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Ni los subsidios, ni los apoyos para los artistas, ni las convocatorias especiales, ni los malabares que han intentado la Alcaldía de Medellín y la Secretaría de Cultura para ayudar al sector cultural de la ciudad, han podido alivianar la terrible crisis que estamos viviendo como consecuencia del aislamiento obligatorio que forzó a los espacios artísticos a cerrar sus puertas al público y a generar contenidos virtuales que, en términos monetarios, no representan muchas veces ninguna clase de salario o pago real, pero sí ha significado un gran incremento en horas de capacitaciones y trabajo, por las cuales nadie parece estar dispuesto a responder.Lea también: El dibujo y la fotografía como actos de resistenciaEn el sector de las artes plásticas y las artes visuales la crisis ha llegado a ser tan abrumadora, que el Museo de Antioquia hace apenas unos días, pedía el apoyo de todo su público para que se llenara un formulario de visita con el fin de poder justificar las ayudas que recibe de una que otra institución o entidad aliada. Por su parte, cada una de las galerías que conforman el sistema comercial de la ciudad, han generado estrategias de difusión y promoción de sus artistas, así como la unión con otras entidades con el fin de manejar la crisis. Sin embargo, una galería en especial pensó en una subasta que beneficiara sólo a los artistas, muchas veces excluidos de la representación comercial, y donde todos sus participantes se quedaran con el dinero total de la venta por el precio base. El monto restante de las ventas, en caso de exceder los precios iniciales, haría parte de un fondo común que serviría para ayudar a otros artistas que no vendieran su obra.Espacio de la galería. Actualmente presenta la exposición La hermandad de la lanza, Hugo Zapata y Nadín Ospina. Cortesía Galería AH Fine Art.El consultor de arte y galerista Alberto Hugo Restrepo, director de la galería AH Fine Art en Medellín quien por más de treinta años se ha dedicado a trabajar con obras de arte, ideó este interesante modelo de subasta done no se les cobró comisión a los artistas participantes. La Subasta para los Artistas, como fue nombrada, se propuso con el fin de brindar una ayuda en los tiempos de crisis, donde por medio de una convocatoria abierta sin límite de edad, se seleccionaron 80 artistas de los 150 portafolios enviados desde distintas partes de Colombia.Espacio de la galería. Cortesía AH Fine ArtLe puede interesar: El arte que confluye en el MAJAEl balance de la subasta fue muy positivo y logró no sólo contribuir económicamente a quienes lograron sus ventas, sino que consiguió visibilizar a los artistas y conectarlos con coleccionistas y compradores de arte que se interesan por descubrir nuevas creaciones y otros talentos que muchas veces son ocultos por hacer parte de un medio que generalmente se enfoca en promocionar a los mismos nombres. “Este evento nos indica que el sector artístico y cultural de nuestro país crece aún en medio de estas circunstancias excepcionales. […] Nos sentimos muy entusiasmados con la calidad y el talento de todos los artistas que nos hicieron llegar sus propuestas, y agradecemos el recibimiento que estos trabajos han tenido entre el coleccionismo nacional”, ha comunicado Alberto Hugo Restrepo, su director, en las diferentes redes sociales.Imagen para el comunicado de agradecimiento en redes sociales, Subasta para los Artistas galería AH Fine Art. Es así que se pudieron valorar las obras de artistas como Joan Sebastián Montoya, Yasmín Sánchez, Mari Luz Gil, Luisa Aristizábal, Juan David Henao Roldán, Alonso Restrepo Villegas, María Isabel Rincón, Carlos Carmona, entre muchos otros. La Subasta para los Artistas, en definitiva, ha sido un ejemplo importante de que las iniciativas que se están generando por parte de los galeristas y los agentes culturales, deberían enfocarse en apoyar no solo a un grupo selecto de nombres, sino también a mirar más allá de sus limitados horizontes.

El Mundo

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