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Las búsquedas de Manuel Piña (1958) con su cámara fotográfica provienen de una necesidad interior de mostrar la realidad. La realidad de La Habana, principalmente. Entre las series que ha hecho se encuentran, entre otras: “Manipulaciones, verdades y otras ilusiones” (1995) y “El voluble rostro de la realidad”. Hace poco se llevo a cabo el XVIII Encuentro Nacional de Fotografía, y esto nos ha dicho sobre su obra:
- Mis primeros experimentos con la cámara, durante los años 80, fueron búsquedas formales. Era un momento sin muchas pretensiones. Trataba de conocer cómo hacer mis imágenes un poco más atractivas, pero con una intención estrictamente aficionada.
- Los años 80 en Cuba fueron de mucha efervescencia en la escena artística. Visitando exposiciones fui descubriendo las posibilidades del arte para tratar asuntos que a mí me interesaban mucho: lo social, lo político…
- En "Aguas Baldías" el protagonismo no es del agua, sino del malecón, que es ese muro que trato de utilizar como la materialización de un límite. El trabajo lo hice en un momento de crisis social y económica en Cuba, que conllevó una crisis moral y espiritual. Sentarse en el malecón, frente al mar, con la ciudad a tus espaldas, tendría para un cubano en aquel momento una serie de connotaciones amplísimas. En mis imágenes trato de reproducir esos sentimientos: todo tu pasado parece perder sentido, y lo que está frente a ti es un gran misterio, atractivo y retador.
- Para mí el espectador es esencial. Todo mi trabajo busca una complicidad con el espectador, compartir mis preguntas, provocar una reflexión.
- En diferentes proyectos trabajo de maneras diversas. Por lo general parto de una reflexión sobre un tema que me interesa y luego trato de encontrar una solución formal para él.
- No creo que mi formación como ingeniero mecánico tenga mucha influencia en mi trabajo. Mi acercamiento a la realidad no es a priori fotográfico. Uso medios diferentes a la fotografía si pienso que son apropiados para tratar un asunto.
- Yo me siento tan influenciado por la pintura como por la fotografía, el teatro, la literatura, o el cine. Esas influencias vienen por obras y no por el medio en sí.
- Chinolope. Él fue el primero que me prestó un libro de teoría sobre fotografía.
- No creo que haya un modelo ideal. Para algunos la escuela funciona bien. En La Habana, por ejemplo, tenemos un Instituto de Arte que, a juzgar por los artistas que produce, es excelente. Sin embargo, también tenemos excelentes artistas que son autodidactas.
- Creo que lo único que puedes hacer es tratar de ser honesto y fiel a ti mismo.
- Ambas son instituciones en las que las decisiones son tomadas por los curadores, críticos, coleccionistas, el público… Esas decisiones son arbitrarias y muchas veces nos molestan. Pero no puede ser de otra manera en un campo donde los juicios son únicamente basados en la subjetividad.
- Esa exposición es una reunión de artistas con el fin de mostrar un espectro de lo que se está haciendo en fotografía hoy en Latinoamérica. El concepto inicial es del curador y trabajó con obras ya producidas.
- Me interesan los temas sociales, lo político, la historia, la utopía, el poder… pero también muchas otras cosas, como a cualquier ser humano. Pienso que de alguna manera todo eso aflora en mi trabajo en algún momento.
Nació en la Habana, Cuba, en 1958. Tiene grado universitario de ingeniero mecánico, otorgado por la Universidad Técnica de Vladimir, Rusia, en 1983. Desde el año 1987 comenzó a exponer su trabajo fotográfico en su país natal, además de Estados Unidos, México, Canadá y Europa, ganando varios premios. Pina ha obtenido becas como artista residente en Vancouver, Maine y Buffalo, Nueva York. En la actualidad, vive y trabaja en La Habana