado éste como el mayor rendimiento capitalista de la inversión. La ingeniería es una actividad puesta de manera honrada al servicio de la sociedad, y es así como la finalidad del trabajo profesional es el bien común. Un ingeniero debe tener una sólida formación intelectual y moral. La formación intelectual consiste en el cúmulo de conocimientos que lo hacen apto para desarrollar trabajos especializados y complejos, de esto se deduce la responsabilidad que tiene el profesional de estar actualizado sobre los avances científicos y técnicos de su especialidad. La formación moral radica en su integridad como persona, lo cual le confiere dignidad, seriedad y honestidad, aplicable tanto a los negocios como a su vida personal; es también la aptitud personal para enmarcar su esfera profesional en un amplio horizonte humanístico. La capacidad moral le da mayor relieve a su propio trabajo y, además, lo hace valer en su medio social y laboral no sólo como profesional, sino como persona buena.En nuestro país se cuenta con un Código de ética para la ingeniería, donde se establecen reglas generales de conducta para el ejercicio profesional, que sirvan de guía para la evaluación de la moralidad de nuestras actuaciones individuales y, por otro lado, declara intención de la profesión el cumplir con la sociedad a la cual debe servir con lealtad y diligencia, así como respetar la dignidad que la misma profesión merece. En este código, entre otras directrices, se exige que los ingenieros realicen un verdadero trabajo profesional ajustándose a las normas de calidad, se reglamentan las relaciones de trabajo con quien ha contratado sus servicios y se obliga a guardar el secreto profesional. Creemos que es necesario ir más allá, mediante la práctica virtuosa para la vida buena.Para concluir algunas consideraciones sobre el marco ético, la práctica virtuosa para la vida buena que hemos llamado, que debe regir nuestra profesión, que empieza por establecer que la responsabilidad primaria del ingeniero es anteponer la seguridad de la comunidad y de lo público por encima de todo otro interés; así mismo debe tener sensibilidad cuidando por mitigar el potencial daño, en especial a las comunidades y ecosistemas más vulnerables: dada una elección siempre debe optar por su protección y seguridad. Los ingenieros afrontan de manera permanente el reto de concebir soluciones para problemas dentro de un escenario dado de costo-beneficio y tiempo, las cuales jamás deben comprometer la seguridad y bienestar de los usuarios de sus obras.Lea también: Peligros de la verdad única en HidroituangoP.D. Acojo la observación del reconocido ingeniero y empresario de la industria de la construcción, colega José Jairo Correa, en el sentido de aclarar que cuando he hablado de crisis en la ingeniería no quise generalizar, ya que en nuestra región hay proyectos de infraestructura que avanzan sin contratiempos, tales como Pacífico 2, Pacífico 3 y el Túnel de Oriente.