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La reducción del 20% de los embarazos adolescentes en el país, junto con la disminución de la tasa de fecundidad de un promedio de seis a dos hijos, el aumento de la esterilización de las mujeres y la proliferación de hogares unipersonales hacen parte de los hallazgos revelados ayer por el Ministerio de Salud y Profamilia, durante la entrega de los resultados de la Encuesta nacional de demografía y salud (Ends) 2015.
Según estas cifras, el porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años que son madres o están embarazadas del primer hijo o hija disminuyó, pasando del 19,5% en 2010 al 17,4% en 2015. Y no sólo se redujeron los embarazos de menores, ya que la tasa de fecundidad paso sistemáticamente de 6,7 hijos o hijas por mujer en 1967 a 2,1 en 2010, para 2015 se reportó una tasa global de fecundidad de dos hijos por mujer.
Al respecto, Alejandro Gaviria Uribe, ministro de Salud y Protección Social indicó que estos resultados son la muestra de los cambios sociales que ha atravesado el país en los últimos 25 años. El funcionario admitió que las causas de estas variables pueden resultar complejas pero que a la vez son la muestra del impacto social de políticas públicas y el mejoramiento de la calidad, entre otros factores.
“Las preocupaciones del país han venido cambiando en el tiempo y la Encuesta se ha venido adaptando a las diferentes coyunturas. Por eso hay que resaltar la disminución de la tasa de embarazo adolescente con una reducción de dos puntos porcentuales. Esto no es para caer en la complacencia sino para saber que se debe seguir trabajando en estos temas”, explicó Gaviria Uribe, quien admitió que una de las causales de la reducción podría estar relacionada con la educación sexual.
Martha Elena Royo, directora ejecutiva de Profamilia, apuntó que “vale la pena recalcar y hacer énfasis en que se demuestra el trabajo que se da en la educación integral para la sexualidad que en la actualidad tiene un alcance en las personas no solamente en la visión de la salud y que va más allá del imaginario de la palabra sexualidad. Hablamos que la educación les ha permitido ejercer sus derechos”.
Esta medición evidenció que las mujeres acceden a información sobre sexualidad a los 16 años, cuando desde los 12 inician su vida sexual, lo que, según la directora de investigaciones de Profamilia, Claudia Patricia Gómez, las pone en mayor riesgo de exposición a los embarazos y a las enfermedades de transmisión sexual por lo que puede resultar conveniente un cambio en el método educativo puesto que “la Encuesta habló por la gente y mostró que nuestra sociedad y nuestras generaciones están cambiando”.
Los hallazgos permitieron también identificar que las mujeres que no han tenido hijos y que no han estado embarazadas son las que reconocen haber recibido información a menor edad, por lo que el acceso a información sobre asuntos relacionados con la sexualidad coincide con el inicio de la pubertad y se centra en temas relativos a la dimensión biológica; es decir, que antes de los 14 años recibieron información por primera vez sobre temas como los cambios de la pubertad, el funcionamiento de los órganos sexuales y las relaciones afectivas.
El informe entregado por Profamilia y el Ministerio señaló que las instituciones educativas se constituyen como la primera fuente de información sobre los temas de sexualidad. Sin embargo, en departamentos como Magdalena, Bolívar y Sucre, tanto las mujeres como los hombres manifestaron no haber participado en actividades de educación sexual en los últimos doce meses.
Esta Encuesta es realizada cada cinco años desde hace tres décadas, y, segun algunos expertos, se ha consolidado como la fuente más importante del país para obtener indicadores sobre la evolución y caracterización de la población en los aspectos relacionados con salud sexual y reproductiva, derechos sexuales y reproductivos. La medición fue desarrollada mediante el análisis de 44.614 entrevistas a hogares de los 32 departamentos del país.