¿Víctimas de un autoritarismo enajenante de nuestras libertades?

Autor: Ricardo Chica Avella
24 mayo de 2020 - 12:02 AM

Llegamos entonces al final a lo mismo que volvemos reiteradamente en la discusión de varios de los problemas de nuestra sociedad: es un problema de educación. Un nivel adecuado de esta se requiere para comprender la peligrosidad y contagiosidad y de aceptar que no tengo derecho de contagiar a nadie

Cartagena

La distinguida colega Ana C Restrepo columnista de El Colombiano, una profesional de verdad en estas lides, perteneciente al grupo de valientes columnistas que se han atrevido a desenmascarar los vínculos de los altos círculos de poder con el narco paramilitarismo (por lo que tanto ella como su esposo tienen mi admiración), publicó en días pasados una popular columna (Aplazar el gustico), la cual lamentablemente no he logrado leer en su totalidad. Debido a ello no pretendo ahora comentarla, me referiré simplemente al argumento libertario de american midwest en lenguaje existencialista que logro entresacar de unos fragmentos entre giros poéticos (de un localmente reconocido autor de comic y columnista: renacimiento remordimiento) y coloquialismos (sobre un taxista que se nos adelantó a todos). Y para criticar dicho argumento adoptaré un punto de vista decididamente moderno por considerar que la perspectiva posmoderna introduce confusiones en el debate subyacente, el de libertarianismo vs comunitarismo.

Lea también: En defensa de la modernidad

 

Repito no estoy criticando a la autora y a su columna sino a ese argumento libertario sobre cuya atribución puedo equivocarme. Obviamente un argumento libertario es oportuno y relevante en la condición actual pues los controles hechos necesarios para contener la pandemia pueden y han sido abusados por gobiernos autoritarios; y en efecto violan derechos fundamentales como a la seguridad económica de poder ganarse la vida, o el derecho a la información, o la libertad de reunirse (como las feministas españolas…) o al culto (cuya apertura intenta imponerle irresponsablemente Trump a los gobernadores a pesar de los brotes y rebrotes por esas reuniones). Claro que se están violando una multiplicidad de derechos pero no por autoritarismo sino por proteger el fundamental a la vida. Insistiendo en que no comento la columna, y que me puedo equivocar en mi interpretación de ella, me voy a concentrar en los peligros de la idea que alude al hecho mismo de obedecer las restricciones impuestas para evitar una difusión epidémica explosiva como aceptar pasivamente la enajenación de nuestra libertad por un gobierno autoritario; no porque no sea siempre bienvenido defender las libertades individuales, sino porque el argumento actual (que comparten varios autores) de que con las restricciones para el manejo de la pandemia se las está violando puede resultar en las condiciones actuales peligroso. Repito no es que con esas restricciones no se hayan y vengan cometiendo esas violaciones como en el caso del sistema chino de rastreo o las arbitrariedades del alcalde de Cartagena (jugando con el tiempo útil de la gente como si el pico y placa fuera un bingo), o la despreciable agresión de la policía al anciano vendedor ambulante en Bogotá; sino porque el poderosísimo sentido de protección al derecho humano fundamental, el derecho a la vida cualifica otros derechos así con razón sean defendidos desde ese punto de vista; aunque si entiendo el argumento en cuestión me da la impresión de que tiene en este caso más un sentido libertario-existencialista que el de referirse a las personas privadas de sus medios de vida (como sucede dramática y dolorosamente con el grueso de los trabajadores informales formales de muy bajos ingresos), lo que desde luego es una privación de un derecho fundamental. Pero la solución no sería violar su derecho a la vida junto con el de infinidad de personas dejándolo salir a deambular por las calles exponiendo vida propia y ajena, sino subsidiar su subsistencia. También es cierto que el pivote del tema es la decisión racional del sujeto responsable que acopia información, entiende las interrelaciones entre los elementos, juzga la veracidad de su explicación y se compromete con sus implicaciones; y que eso requiere lo primero, información y educación. Igualmente que las normas implementadas deben ser comprensibles, científicamente fundamentadas y, muy importante, clara y no politizada y defensivamente comunicadas en el reality cotidiano. Y desde luego la forma como se está concentrando el poder en el ejecutivo y su camarilla del CD (que extiende su control a los aparatos judicial y de seguridad) es esa si un paso al autoritarismo heredado del caudillo (porque si no callan los callamos); pero eso es otro problema.

Seguramente el argumento libertario criticado sea más radical y amplio que el que aprecio se presenta en la columna, y no atribuyo a esta todos los elementos que voy a criticar (como que en el fondo la raíz del problema está en el egoísmo). Al primero, no al segundo, lo considero un argumento populista que simplifica el problema a una relación entre un estado opresor y un ciudadano obedientemente pasivizado incentivando los naturales sentimientos de rebeldía que la situación genera contra una autoridad que impone normas incomprensibles e injustificables. No es un argumento liberal pues manifiesta una confusión que en este momento puede llegar a ser peligrosa si pasa de populista a popular, por las razones a continuación mencionadas:

 

1) Introduce una perniciosa confusión entre responsabilidad y enajenación de la libertad obscureciendo las nociones de contrato social y de la misma libertad, como si las restricciones fueran el monstruoso Leviathan de Hobbes por oposición a protección y justicia para los ciudadanos a la Locke/ Rousseau/Kant Rawls (quien desarrollo el principio de racionalidad de Kant: como personas racionales debemos aceptar un orden restringido por la justicia para poder vivir en una sociedad ordenada). La noción de que un orden que me proteja de una interacción dañina con y para los demás puede resultar en soluciones cooperativas que se traducen en que el colectivo esté mejor gracias a que todos aceptamos las restricciones que impone ese orden, y que esa acción colectiva es una función básica del estado, no solo es tan vieja como la filosofía política (al menos la moderna), es el pivote de cualquier gobernancia para el bien común.

Qué tienen en común las sociedades que mejor han manejado la pandemia en el norte de Asia y en el de Europa: el cumplimiento del contrato social por el ciudadano en un funcionamiento social considerado y disciplinado. Pero no puede haber la menor duda de que la disciplina de los alemanes tiene sus raíces en una educación en la responsabilidad (ayudada por una policía que sale a la defensa de los ciudadanos agredidos en forma fulminante: también algunos alemanes se portan como hooligans en la costa brava fuera del control de esa policía). La crisis ha mostrado la superioridad de sistemas económicos (y funcionamientos sociales) más cooperativos que individualistas sobre los competitivos marketizantes, la de los manejos de la crisis en el Norte de EA y en el de Europa, sobre USA y UK (ultrasensibles a la violación de los derechos individuales) a consecuencia de sus instituciones cooperativas más fuertes no tan debilitadas por la marketizacion/privatización. El caso estrella de manejo de la pandemia, Alemania, aclara mucho acerca de la confusión entre responsabilidad y enajenamiento de las propias libertades que subyace a ese argumento. Claro este es un caso de excepcional cumplimiento por parte del estado del contrato social, al cual se corresponde una responsabilidad individual (paradójicamente para la confusión criticada) enraizada en la visión luterana de la libertad de las consciencias y la kantiana de la autonomía moral del sujeto humano. Las estructuras políticas y funcionamientos sociales que se desarrollan así no provienen de la renuncia de los ciudadanos de su capacidad de pensar o de juzgar racionalmente si adhiero al bien común (renunciando al de hacer daño a los demás). La tradición Lutero kantiana de libertad de la consciencia personal y de la autonomía moral del sujeto racional están enmarcadas por la teoría kantiana de soberanía política (constituida por la interacción de individuos igualmente libres) y contrato social: libertad es estar protegido/respetar por/a este, libertad y estado, como garante de esa justicia, vienen juntos. En contrario, ilustración de lo que puede ser un concepto errado de libertad es la idea infantil del americano medio del oeste medio de libertad como la ausencia de gobierno, viendo paranoidemente cualquier intento de éste para anteponer el bienestar colectivo sobre su capacidad de perjudicar a los demás (armas, medio ambiente) como una afrenta. Otro planeta que la tradición filosófica occidental de Jesús a Kant en cual la libertad está íntimamente ligada a la responsabilidad: el individuo es libre si actúa conforme a principios como la regla de oro de Jesús (trata a los demás como quieras que ellos te traten) o su generalización por Kant (actúa en una forma que pueda ser norma para todos), en el primer caso por caridad y en el segundo por racionalidad. El mismo contraste ilustrativo en términos del contrato y funcionamiento sociales individualista vs cooperativo es la comparación USA vs Alemania (o más generalmente otras socialdemocracias de la Europa Luterana del Norte y algunos países de Norte Asia) donde se da (como en la UE) un mayor grado de regulación a todos los niveles, toda dirigida a proteger a los ciudadanos: control democrático de los mercados (que restringe abusos monopólicos y especulación financiera), standards ambientales (alimentos, contaminación), estado de bienestar (educación y saludo son un DH y no una mercancía). Formas de protección (restricciones a la libertad individual de escogencia anatema para el neoliberalismo hegemónico confrontado así por la socialdemocracia) que dan cumplimiento por parte del estado del contrato social, frente a las cuales financistas y exportadores americanos de alimentos GM, o las multinacionales de seguros de salud y de medicamentos protestan, por la violación de sus derechos a la libre competencia; o incluso euroescépticos frente a las regulaciones de Bruselas en varios países de la unión. Pero la generalidad de los europeos (exceptuando los extremos nacionalistas en UK y Europa del Este) no se consideran obedientemente pasivisados frente a un estado autoritario que los enajena de sus facultades de pensar y de escoger, porque como en este caso proteja el bien común (aunque por otras razones particularmente fiscales y monetarias resientan el control de la comisión).

Este respeto por ambas partes del contrato social ha estado muy ligado al fortalecimiento de la socialdemocracia (hasta que su propio éxito la debilito por agotamiento de sus banderas reivindicatorias) en la cual dichos principios están más desarrollados e imbricados en instituciones y en el funcionamiento social disciplinado. Las socialdemocracias luteranas de norte de Europa tienen en ese sentido su fundamento filosófico en la afirmación por Lutero de la autonomía de la conciencia individual vía Kant con su visión de la libertad como racionalidad de la universalización de la regla de oro de Jesús sobre la consideración por los demás, principio de responsabilidad para con ellos que se manifestó a nivel político confluyendo con ideas desde socialistas (Hilferding) hasta de la economía social de mercado (Ebert) así como educación del sujeto (Humboldt) en la economía social con control democrático de los mercados para el crecimiento inclusivo, en la cual el concepto de orden económico es central. Estas sociedades en las que la noción de orden es principio organizador (las socialdemocracias del Norte de Europa así los gobiernos ya no sean socialdemócratas -desde el punto de vista partidista- como todavía en Finlandia, la sociedad ya está organizada, como en buena parte de la UE, socialdemocraticamente) son las que más han avanzado en adoptar medidas compensatorias a la pandemia y en transitar a la Green economy.

Un funcionamiento social similarmente disciplinado y responsable frente al colectivo, se observa en NEAsiatico particularmente en Japón y lo que fueron sus colonias. Uno puede discutir si la disciplina en este caso tiene raíces en el confucianismo o en la concepción comunitarita del asiático para quien el individuo es para el colectivo (o incluso en el militarismo japonés, pero ese es una perversión del código del samurái para quien la propia vida es irrelevante frente al deber). Coloquialmente, un americano/latinoamericano entra exigiendo sus prerrogativas mientras el asiático del norte preguntando por sus obligaciones; en la misma dirección contra la exagerada inflación del individuo (en los términos místicos de De Melo) un milagro tiene lugar en occidente cuando Dios hace la voluntad de un hombre, en Asia tiene lugar cuando ese hombre hace la voluntad de Dios. ¿Holismo místico? puede ser, pero al terminar concluyendo se volverá, a lo que está (como lo entendió Buda) en la raíz de los problemas, la exaltación del yo (it is not about you!) en conexión con la posibilidad y la necesidad de un comportamiento considerado. No se trata de mi estrés por no poder salir; ¿stress? el de los trabajadores de los salud exponiéndose sin equipamiento adecuado, o de los padres que no están pudiendo alimentar a sus hijos, o de los enfermos incapaces de respirar, o el de los trabajadores esenciales permanente expuestos, o los niños con dificultades en el aprendizaje a distancia, pero estar encerrado y no poder recibir servicios (como las señoras que protestan porque no les van a teñir el pelo o arreglarles las unas) stress?! Y la consideración de la necesidad de la destrucción del ego no es irrelevante en un mundo cuyo presidente es un narcisista omnipotente que no reconoce limites a su prepotencia ni con personas ni con países, cuyo egoísmo megalomaniaco ha frenado aun más los esquemas cooperativos urgentes para evitar una hecatombe en el sur global (particularmente en África sub Sahara y sur de Asia); ¡la sola forma como se apropió de un cargamento de implementos que iba para Alemania!; también la negativa de la UE para ayudar a Italia, tan infame como lo fue con los refugiados (aunque la UE esta liderando los esquemas cooperativos sobre todo en materia de ciencia: vacuna); y más egoísmo: los oídos sordos ante el clamor de Oxfam, Unicef, MSF y Save the children sobre la situación en los campos de refugiados.

Claro que en Alemania también surgieron los populistas llamados covidiots que ven en las restricciones una conspiración de las elites, muy en la tónica del AfD en el Este (donde se aprecia el animal político que produjo el stalinismo, aunque también se dice que estos movimientos están siendo hostigados desde Rusia). Pero en todo caso la alternativa, el modelo estrella de manejo confundido por el respeto a las libertados individuales, Suecia, exhibe, como resultado de su experimento en herd inmunity (dejando a la responsabilidad personal el alcance de la interaccion) una las peores estadísticas de mortalidad pm (dobla a sus vecinos); esto en un país con niveles de educación (y salud) excepcionales (Uruguay es diferente de Suecia: ha podido ir dejando restricciones a la responsabilidad ciudadano porque las implementó rápidamente; y en LA disfruta de una tradicional ventaja en educación académica y política) . Y ¿por qué las protestas violentas de libertarios agresivos armados se concentran en el american midwest? Porque la lectura del Bill of Rigths del ignorante políticamente (incapaz de distinguir entre socialdemocracia y comunismo o entender que es calentamiento global) habitante medio de esa región es anarquista. Esto se mezcla claro con formas de machismo (armas) racismo y nacionalismo populista que tienen como prototipo a Trump (que es tan libre –en ese sentido infantil- que no usa tapabocas) quien ha llamado a la liberación de los estados saboteando las regulaciones de sud gobernadores.

2) Fomenta la (justificada) fatiga con el confinamiento, e incentiva el malestar ciudadano con este, cuando la pandemia está tan solo iniciando, y tendremos que aprender a vivir y trabajar con las restricciones que impone. Da la impresión de que nos siguen alienando de nuestras libertades fundamentales por un riesgo que ya es insignificante y cuestiona la necesidad de continuar con el confinamiento o las restricciones desconociendo que está incuestionablemente establecido que salva vidas. Modelos sobre China y USA muestran que si hubieran adoptado las restricciones una o dos semanas antes hubiera evitado una altísima proporción de las centenas de miles de personas infectadas. ¿Hubiera sido una violación de libertades individuales imponerlas para que los infectados vectores de la infección no la multiplicaran exponencialmente? La pandemia está empezando: esta semana Tedros (OMS) anuncio el peor dia con 100mil nuevos infectados, 10mil en Rusia, 20m en Brasil (que va para 12.500 muertos y 180.000 infectados); y lo de Brasil es especialmente dramático pues la explosión está empezando a sobrepasar (como en Lombardía) a la capacidad con mucha anticipación a que se haya alcanzado el pico (con el invierno agudizándose en el sur). Toda la ciencia (salvo el distinguidísimo Fernando Vallejo) advierte que de no darse las condiciones (control por dos semanas, testing/rastrear/aislar) abrir tan apresuradamente como lo han hecho algunos estados (en Wisconsin un senado republicano le veto al gobernador las restricciones con el consabido argumento y la gente se mandó a bares y restaurantes como si estuvieran sirviendo gratis) adelantará el segundo pico que se espera para otoño invierno (para cuando todavía no habrá vacuna).

En conexión con la claridad de dónde venimos, donde estamos y para donde vamos, sí que ha habido violaciones agresivas es en el derecho a la información. Nuevamente, como con el control autoritario el extremo es China donde un ocultamiento inicial malicioso de por lo menos 6 semanas lanzó decenas de miles de vectores por todo el mundo (salieron de Wuhan 5’ de personas) en medio de una represión de la información para evitar alarmar. También Trump navega próspero en sus reportes cheerleader después de también haber descalificado información por más de 6 semanas difundiendo toda clase de fake news (de nuevo un contraste patético con la Sra. Merkel con sus reportes científicamente claros y precisos y sus decisiones sensatas fundadas en ellos). Y aquí es difícil saber en qué punto estamos no solo por lo escaso del testing sino por las contradicciones entre las diversas curvas y con el valor del R0. Eso es violatorio de nuestras libertades como adultos autónomos como si necesitáramos protección de la realidad y complejidad de los datos: pero la comunicación sobre la pandemia se convirtió en una ejercicio narcisista de Duque como el de Trump, con el agravante de que acá no ha habido un doctor Fauci que nos explique con claridad, desde el punto de vista científico y no defensivo politiquero (lo que cualquiera de los asesores del minsalud debería poder hacer) siendo que el ministro en su defensividad sale con despropósitos como que tenemos una capacidad hospitalaria pm mejor que la de Holanda. Para no hablar de los derechos de los trabajadores de la salud enviando a muchos de ellos al matadero sin EPP de la calidad necesaria.

Propio del populismo es distorsionar los problemas complejos simplificándolos hasta lo engañoso y proponer soluciones que generalmente lo que hacen es agravarlos, como en este caso sucede con el complejísimo problema de las escogencias sociales y el bien común. El punto que le cuesta comprender a los libertarios alertados en estos días es que it is not about me, no estoy decidiendo únicamente por mí, estoy decidiendo sobre la vida de centenares de personas, las que puedo poner en riesgo al arriesgarme a convertirme en un vector. Es importante resistir la tentación de los argumentos que apelan a las emociones de las masas sobre la base de temores a conspiraciones como la actual contra las libertades individuales, sobre la base de argumentos sin base científica alguna. De nuevo, la ciencia (comportamiento de las curvas y estadísticas de contagiado y muertos) muestra que la epidemia está apenas comenzando (se da proactivamente por seguro que una 2ª ola sobrevendrá, y puede ser acelerada por el levantamiento de las restricciones). Se ha modulado en los países en Asia y Europa que fueron golpeados antes (y tienen estadísticas creíbles a diferencia de Venezuela, Irán y China), pero no conviene dar una falsa seguridad cuando de muchos estudios emerge la evidencia de la solapada contagiosidad obvia si se considera la infección sumergida de asintomáticos que viene expandiéndose (en China 4/5 de los infectados lo fueron por personas que no sabían estarlo; en Italia 1/3 de positivos era asintomáticos): BJohnson, funcionarios de la casa blanca, Merkel en cuarentena porque su médico dio positivo y no sabemos cuántos miles más de los sacrificados héroes del sector salud se han contaminado. Se trata de pensar en el colectivo empezando por estos servidores nuestros. En UK lo ponen en los términos adecuados: stay at home, protect the NHS, save lives. Protejamos a los trabajadores de la salud! seamos responsables colaborando en que la avalancha de enfermos no los aplaste! Es solidaridad básica (pero mientras allá se presentaron 700.000 voluntarios a colaborarle al NHS acá los médicos graduandos se negaron a hacerlo, pudiendo en vez haber exigido mejor EPP y no atender en UCI/ventiladores).

3) Enfatiza indebidamente el aspecto políticas autoritarias en las disyuntivas de la escogencia social, calificando sin cualificación alguna como autoritaria de parte del estado y enajenación pasividad de parte del ciudadano el cumplimiento de contrato social en estas circunstancias que lo hacen cosa de vida o muerte. Usar analogías como las convivir para criticar formas de acción colectiva expeditadas por un gobierno como si todas fueran perversas como esa monstruosidad uribista es irresponsable; y calificar como enajenación de la conciencia en la pasificación obediente (Vivan las cadenas! cita de Buñuel el caricaturista citado) el acatar una norma porque se entiende que es para el bien común, revela la grave confusión ya discutida.

vértice

El trilema evitar [contagio o desempleo o autoritarismo] es bien resumido en el diagrama que circula con tres circunferencias superpuestas formando una estrella de tres hojas a cuyo centro está la intersección entre tres conjuntos de quienes se preocupan por la pandemia, quienes lo hacen por su impacto económico y los que lo hacen por la expansión del autoritarismo. La idea es que los elementos de esa intersección han logrado balancear en su conciencia de tres incuestionablemente importantes amenazas de la actual situación considerando los dos trade-off controles vs empleo y control vs libertades. Todo muy bonito hasta ahí, pero surge la pregunta por la diferencia en la realidad o probabilidad de las perdidas en cada una de estas tres direcciones: mientras que un muerto por covid19 es en realidad o con probabilidad 1 un muerto por no haber modulado o por carecer de la capacidad hospitalaria, y un desempleado es en realidad o con probabilidad 1 alguien privado de su trabajo por esos controles, la amenaza del autoritarismo si bien real no tiene esta contundencia: no todos los países han manejado la situación como China o Corea o Irán o Perú, de manera que la probabilidad de estos abusos parece no pasaría de 10%. El diagrama representaría mejor la situación reduciendo la circunferencia correspondiente a la preocupación por este, mostrando que la intersección de personas conscientes de la disyuntiva control-ingreso es muchísimo más grande que las preocupadas por el tradeoff control-libertades, aunque como tratándose de subjetividades todo vale, solo puede decirse que los primeros tienen unas expectativas substancialmente más racionales que estos últimos.

El trípode, aunque expresando una idea válida, cojea al poner la preocupación por el autoritarismo al mismo nivel de aquellas por la falta de salud y el empleo, enfatizando así indebidamente, para las circunstancias a especiales que nos aquejan, esa preocupación. Mientras que es cierto que las medidas de control tienen irremediablemente un efecto sobre el empleo y viceversa no es cierto que las restricciones sean irremediablemente una forma de autoritarismo. Habrá situaciones las cuales este énfasis será el adecuado porque la amenaza contra la salud y la vida no sea tan severa, en regiones donde o por razones todavía no entendidas o por un manejo inteligente del proceso. Lo cual enfatiza como las restricciones no pueden ser draconianamente impuestas sin considerar las especificidades locales.

Claro que dicha circunstancia se presta para extremos de autoritarismo como el severo control social en China que seguramente no se revertirá, aunque no toda aplicación de tracing puede y va a ser usada en la misma forma y de todas manera los gigantes informáticos ya tienen unos perfiles de cada uno de nosotros como para pedírselos para llevárselos al psicólogo…(grave será cuando con el internet of things nuestro cuerpo este on line y Zuckemkber le venda la información a las compañías de seguros de salud…). O menos extremo, y entre nosotros, el alcalde de Cartagena que juega con los pico y cedula atropellando a los ciudadanos a su capricho. Los abusos de autoridad tienen en Colombia una larga y nutrida historia; no es sino mirar al manejo fascista y despreciativo de las justas reivindicaciones reclamadas por el paro nacional. Lo grave es que esos abusos continúan porque la policía esta entrenada y adoctrinada en la idea de que un orden arbitrario está por encima de cualquier derecho del individuo, lo que deriva en conductas delincuenciales violentes por parte de ella con los ciudadanos inermes ante ellas por un sistema jurídico político secuestrado por el CD. Pero eso es enteramente otro problema cuya introducción confunde más de lo que aclara.

 

¿Fue autoritario en Corea rastrear rápida y exhaustivamente a los asistentes al servicio religioso desde el cual un enfermo llegado de China disparó vectores en todas las direcciones y acusar de homicidio no culposo al pastor por no colaborar en el rastreo? (lo que deberían hacer con médicos en Bogotá que se presentaron a trabajar sabiéndose enfermos). ¿Pueden las libertades individuales ser consideradas prioritarias, en una situación de tan gigantes y tremendas externalidades negativas en la cual las decisiones que toma el individuo pueden determinar la muerte de una enorme cantidad de personas? Cada uno de nosotros al descuidar algún mecanismo que impida el contagio propio o ajeno, incluso por simple distracción, está incrementado la probabilidad de contagio y consiguientemente de eventuales muertes.

En realidad el problema de fondo es si el sujeto humano ejerce las capacidades de informarse, entender, juzgar y comprometerse que lo constituyen como tal. El sujeto autónomo racional de Kant/Lonergan a Rawls es capaz de actuar conforme a un orden justo por respetuoso de los derechos de todos, tanto para obedecer una norma que nos protege a todos, como para actuar con esa racionalidad y justicia cuando la norma haya sido suavizada y las cosas pasen a depender más de su responsabilidad. Lamentablemente grupos enormes de personas no siguen las recomendaciones como está sucediendo en USA republicano y Brasil de Bolsonaro, ya sea por falta de educación/entendimiento en/del problema o por simple inconsciencia de que los propios comportamientos tienen consecuencias para los demás. Aunque el argumento liberatorio criticado no llega a los extremos de propender por un funcionamiento social desconsiderado de los demás si le abre un espacio a una respuesta inadecuada para lo que en mi opinión es un problema muy grave que tiene este país, el cual tiene implicaciones en todas las direcciones. Este tiene que ver con si se dan las condiciones en nivel educación y madurez política para confiar en los ciudadanos para que ellos asuman sus responsabilidades para con los demás motu proprio: se da en Colombia un funcionamiento social según el cual los individuos asumen sus responsabilidades sociales para con los demás en forma tal que sea posible confiar en ellos para que motu proprio se abstengan de conductas que pongan en riesgo la salud de los demás e implementen las medidas en bioseguridad?

Lamentablemente esa confianza no tiene fundamento muy generalizado en Colombia salvo en algunos segmentos de la población. Caso al punto, Cartagena donde una espiral autoritarismo-anarquismo está exponiendo a la ciudad a una crisis pavorosa. Desde que un irresponsable que manejaba el puerto de Cartagena dejo entrar a un crucero con enfermos (y a pesar de que la alcaldía Dau fue saludada como inaugurando una nueva era de honradez y eficiencia sin precedentes en Cartagena), se da una falta por un lado un liderazgo racional bien apoyado técnicamente, y (algo similar a lo que sucedió con Petro) por otro una actitud autoritaria irrespetuosa con los ciudadanos. No es cierto del todo como se esperaba que su equipo esté conformado por profesionales competentes; pareciera que algunos funcionarios no pueden manejar el nivel de complejidad de (según la funcionaria) seleccionar una oferta de pruebas y se deja tumbar recursos preciosos; o el terrible de organizar un pico y cc. Y por el otro lado si la policía intenta disolver una multitudinaria parranda la agarran a piedra; eso mientras el alcalde cree que todo se resuelve reprimiendo y que educar y socializar las medidas es hacer rifas con la organización del pico y cedula. Hay desde luego ciudades como Medellín que funcionan mejor, pero en todas hay sectores de la población que, o bien por estar vitalmente urgidos de salir a ganarse la vida o porque realmente no captan el riesgo propio o ajeno, o bien porque no les importa (creando situaciones que en realidad son como la no infrecuente en las carreteras colombianas de conductores que lo embisten a uno en contravía obligándolo a mandarse fuera de la calzada) no respetan las normas.

Le puede interesar: Liderazgo frente a la crisis

 

Llegamos entonces al final a lo mismo que volvemos reiteradamente en la discusión de varios de los problemas de nuestra sociedad: es un problema de educación. Un nivel adecuado de esta se requiere para comprender la peligrosidad y contagiosidad y de aceptar que no tengo derecho de contagiar a nadie. Lamentablemente nuestro sistema educativo en una proporción importante falla en la formación de sujetos racionales responsables y respetuosos de los demás. Me refiero a “formas de interacción social en las que cada individuo prioriza su ventaja personal inmediata por encima del bienestar colectivo, así como de ausencia de una institucionalidad capaz de implementar e imponer soluciones cooperativas, determinan el estancamiento de la acumulación socialmente productiva de capital social cuando no su destrucción… (lo cual remite a)… la incapacidad del sistema educativo colombiano de favorecer la madurez psicológica necesaria para que el individuo articule una alteridad sujeto de derechos; su incapacidad de ayudarle a acceder al concepto de bien común, entendiendo así que las soluciones cooperativas redundan en ganancias para todas las partes del colectivo; en fin, su incapacidad de generar un sistema de valores en que la consideración y la solidaridad, y no el machismo y el ventajismo, reciban el rédito y la admiración sociales”.(El Mundo Que paso en Medellín citándome de El Tiempo). Ojala esto sea ya exagerado, pero ciertamente el argumento libertario criticado no ayuda mucho a la disciplina social de la cual dependemos y dependeremos (pues tendremos que coexistir con el virus por largo tiempo) cada vez más.

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